María Lapasset y Daniel Escotorin reflexionan desde Unidad Popular Salta sobre el año de gestión de gobierno de Juan Manuel Urtubey.
Se cumplió el primer año del tercer periodo de gobierno de Juan Manuel Urtubey como gobernador de la provincia de Salta. NADA BUENO tiene este gobierno para mostrar, cuando los índices sociales exhiben un retroceso grosero respecto a necesidades y prioridades de las mayorías populares salteñas.
Desnutrición y mortandad infantil, aumento de pobreza e indigencia, violencia de género y mortandad materna, desocupación y trabajo en negro, reprimarización y concentración de la economía. Los niveles de calidad de la población se deteriora a la par que se consolida una nueva oligarquía social, la misma que comenzó a forjarse en los noventa de la mano del precursor y gestor del gobernador, el entonces mandatario provincial Juan Carlos Romero, padre del neoliberalismo en Salta.
En una década se consolidó una nueva casta política heredada del otro gobierno y continuadora del mismo modelo económico social. El FPV-PJ se despojó ya cualquier intento de maquillaje progresista y popular para retornar a la identidad conservadora que sus dirigentes le imprimen.
Urtubey es el principal aliado pejotista de MACRI y compite con Sergio Massa para ser la carta de recambio que garantice la gobernabilidad de los intereses de los poderosos. URTUBEY ya no gobierna la provincia, se proyecta nacionalmente pensando el 2019. A Salta, y al millón y medio de salteños nos esperan tres años más con penurias, más desigualdad con menos salud, educación y trabajo.
Ante esto es imprescindible seguir en la senda propuesta por Unidad Popular junto a Patria Grande de convocar a todas las fuerzas populares alternativas que superando antinomias inservibles para conformar una propuesta real y propia representativa de las mayorías que en soledad esperan por una Salta Justa.