Por Claudio Lozano *
Carrió y Lousteau protagonizan una suerte de estafa electoral a los ciudadanos de Buenos Aires. De un lado, Lilita enarbola un discurso crítico sobre distintos aspectos de corrupción, servicios de inteligencia, Majdalani, Angelici y otras cuestiones importantes que involucran a integrantes o soportes del equipo gubernamental, haciéndose la distraída (ocultando) respecto a la responsabilidad del propio Macri en todos y cada uno de esos aspectos. Sin ir más lejos, el nombramiento de Majdalani, la vuelta de Stiuso y el retorno vía decreto del secretismo en el manejo de los fondos de la AFI, están directamente asociadas al hoy presidente. En suma, Carrió construye la confusa y mentirosa figura de ser una “oficialista opositora”.
Por su lado, el melenudo ex embajador ante los Estados Unidos (embajada relevante si las hay) e integrante, por tanto, del dispositivo de poder macrista, hace campaña por una banca de diputado nacional cuestionando a Rodríguez Larreta y haciendo silencio respecto a los enormes puntos de contacto que la gestión de Larreta tiene con la gestión nacional de Macri. Endeudamiento, desigualdad e incluso hasta la caracterización que Lousteau hiciera de cemento y marketing para definir al gobierno de la ciudad, bien podría aplicarse a lo que acontece al gobierno nacional en este 2017. Señalamiento éste, donde resulta extraño que a Lousteau le preocupen los tomógrafos que no se pueden comprar por la guita que se gasta en marketing y no le parezca mal, el equipamiento educativo y sanitario que podría adquirirse -y sin embargo se pierde- con los recursos públicos que se dilapidan en las irregulares redeterminaciones de precios y prórrogas de contratos de proveedores y contratistas. En suma, Lousteau construye la figura confusa y mentirosa del “opositor oficialista”.
Ambos, la opositora oficialista de Carrió y el opositor oficialista de Lousteau, mañana votarán con Macri y Rodríguez Larreta en el Parlamento Nacional y en la Legislatura de la Ciudad. Como lo han hecho de manera directa (Carrió), e indirecta (Lousteau) durante el 2016 y lo que va de este año.
Quizá sea una nueva jugada de Durán Barba para que el oficialismo macrista pueda disputar el 60% de los votos en la ciudad.
Pero debe quedar claro que constituye una monumental estafa electoral, ya que ambos, luego de octubre, serán alfiles y gendarmes de los nuevos ajustes que el gobierno de Macri tiene previstos para la sociedad argentina.
*(Presidente de Unidad Popular y Candidato a diputado nacional
por Popular y Socialista en el frente Convocatoria Abierta por Buenos Aires.)