La caravana partió el día jueves desde Bariloche bajo el lema “Estamos vivos, por eso caminamos” y recorrió más de 800 kilómetros contra el nuevo código de tierras impulsado por el Gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck.
La marcha arribó a Viedma procedente de distintos puntos de la provincia y el país, y concentró frente a la Casa de Gobierno, la cual amaneció una vez más completamente vallada y con un exagerado despliegue de seguridad.
“Acá lo que está en debate son dos concepciones de la tierra: una que se orienta al bienestar de las poblaciones, y otra que busca convertirla en un bien para generar ingresos económicos”, expresó Miriam Liempe, Secretaria de Relación con los Pueblos Originarios de UP. A su vez, la referente mapuche denunció: “Se trata de una avanzada que se viene dando en distintas regiones del país, donde los poderosos buscan poner en duda el legítimo derecho a la tierra que tiene los hermanos de todos los pueblos originarios”.
Además de los pueblos originarios, estuvieron presentes Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; Miriam Liempe, Secretaria de Relación con los Pueblos Originarios de UP; Nelly Costa, referente de UP Rio Negro; y militantes de la CTA A y ATE Rio Negro.
Según denunciaron, este nuevo código de tierras ignora toda la legislación y los derechos de los pueblos originarios y desconoce la existencia del pueblo mapuche-tehuelche y las comunidades que habitan el territorio. Junto con eso, esta iniciativa abre la puerta -todavía más- a los negocios inmobiliarios, la minería y el petróleo con emprendimientos que sólo benefician a los grandes grupos económicos dejando a su paso tierras arrasadas y contaminación. Consecuencias de esto ya se viven en la zona del alto valle, dedicada históricamente a la producción de peras y manzanas, donde ahora se observan más de un centenar de torres petroleras.