La conformación de Consejos Populares se relaciona directamente con nuestra mirada de construcción política en búsqueda de romper los esquemas establecidos, el pragmatismo de la política en una lógica netamente electoralista y con la búsqueda de recuperar el rol de la política como sujeto de transformación de la realidad común.
Otra de las preocupaciones que nos llevó a desarrollar esta iniciativa fue buscar la manera de mejorar la calidad de vida de nuestra gente, lo que en cierta forma es una lucha permanente contra el abatimiento y la resignación de que nada se puede cambiar.
En ese contexto deberíamos analizarlo en el agotamiento y crisis del sistema partidario, que no es más que una expresión de la lógica del sostenimiento de una estructura económica que busca reflejarse en las democracias occidentales para legitimar un sistema desigual de depredación, sostenimiento, esclavitud y privatización de los sentidos más íntimos de la vida para sumergirnos en la cosmovisión de la lógica de la vida netamente mercantilista.
Entiendo que en las democracias occidentales los sistemas partidarios no son más que la expresión de esa lógica económica y que, frente a la crisis del capital y del capitalismo, de la acumulación desmedida y con la incorporación de la tecnología van quedando desdibujados.
La tensión permanente que significa a la construcción de la historia y la lucha de clases que se da entre la disputa de los intereses va quedando desplazada y sin un marco lo que en algún momento pueda haber tenido representación; en ese sentido pensamos en la búsqueda de, por lo menos, una primera instancia.
Por otro lado, la figura de los consejeros populares está pensada desde una cuestión metodológica, buscando la manera de resolver lo que no podemos en política desde el punto de vista de una alternativa que signifique abrir una nueva subjetividad y generar una nueva ilusión que rompa con la apatía y el fatalismo.
Para resolverlo metodológicamente pensamos en el micro poder, en como damos ese debate en la micro política y darle un marco simbólico de instancia de poder con posibilidades resolutivas al ciudadano común, al vecino la vecina que están en el barrio o que están en su puesto de trabajo; de esta manera surge la figura de los consejeros populares.
Cuando empezamos a trabajar en la conformación de los Consejos Populares, y dialogamos con vecinos y vecinas, nos encontramos con dificultades para comprender la propuesta; pero cuando logramos explicar detalladamente que significa la distribución de poder y cederles un espacio de protagonismo que les dé la posibilidad de ser sujetos en la búsqueda de la resolución de los conflictos, sentimos que se genera un grado de subjetividad positiva con la figura del consejero.
Hasta el momento es prematuro hacer un diagnóstico del avance de la iniciativa, pero en lo inmediato se logró conformar un cuerpo en el que la primera tensión es que se construya desde un marco de identidad de manera que se puedan visualizar en un colectivo que, no solamente tenga que ver con la composición del cuerpo directivo del Consejo Popular, sino también con la posibilidad de poder visualizarse con aquellos que le dieron el aval para trabajar por la reconstrucción de la comunidad.
Fuente: www.froplarioja.com.ar
En ese contexto deberíamos analizarlo en el agotamiento y crisis del sistema partidario, que no es más que una expresión de la lógica del sostenimiento de una estructura económica que busca reflejarse en las democracias occidentales para legitimar un sistema desigual de depredación, sostenimiento, esclavitud y privatización de los sentidos más íntimos de la vida para sumergirnos en la cosmovisión de la lógica de la vida netamente mercantilista.
Entiendo que en las democracias occidentales los sistemas partidarios no son más que la expresión de esa lógica económica y que, frente a la crisis del capital y del capitalismo, de la acumulación desmedida y con la incorporación de la tecnología van quedando desdibujados.
La tensión permanente que significa a la construcción de la historia y la lucha de clases que se da entre la disputa de los intereses va quedando desplazada y sin un marco lo que en algún momento pueda haber tenido representación; en ese sentido pensamos en la búsqueda de, por lo menos, una primera instancia.
Por otro lado, la figura de los consejeros populares está pensada desde una cuestión metodológica, buscando la manera de resolver lo que no podemos en política desde el punto de vista de una alternativa que signifique abrir una nueva subjetividad y generar una nueva ilusión que rompa con la apatía y el fatalismo.
Para resolverlo metodológicamente pensamos en el micro poder, en como damos ese debate en la micro política y darle un marco simbólico de instancia de poder con posibilidades resolutivas al ciudadano común, al vecino la vecina que están en el barrio o que están en su puesto de trabajo; de esta manera surge la figura de los consejeros populares.
Cuando empezamos a trabajar en la conformación de los Consejos Populares, y dialogamos con vecinos y vecinas, nos encontramos con dificultades para comprender la propuesta; pero cuando logramos explicar detalladamente que significa la distribución de poder y cederles un espacio de protagonismo que les dé la posibilidad de ser sujetos en la búsqueda de la resolución de los conflictos, sentimos que se genera un grado de subjetividad positiva con la figura del consejero.
Hasta el momento es prematuro hacer un diagnóstico del avance de la iniciativa, pero en lo inmediato se logró conformar un cuerpo en el que la primera tensión es que se construya desde un marco de identidad de manera que se puedan visualizar en un colectivo que, no solamente tenga que ver con la composición del cuerpo directivo del Consejo Popular, sino también con la posibilidad de poder visualizarse con aquellos que le dieron el aval para trabajar por la reconstrucción de la comunidad.
Fuente: www.froplarioja.com.ar