Finalizaba febrero y miles de trabajadores y trabajadoras acompañaron la “Gran Marcha Azucarera” organizada por la Federación Azucarera Regional que representa a los trabajadores de los ingenios de Salta y Jujuy.
Victor De Gennaro, presidente de Unidad Popular, consideró que la caravana fue “una vivencia con la cual estamos todos conmovidos”.
La marcha que le hizo frente al sol, partió desde la localidad de Hipólito Yrigoyen, al norte de Salta, donde se juntaron los trabajadores de El Tabacal, sede de 180 despidos y represiones en los cortes de ruta, la caravana siguió por Libertador General San Martin, en Jujuy, donde está el Ingenio Ledesma, de la familia Blaquier que sigue sumando despidos. Luego siguió por San Pedro, Jujuy, donde se encuentra el Ingenio La Esperanza y se registraron 400 despidos para volver a Salta, al Ingenio San Isidro, el más antiguo del país fundado en 1760, ingenio que cerró dejando a 730 trabajadores en la calle.
Los ingenios hablan de crisis. Los trabajadores hablan de “lock out” patronal.
“Esta marcha y este acto fue impactante, pasar por los pueblos que pasamos, y lo que significa que la población saliera, aplaudiera, ovacionara”, subrayó De Gennaro. “Es falso que no quieren trabajar, lo que no quieren es ser explotados, lo que no quieren es que le sigan hipotecando su futuro y por eso pelean” y denunció que “la estrategia política es para defender la rentabilidad y profundizar la ganancia de los grandes grupos trasnacionales” en relación a las acciones del gobierno.
Destacó además que excepto una sola, las empresas azucareras son extranjeras. “Hay una situación donde las patronales están avanzando para flexibilizar aún más los convenios, y a caballo de esta política general que está haciendo el macrismo, lo que hacen es atacar el grado de organización de la FAR, que es parte de la CTA-A, es un sector muy fuerte” enfatizó.
Y agregó que en el deseo de aumentar ganancias, las empresas presionan por dos frentes: “Se aprieta a los trabajadores y se les dice: “ bueno, hay que poner cuarto turno, hay que aceptar las reglas del juego de la flexibilidad”. A la vez las patronales le piden al gobierno bajar los impuestos y no cumplir los requisitos ni el compromiso con el Estado. “Es un doble apriete, a los trabajadores y a los gobernantes: los gobernantes deberían haber estado en la caminata con nosotros porque lo que se está defendiendo es el trabajo junto con la riqueza de dos provincias”.