Carta a la militancia:
Hace más de un año que inicié una serie de reuniones con los sectores afines en la pelea cotidiana contra el ajuste y que tenían una perspectiva electoral.
Eran tiempos de definición para la pelea que se venía para octubre del 2017.
Nosotros habíamos perdido la personería de UP, y lo mismo ocurría con el PTP, y Emancipación Sur en la provincia de Buenos Aires.
El horizonte mostraba los temporales que traía el “Ajuste sin anestesia” practicado por Macri y Vidal, y la falta de la organización política popular que nos ayudara a canalizar la fuerza de la resistencia que se expresaba en las calles de nuestro país.
Fue allí que mantuvimos reuniones con Gabriela Troiano y los compañeros del PS, con Jorge Ceballos de Libres del sur, Manuel Bertoldi y los compañeros de Patria Grande, con Emilio Pérsico y los compañeros de Movimiento Evita y posteriormente con el compañero Emanuel Álvarez del Movimiento La Dignidad.
Compartimos con ellos nuestro deseo de encaminarnos juntos a la construcción de un espacio de debate y tareas para construir una herramienta de poder popular también en la futura elección disputando sin concesiones con esa nueva fuerza que superaba al bipartidismo por derecha y que se expresaba en el PRO que llegaba para quedarse.
Afirmamos estar dispuestos a transitar con consenso, voluntad democrática y solidaridad militante porque así lo reclamaba la humillación que a diario vivía nuestro pueblo, con el hambre, la pobreza y la desocupación que arrasa toda dignidad.
Sí, creíamos más que nunca que esa tarea de construcción de lo nuevo no se podía delegar ni en Cristina Fernández, ni en Massa, ni en Randazzo, ya que nosotros -provenientes de distintas culturas políticas- no estábamos dispuestos a incorporarnos a las distintas variantes de un PJ que ha demostrado ser una ciénaga que se traga las mejores intenciones populares.
Nosotros, mientras tanto que reclamábamos unidad, teníamos que demostrarlo en la práctica conformando un solo partido, con militantes proveniente de tres experiencias partidarias distintas.
No fue tarea fácil, pero debo reconocer que tampoco fue nada difícil, ya que la voluntad política supera muchas limitaciones y emergimos como Frente Popular ganando nuestra personería para el 2017 y, más allá de lo que pasara en este turno electoral, para el 2019.
Nos encontramos en el tiempo de definiciones con la generosidad y convicción de los compañeros socialistas que definieron abrir sus brazos solidariamente y fundamos el Frente Socialista y Popular que nos permitió participar en esta asamblea popular que acaba de concluir.
No lo vamos a negar: Los resultados duelen. Golpean nuestros corazones y nuestros sueños, pero no alcanzan para vencer nuestras esperanzas de promover el buen vivir y construir un país para todos.
Somos conscientes de las debilidades que arrastramos electoralmente y del aprendizaje que aún nos resta asimilar en este frente. Somos una fuerza política compuesta mayoritariamente por militantes de una trayectoria sindical, barrial, cultural, estudiantil o ecologista, y sólo hace un par de años decidimos asumir el terreno electoral.
Así como reconocemos nuestras flaquezas, reivindicamos la fortaleza de nuestro pueblo resistente, que cacheteó y repudió en más del 65% a los gobiernos de turno que priorizan la ganancia del gran capital al bienestar de la sociedad.
Por todo ello es que estoy más convencido que nunca de la necesidad de reafirmar nuestro compromiso de transformar en poder institucional el poder de las luchas populares en todos los frentes de masas.
Es un desafío que nos convoca y nos excede.
Por eso ratifico la disposición a compartir con aquellos compañeros, y otros que se irán sumando, el camino de construir una esperanza organizativa autónoma de las variantes de este sistema capitalista perverso, injusto y violento, para que sirva de cauce al torrente popular que ansía la liberación de nuestra Patria y la felicidad del Pueblo.
Me siento profundamente feliz y agradecido por el esfuerzo militante y fervoroso de tod@s l@s compañer@s durante este último año que nos posibilitó crecer en territorialidad y organización para protagonizar las elecciones de este año, y me atrevo a sugerir:
Que, como una forma de demostrar nuestro espíritu solidario y comprometido con las nobles causas, sería bueno acercarnos a los compañeros y ayudar en los distritos en donde superaron las limitaciones impuestas por las PASO, para acompañar a los candidatos que sí lo hicieron, y seguro que estaríamos felices de que en los que nosotros pudimos hacerlo, sean ellos los que nos ayuden.
Mientras tanto, apuraremos el tiempo de luchar para no perder más derechos a manos de la barbarie neoliberal del Siglo XXI, y encontrarnos para debatir y consensuar fraternalmente nuestras políticas en clave de emancipación.