Por Hugo Amor, presidente de Unidad Popular Buenos Aires
El resultado electoral de las PASO del 11 de agosto podría tener significados de gran profundidad y alcance si no se los toma como dados de una vez y para siempre. El desafío político es sostenerlos y extenderlos. Si bien las elecciones pueden reflejar estados de ánimo pasajeros y cambiantes no deberíamos subestimar la importancia de los mensajes que expresó la contundencia del voto popular.
Fue el conjunto de la resistencia a las políticas del Macrismo lo que abrió las puertas a la unidad amplia en el escenario electoral.
No fue lo único, ni mucho menos.
Jugó un papel decisivo la estrategia electoral del Frente de Todos, de sus candidatos, de Alberto y Cristina, de Axel y Verónica. Sin embargo los que materializaron esta victoria fueron los protagonistas de la gran campaña militante, de masas, de los compañeros y compañeras de los distintos partidos que integramos el frente de Todos. Puerta a puerta, en el trabajo, en las escuelas y universidades, en los barrios, en los hospitales, en los centros urbanos en el movimiento de emancipación de las mujeres, entre los jóvenes y los pueblos originarios. Así, en el mano a mano se gano la elección. Una verdadera rebelión popular que se expreso en las urnas. Se pudo “correr la cortina” y visibilizar la realidad ocultada por los grandes medios de comunicación.
Con la participación masiva se cayeron las mentiras de las encuestas y de la propaganda oficial. Más de un 15 % de diferencia, 3.000.000 de votos, destruyeron la estrategia del miedo. Esta verdadera paliza electoral que recibió Cambiemos expreso no solo el rechazo a Macri y Vidal, al FMI y a Trump, sino a cualquier receta neoliberal que se intente implementar. Las reservas democráticas, patrióticas y antiimperialistas de nuestro pueblo resultaron solidas y perdurables, forman parte de un subconsciente colectivo que se expresa cuando se canaliza a través de una alternativa político-electoral que las interpele.
La única repuesta post electoral inmediata a que atino el gobierno fue blanquear la profunda crisis económica y social que posponía conectando al país a un respirador artificial provisto por los dólares del FMI. El colmo del cinismo fue intentar trasladar el costo de los frutos de sus políticas de entrega al resultado electoral y a la oposición. Macri, Vidal y sus cortesanos mostraron su verdadero rostro oculto tras los globos amarillos y otras banalidades. El egoísmo, el desprecio por el pueblo, la superficialidad, la irresponsabilidad de los niños bien, el odio de clase afloraron en toda su dimensión y son, junto al ánimo de venganza, la manifestación de su ruidoso derrumbe político.
La Estrategia del miedo está destinada a fracasar y solo contribuirá a sumar más votos al Frente de Todos en las elecciones de octubre.
La Unidad Popular, sus precandidatos, sus militantes fueron parte de este torrente popular. El partido participo activamente en la campaña electoral tanto en donde contamos con candidatos propios como en las localidades y renglones del entramado electoral en que no los tuvimos. Nos llena de orgullo como fuerza política.
Felicitamos por su militancia abnegada a nuestro precandidatos, fiscales, militantes y afiliados que participaron en la campaña y que fueron el artífice de nuestra presencia en el Frente de Todos y que contribuyeron al triunfo del Frente de Todos, de Alberto y Cristina, de Axel y Verónica, y a la derrota de Macri y Vidal, de Trump y el FMI.