El dirigente nacional de Unidad Popular, Claudio Lozano, sostuvo que «el Jefe de campaña de Mauricio Macri no es ni Duran Barba ni Marcos Peña. La jefa es, ciertamente, Christine Lagarde.
En ese rol, asumió que en el FMI subestimaron la complicada situación Argentina, la cual asoció con la muy dura herencia recibida. Lo que no dijo Christine es que el FMI concentró su cartera de crédito sobre la Argentina pasando por encima no solo de las leyes y la Constitución Argentina, sino también por encima de sus propios estatutos.
Tampoco se reconoció que frente al cuadro de insolvencia externa en el que había caído la Argentina como resultado de la política de sobreendeudamiento macrista, en lugar de intervenir con un crédito de largo plazo y propiciando una reestructuración de la deuda, intervino con un stand by de corto plazo de una magnitud enorme abultando la deuda y concentrando sus vencimientos en el próximo período gubernamental. Es decir, el FMI recibió una Argentina al borde de la cesación de pagos (default) a comienzos del 2018, y en lugar de reconocer la situación la ocultó y propuso una terapia que simplemente pospuso y agravó la situación.
La razón de esta intervención responde exclusiva y excluyentemente a la intervención del gobierno de los EEUU que forzó el otorgamiento de este crédito para auxiliar a su aliado geopolítico en desgracia. A partir de allí Christine se transformó en la jefa de campaña de Macri y el FMI en “corresponsable” de la crisis Argentina.
Todos estos elementos deberán ser planteados por el próximo gobierno a la hora de revisar el endeudamiento y en particular el acuerdo con el FMI.
Revisión esta que debe estar comandada por tres objetivos:
a) Minimizar los pagos;
b) ganar autonomía en materia de política económica y
c) impulsar una estrategia que rompa el perverso mecanismo del endeudamiento perpetuo. Tomar deuda nueva para pagar deuda vieja».