Con motivo del día Internacional de lucha contra las drogas, la juventud del Partido del Trabajo y el Pueblo (PTP – PCR) realizó en el Obelisco la jornada Ni UN Pibe Menos por la Droga.
Víctor De Gennaro formó parte de la movilización y acompañó a los pibes y pibas que movilizaron y participaron de diferentes actividades frente al Obelisco. Junto a Juan Carlos Alderete compartieron impresiones sobre la actividad y su compromiso con los pibes y los jóvenes, presentes siempre en las acciones políticas del Frente Popular.
Manuel Ríos, secretario de Juventud del PTP, el sábado, en declaraciones a Sobre la Hora, contó que desde el PTP “consideramos que el principal problema que tiene el pueblo argentino es el problema de la droga. No sólo por el consumo de los pibes, que ha crecido exponencialmente en los últimos años, si no que a la vez Argentina ha entrado en una nueva fase: de ser un país de tránsito, pasó a ser un país donde se produce y hasta se exporta”.
“Aprendimos de la experiencia de las mujeres en Argentina, que dijeron el 3 de junio Ni Una Menos frente a la violencia.
Nosotros decimos Ni Un Pibe Menos por la Droga, y a partir de ahí nos animamos a desarrollar un movimiento que lo entendemos muy amplio: queremos ponerlo en manos de las organizaciones sociales, religiosas, sindicales, estudiantiles, políticas, que pueda tener la amplitud necesaria para que el pueblo argentino pueda sacarse de encima la drogadicción y el narcotráfico».
Hoy, en declaraciones a Unidad Popular, Ríos se mostró muy satisfecho por el resultado de la convocatoria no sólo en la ciudad de Buenos Aires sino en diferentes ciudades del país. El sábado, había dicho que «el tema de la droga divide a la juventud», haciendo referencia a los debates sobre la despenalización y el consumo, debate que se da en condiciones tan desiguales como la desigualdad con la que viven los pibes que funcionan «como soldados» de los narcotráficantes o «transas» y las clases medias y altas que «deciden» sobre sus consumos. En los dos casos, la ausencia del Estado con políticas públicas destinadas a la información y el control están ausentes. Sólo permanece vigente su rol de policía con los sectores más vulnerables.