Con la coordinación de Claudio Lozano, precandidato a Diputado Nacional de CAxBA, el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), realizó este miércoles la conferencia Potencia y Poder en América Latina- Impotencia y contrapoder, en la que expusieron especialistas de Uruguay, Brasil, Ecuador y Argentina.
Participaron de la conferencia, Raúl Zibechi, periodista, educador popular y militante uruguayo; Decio Machado, periodista, investigador (Ecuador); Giuseppe Cocco, investigador y activista italiano que vive en Brasil;y Salvador Schavelzon, antropólogo (Argentina-Brasil). Moderó el encuentro Pablo Hupert (Pie de los Hechos).
Este encuentro, en el que se presentó el libro «Cambiar el Mundo desde Arriba» de Zibechi y Machado, se conecta con los ciclos anteriores, «¿Qué nos pasó?» (2015) y «¿Cómo seguimos?» (2016).
Zibechi abrió el panel, recordando sociólogo brasilero Chico de Olivera, para quien «el lulismo es una regresión política». Según Zibechi, «esta afirmación es difícil. Pero creo que hay autoridades que uno toma en serio, me tomé en serio esta afirmación. ¿Qué quiere decir esto?. ¿Desde dónde lo está mirando?. Coincido con esta frase. Para coincidir con esa afirmación, debo decir que si la clave para salir del neoliberalismo es la lucha, es evidente que el progresismo militó para despotenciar el mundo de abajo. Esta constante la encontramos en Brasil, Uruguay, Argentina. Quiero pensar en serio desde el movimiento popular, qué efecto tuvo esta ralladora que fue el progresismo. Todas sus políticas, desde las sociales hasta las de cooptar al movimiento social, tienen el efecto de debilitar el campo popular».
Machado sostuvo que «se preveían las situaciones de deterioro de los progresismos latinoamericanos. Veníamos de un período de convulsiones de los movimientos populares, había un nivel de autoorganización de las organizaciones sociales. A ese período de inestabilidad, le sigue el de estabilidad que es articualdo por el progresismo. Hay tres cuestiones en común de los gobiernos latinoamericanos. Fortalecimiento de los estados; la aplicación de las políticas compensatorias a los sectores olvidados, el excedente del boom de los comotities, acabado esto viene la crisis y el modelo extractivo de producción. Hay gente que decide por el conjunto de la población. No se transformó la jerarquía estatal. De alguna manera se generó esta elite tecnoburocrática del progresismo. Hay que entender el Estado actual. Hay una segunda falacia: El problema no es el tamaño del Estado, sino para quién trabaja el Estado. El achicamiento del Estado es solo una fase. Los logros, los indicadores sociales, que los hay en este período, de reducción de la pobreza, son una realidad, pero una realidad débil. Desde la caída de los comodities la pobreza sube 1.54 millones. No se ha transformado la base que venía del neoliberalismo. Esto significa que ahora viene la derecha y Argentina es referencial. Ha surgido una nueva derecha que tiene ejemplos concretos y que actúa de otra forma. Hace cloacas en los centros populares, en las villas. Van a hacer la readecuación de la economía sobre la clase trabajadora. Como Temer está haciendo en Brasil. Los compañeros que estaban con nosotros en la barricada fueron cooptados por el progresismo y ahora estamos más desarmados que en el período de inestabilidad».
Giuseppe Cocco trajo la frase de Deleuze de que «no hay gobiernos de izquierda». El debate del lulismo del progresismo, está atravesado por este tipo de ambiguedades. El agotamiento del lulismo fue decretado en el 2013 con el movimiento insurreccional. El problema es que este agotamiento tiene una dinámica anterior que permitía decir que había una crisis creciente desde lo que éste gobierno hacía con las dinámicas sociales. Es la inflexión que lleva a Dilma a ser la sucesora de Lula. No tenía una luz política propia. Lula podía ser su causión continua. El agotamiento del gobierno de Brasil no es el hecho de que el neoliberalismo no funciona, sino que el el gobierno de Lula intentó hacer neodesarrollismo y fracasó. El gobierno de Dilma nunca se sacó la derecha de encima. Temer es el vicepresidente de Dilma desde el 2006. El gobierno de Lula intentó hacer transformaciones, la izquierda no hace análisis material o lo hace de manera ideológica. Cuando se habla de golpe en brasil, no hubo golpe ninguno. Hubo una reorganizacion interna del mismo poder, del cual el PT es una parte».
Este encuentro continuará hoy con el debate de las Coyunturas y sus Fugas y participarán Bruno Cava (Brasil); Mosés Pinto Neto (Brasil); Sabrina Villegas; Facundo Pares (Colectivo El Llano en Llamas, Córdoba); Hernán Ouviña (Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe). Moderarán el encuentro Ariel Pennisi y Adrián Cangi (Autonomía).