“No hay otra forma de cambiar la realidad que estando en los lugares donde se define justamente la realidad de millones de personas”, expresa con firmeza Leticia Quagliaro, candidata a concejal en Rosario por el Frente Social y Popular (FSP), protagonista de las luchas del movimiento obrero contra los embate neoliberales de los 90, e hija del histórico referente sindical Héctor Quagliaro. Tras una larga trayectoria acompañando los reclamos de los trabajadores, “la negra” dio el salto y se presenta en la lista que encabeza la secretaría de género de la CTAA Rosario Major Gerez para seguir dando pelea por los derechos del pueblo trabajador desde el concejo: “La experiencia con Carlos (Del Frade) en la cámara provincial nos reafirmó la importancia de ocupar esos espacios. No podemos delegar más. Si se va a discutir la distribución de la riqueza y los compañeros del movimiento obrero no estamos allí para dar ese debate, alguien puede a ocupar ese lugar por nosotros y dejarnos sin voz”.
-A pesar de la cantidad de movimientos y organizaciones sociales nos demuestran que hay otra forma de hacer política, hay una matriz de fondo que no se ha logrado cambiar ¿Qué pasó en estos años que ese cambio no se ha dado?
Pasaron muchas cosas. Venimos de los partidos tradicionales que en la mayoría de los casos nos han traicionado: algunos se volvieron maquinas electores y otros se han volcado por un capitalismo menos feroz pero que en síntesis sigue siendo el mismo sistema que queremos combatir. Hoy, y frente a esta oportunidad que tenemos, decimos: para vivir diferente, hay que votar diferente.
-¿Cómo ves a Rosario desde tu barrio?
El día a día me lleva de barrio Belgrano al centro de forma constante, y la desigualdad es más que palpable. Lo mismo observamos al recorrer la ciudad y la región. Hace poco estuvimos en barrio “La Bombacha”, cerca de Fisherton y casi a 30 cuadras de mi hogar. Ahí no hay luz, ni agua, ni cloacas. Pero sí hay gente, que trabaja, que tiene familia, hijos, que la pelea y que tiene ganas de organizarse para cambiar esa realidad. Más cerca aún, calle Mendoza al fondo donde está el Fonavi, también mi barrio, no hay agua ni con cisterna. Estamos hablando de barrios constituidos desde hace muchísimos años pero en los que persisten los mismos problemas. Veo una ciudad donde hay niveles aberrantes de desigualdad.
-¿Cómo viven la experiencia política luego de los cargos que el FSP asumiera en la Cámara de Diputados y los Concejos de Rosario y Villa Constitución?
Con orgullo. Tenemos dos compañeros en Diputados (Del Frade y Meier), y son los que más han trabajado: 375 proyectos, el doble y hasta el cuádruple más que otros bloques que ocupan hasta ocho o nueve bancas. Siempre digo que en el 2015 tuvimos la victoria perfecta: Carlos y Mercedes en Santa Fe, Fito Araujo al Concejo de Villa Constitución y Celeste Lepratti al Concejo de Rosario, quien ha hecho un trabajo inmenso y con absoluta dignidad. Expreso en cada propuesta en cada voto su historia que la llevo a a ocupar ese lugar. Ahora los trabajadores tenemos la oportunidad de ocupar más bancas en el concejo y en este 13 de agosto empezamos a definir para quien legislará esta ciudad, para los que frenan la libertad sindical o para los que apostamos a la organización de los trabajadores.
-Viviste de cerca como Germán Abdala, Héctor Quagliaro y Víctor De Gennaro forjaron un cauce para miles de trabajadores ¿Qué pensás que te dirían hoy tu viejo y Germán?
Es difícil pensar por los que no están, sobre todo ante el rechazo que me genera aquellos que ponen palabras en quienes jamás dirían esas cosas. Creo igual que mi viejo habría sido muy respetuoso con todo este proceso, antes que nada por la amistad y el gran cariño que le tenía a Carlos (Del Frade). El fomentaba estas experiencias frentistas; reunirnos compañeros de distintos espacios con objetivos comunes. Seguro me habría dicho: “Mucho cuidado. Sigamos viviendo como hablamos”. Germán se nos fue muy joven y pensarlo hoy es muy fuerte, porque creo que si las cosas se habrían dado de otra manera él podría haber sido hasta presidente. Me lo imagino contento y sonriente. Víctor, por su parte,es hoy un par con el que construimos este espacio juntos. Hablamos y compartimos ideas todos los días. Y estamos convencidos de que esta es una construcción diferente, de que los trabajadores y trabajadoras podemos vivir diferente, y que para lograr eso tenemos que votar diferente.