Durante doce lunes, pibes y pibas de distintas procedencias ideológicas del campo popular asistieron con singular calidad de participación al dictado de un nuevo curso sobre la Historia del Movimiento Obrero en la Argentina. Para llevarlo adelante, Víctor De Gennaro convocó a protagonistas de las más variadas corrientes del pensamiento nacional. Juntos continuaron construyendo el sindicalismo que viene.
El curso dice en su título ‘Aproximación desde los trabajadores’. Eso es importante tenerlo en cuenta. La historia según los grandes en la materia, la historia de hoy es la política de ayer, como la política de hoy será la historia de mañana. Es decir, se trata de una discusión política. Es una mirada, y como tal, tiene diferentes abordajes y por eso existen distintas corrientes historiográficas. Norberto Galazo, por ejemplo, escribió un libro muy bueno que se llama ‘La larga lucha de los argentinos’, en el que él establece siete líneas historiográficas desde diversas concepciones políticas. Y desde ese sentido he aprendido que no existe aún una mirada ya definida desde la clase, sino que la estamos construyendo. Dice la canción “si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia” Y como no ganamos todavía definitivamente, está lo que los ganadores nos muestran. Pero también es cierto que como a veces hemos ganado varias batallas en diferentes períodos, hemos logrado que nuestra mirada vaya apareciendo dejando resabios fundamentales para el análisis de esa historia
Entonces lo que hacemos con este tipo de cursos es encontrarnos con los jóvenes y con otros protagonistas para elaborar una mirada desde nuestra clase trabajadora. Es como cuando se apaga el televisor en una casa y la familia empieza a hablar de sus cosas, y surgen preguntas de los pibes, ¿de dónde vino el abuelo? ¿y la abuela?, ¿y como era cuando Uds eran chicos?. Y ahí emerge un costado desconocido de la historia propia
Entonces no son anarquistas, socialistas, comunistas, clasistas, peronistas, radicales, todos por separado. No, todos son parte de nuestra identidad como clase. Todos son parte de nuestras luchas y todos nos fueron formando esa identidad que hoy tenemos.
Para verlo, basta con sobrevolar los tramos de esa historia.
Por eso nuestro curso empieza con ‘la autoconciencia de clase’ en los albores del Sigo XIX hasta el primer intento de gobernarnos en la Argentina en la etapa yrigoyenista; después de eso viene un tiempo de resistencia, porque esa vez cobramos en serio, nos dieron con todo. Yo me tomé el tiempo para investigar el número de fusilados y asesinados entre 1919 y 1922 y es, teniendo en cuenta el porcentual con la cantidad de habitantes de ese momento, similar a nuestros 30 desaparecidos durante la última dictadura. Algo pasó ahí, muy fuerte, la clase fue por más y el poder respondió, como siempre hace. Del ’22 en adelante reorganizamos nuestra fuerza y entre el ’45 y el ’55 tuvimos nuestra primera experiencia de gobierno. Y cuando digo nuestra digo de la clase trabajadora. Yo provengo del peronismo, todos lo saben, pero siempre me enojé y discutí cuando se decía que el movimiento obrero había nacido el 17 de octubre del ’45. No es cierto, venía de mucho antes y por eso fue aquella plaza movilizada. Obvio que tampoco estoy de acuerdo con otros dirigentes sindicales medio gorilas, que pretenden establecer que ese día se terminó el movimiento obrero. Claro que no!, fue al revés, nos potenciamos. Silvio Pontieri, que fue secretario general de la CGT en esa época, contó que su primera huelga fue en 1916 cuando ingresó a los talleres de La Plata. Es decir, no eran peronistas los participantes de ese día, eran trabajadores y dirigentes de diversas líneas políticas y sociales que confluyeron en una voluntad popular
En consecuencia, el desafío es ver los hechos de la historia, desde los más diversos pensamientos, y estar dispuesto a aprender. Uno siempre encuentra lo que busca, y en este caso se trata de ir a buscar nuestras raíces como clase. Si uno lo hace de esa manera, rápidamente observa que ‘no hay una primera vez’. Como dijo Rodolfo Walsh, la clase dominante no quiere que tengamos nuestra propia historia para que todo esté empezando siempre, como si todo empezara con uno. Y muchos militantes jóvenes, como yo mismo alguna vez, creen que cualquier cosa que hacen es la primera que descubre un rumbo nuevo. Y no es así, casi nunca. Lo que ocurre es que uno desconoce lo que pasó antes. Ahora, cuando lo aprende es más fuerte. Frente a los vaivenes de la realidad que establece el poder, uno se siente como una hoja en la tormenta. Pero cuando uno se da cuenta que es parte de una lucha dada por pioneros que, sin celular ni Internet, se juntaron en 1889 y resolvieron que al año siguiente, el 1º de mayo, iban a movilizarse para homenajear a los Mártires de Chicago, y, sin saberlo gestaron lo que hoy es el día más universal de la humanidad, -que se repite en la mayor cantidad de lugares del mundo que cualquier otra cosa-, empezás a sentirte rodeado del colectivo de la clase trabajadora, que temen los poderosos. Y que, hasta que alguien me demuestre lo contrario, la única que genera la riqueza. Que después otro se la llevan, sí así es, pero nosotros somos con la cabeza, con los brazos, con el lomo generamos esa riqueza, que debiera ser para generar la felicidad de todos, y no para enriquecer a unos pocos
En suma, conocer la historia es enorgullecerse de la familia a la que pertenecemos. Es sentir el orgullo de la identidad. Que está en discusión. Por ejemplo, durante muchos años leí mucho sobre que las primeras organizaciones sindicales fueron la de los compañeros que llegaron a la Argentina de la primera experiencia de la Comuna de París que habían tenido que huir de Francia, o la de los anarquistas de España o Italia, que acá formaron experiencias como las de los gráficos, de los linotipistas y los maquinistas que eran los más avanzados de la tecnología -como pasa hoy-. Y eso fue cierto, pero no menos lo fue que cuando buceando la historia uno encontró periódicos de 1858 que se llamó ‘El Proletario’ en tiempos cercanos al Manifiesto de Marx y escrito por trabajadores afro-descendientes. Esta verificación nos hace pensar que no es solo eso de que ‘los argentinos venimos de los barcos’, sino que también hubieron otras cosas que pasaban acá. O también nos podemos encontrar con trabajadores de los Astilleros de Corrientes, que, en plena guerra con Paraguay de la ‘triple infamia’ como la llamo, se negaron a construir barcazas que iban a servir para atacarlos. Ahí ya encontramos una solidaridad latinoamericana muy elevada, expresada por laburantes que se organizaban y tomaban posiciones. O, en otro tiempo anterior, la lucha sindical de los zapateros en 1807, que eran rechazados por la junta de gobierno, que, con la firma de Saavedra, los acusaba de que con su producción local se iba a perjudicar a la economía.
Todo esto, nos lleva en nuestro curso a mirar la historia desde diversos enfoques. Uno tiene que querer a la familia, más allá de no estar de acuerdo con cada mirada distinta. Pero cuando te aproximas a esa postura, desde la mirada de los trabajadores, y desde la realidad política de hoy, a la realidad política que en cada tiempo existía, empezás a descubrir que muchas de aquellas posturas sirven para buscar los problemas del hoy. Y si a eso le agregás voces protagonistas de cada experiencia, de cada posicionamiento, entonces tenés un debate rico por donde se lo mire. Este no es un curso para transmitir solo información, sino vivencias, vida. Por eso tiene solo una parte de explicitación teórica, pero sobre todo cada charla tiene un segmento vital de intercambio entre los asistentes y los protagonistas, donde éstos se apasionan con sus relatos porque los atravesaron con el cuerpo, y eso a los pibes les llega diferente
Es reencontrarnos con el orgullo de la clase, y desde ahí pararnos frente al mundo con nuestra mirada.
Los pibes quieren protagonizar lo que viene
“La mayoría de los pibes y pibas que hicieron el curso, no son de ATE más allá de que fue dictado en el anfiteatro de la sede nacional. Todo lo contrario, lo cual es un dato muy rico. Lo que si en la enorme mayoría, fueron jóvenes. Y eso también es interesante, porque rompe el mito de los adultos de que los pibes no quieren aprender, no participan. Qué no van a participar: ahí votamos cuanto dura cada clase, votamos si tenemos ganas de prolongarla, los mecanismos de funcionamiento y así con cada propuesta
Yo vi en este curso, una mayor preocupación por todo lo que hay que hacer organizadamente, que en otras oportunidades. Por ejemplo, de cada experiencia que escuchaban, los pibes preguntaban, proponían y debatían, pero trayéndola al presente, a lo que hoy hay que encarar.
En virtud de eso, fue que el cierre fue realizado en un acto abierto en el que básicamente se discutió el sindicalismo que viene.
Esta es la misma tónica del curso que ahora dictamos en Rosario, y del que se hará en la ciudad de La Plata”.
Las etapas y los protagonistas
El curso estuvo dividido en seis etapas históricas y cada clase estuvieron, en la medida de los posibles, protagonistas directos de episodios trascendentes, enriqueciendo el dictado y aportando miradas diversas
1ra etapa: Autoconciencia, de Clase, Proyecto de Nueva Sociedad y primer intento (siglo XIX-1922)
Panel: Juan Carlos Coral, histórico militante socialista, secretario de Alfredo Palacios en el Congreso; Fernando López Trujillo, escritor e investigador, expondrá la vertiente anarquista, y Ester Kandel, investigadora con especial interés en el rol de la mujer en la clase trabajadora.
2da etapa: Reconstrucción de nuestra fuerza y Primera experiencia de Gobierno (1922-1955)
Panel: Santiago Senén González, Juan Iñigo Carrera
Tercera Etapa | 1955-1975: Resistencia, Recuperación del Gobierno y Revolución Trunca
Panel: Héctor “Pelusa” Carrica (ATE Ministerio de Salud), Carlos Custer (dirigente histórico de ATE y experto en relaciones internacionales), Alberto Castillo (trabajador metalúrgico, UP La Matanza)
4ta. etapa: Resistencia al Genocidio (1976-1982)
Panel: Vicente “Pichi” Piccirillo, Gonzalo Chávez, Cacho Mengarelli
5ta etapa: Recuperación de las instituciones democráticas y crisis nacional e Internacional de los proyectos de los trabajadores (1983-1989/91)
6ta etapa
Parte 1: Desde la caída del muro y la traición del peronismo a la rebelión popular del 2001 (1989-2001)
Panel: Marta Maffei, Juan Carlos Alderete, Ricardo Peidro
Parte 2: La construcción de una nueva sociedad en lo político, social y cultural
Panel: Corina Duarte, Juan Carlos Giuliani, Mario Barrios
Fuente: Malas Palabras – Textos: Víctor De Gennaro, Carlos Fanjul