Como cada 24 de marzo, Unidad Popular movilizó en el marco de la marcha de Memoria, Verdad y Justicia. Y, ante las constantes provocaciones que, desde el gobierno, se realizar constantemente a nuestra historia, desde Darío Lopérfido dudando del número de desaparecidos, Horacio Larreta poniendo molinetes en la rueda de las madres en Plaza de Mayo, o los carteles con los que posaron los diputados del Pro hablando de los curros de los Derechos Humanos, nosotros gritamos «Son 30.000 los desaparecidos y fue Genocidio, no una batalla interna».
Claudio Lozano, presidente de Unidad Popular, quien estaba a la cabecera de la gran columna que nucleaba tanto organizaciones partidarias, sociales y sindicales, como a familias con sus hijos, nos comentó que “esta marcha multitudinaria y los miles que mueven a lo largo y ancho del país, son un límite objetivo para todos aquellos que pretenden reeditar el ideario de la dictadura, del endeudamiento, de la desindustrialización, del empobrecimiento de la sociedad argentina y la puesta del Estado al servicio de los intereses del gran capital. Esto también es un límite para todos aquellos que llevan delante un operativo de vaciamiento de la memoria, el intento de desplazar la idea de genocidio, de volver a hablar de los errores y excesos, y tratar de abrir la puerta, vía la teoría de los 2 demonios, a un operativo de reconciliación con los genocidas que blanquean las fuerzas armadas y para volver a ponerlas en el control del conflicto interno”.
A su vez, Margarita Noia, secretaria de Derechos Humanos de CTA Capital, sostuvo que “volvemos a rectificar que son 30.000 los compañeros detenidos desaparecidos, que hubo un genocidio y que los derechos humanos no son un curro. El pueblo en la calle lo demuestra y hoy, más que nunca, las calles de buenos aires están llenas”.
Nina Brugo, Secretaria de la mujer de UP, agregó recordó a su hermano desaparecido: “Yo quiero recordar, especialmente a aquellas compañeras que, en su lucha por ser mujeres, tuvieron los mayores tormentos y también quiero recordar a todos mis compañeros de lucha. También quiero recordar que, durante 5 años, viví en exilio interno con mi compañero y allí nacieron mis dos hijitos. Cuando mi hermano Gerardo nos sacó clandestinamente a Brasil, lo desaparecieron por esa osadía. Y, luego de esos 4 años que estuvimos afuera, volvimos para seguir continuando la memoria y la lucha de todos los que soñamos y tenemos como única utopía y política pública es que sea una sociedad más justa”.
Al final, llegamos a Plaza de Mayo, donde se leyó un documento consensuado por todas las organizaciones participantes.