Claudio Lozano es ex diputado nacional y economista de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA Autónoma). Su partido, Unidad Popular, integra el Frente de Todos que lleva la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner.
Por Rodolfo Montes
Dirigente político, ex diputado nacional, economista de la CTA, estudioso de la deuda externa argentina, Claudio Lozano tiene una larga trayectoria en el campo de la centroizquierda, con cercanía al pensamiento nacional, aunque sin integrar el PJ. En etapas anteriores participó de varios experimentos frentistas del progresismo, siempre tomando distancia del kirchnerismo. Hasta que llegó el Frente de Todos, que lo sedujo y decidió integrar junto a su fuerza política, Unidad Popular.
En exclusiva con LaCapital , celebró la candidatura de Alberto Fernández, «que amplía el espacio del kirchnerismo», y a la vez pidió se abra un debate sobre el país que deja Macri: «La deudas se pagan, las estafas no».
—Hubo otros frentes políticos con el peronismo kirchnerista como eje (como el FpV) que sectores de la izquierda nacional y del progresismo no integraron. ¿Por qué ahora decidió integrarse al Frente de Todos, donde participa un amplísimo arco y la totalidad de peronismo?
—Por la profundidad de la crisis y la necesidad de sacarnos de encima el chaleco de fuerza de las políticas que plantea el Fondo. Macri, por lo demás, expresa mucho más que un ajuste, pone en riesgo muchas cosas, nos subordina a Estados Unidos. El FdT lo integramos 16 partidos políticos (entre ellos Unidad Popular, el partido de Lozano); hubiéramos preferido que el frente se conforma antes y no quede subordinado a la definición de la fórmula. La oportunidad de darle funcionamiento es desde ahora, con una mesa institucional que todavía no tiene. Los frentes integrados por fuerzas de muy distinto porte, como en este caso, suelen tener voces que prevalecen sobre otras… Hay que permitir el debate y luego encontrar una voz que sintetice a todas. Un ejemplo podría ser el Frente Amplio de Uruguay.
—La mañana del sábado 18 de mayo en que Cristina Kirchner ungió a Alberto Fernández usted fue uno de los primeros en celebrarlo, ¿por qué?
—Porque amplió el espacio. La estrategia electoral de Cristina ha sido realmente muy buena.
El gobierno de Macri elevó la deuda externa argentina de manera exponencial en apenas tres años y medio. ¿Fue legal, puede o debe ser revisada?
—El endeudamiento fue contraído por un gobierno legalmente constituido, pero eso no hace que la deuda sea o no legal. Lo que hay que establecer es si los funcionarios que contrataron la deuda respetaron los procedimientos y las normas vigentes. Por ejemplo, si se toma el bono a 100 años contraído por Nicolas Caputo, no estaba previsto en el presupuesto, no hizo licitación con los bancos, no cumplió con los pasos legales y además acrecentó el patrimonio del propio Caputo, porque lo hizo un fondo de inversión vinculado con él. Ahí no veo legalidad. ¿Lo podemos permitir? En todo caso, un tema es la ilegitimidad que tuvo la dictadura militar para contraer deuda y otro, en el caso de un gobierno legal como el de Macri, son los procedimientos que indica la ley y que no se cumplieron. Otro tanto con la deuda con el FMI, que no pasó por el Congreso cuando debió pasar.
—Desde el gobierno nacional dicen que estaban habilitados legalmente para contraer deuda…
—No es cierto. No está vigente el artículo de la ley de Administración Financiera que faculta al Ejecutivo a tomar deuda con los organismos multilaterales. Lo dio de baja la Constitución de 1994 y sólo rige cuando se prorroga, y no fue prorrogado. La ley de Administración Financiera está vigente, pero el artículo que delega la posibilidad de negociar con el FMI sin plazos ni objetivos no. El FMI también incumplió con sus estatutos al prestarle a la Argentina, no pueden prestar para que haya fuga. De los 106 mil millones con los que nos endeudó Macri, 70 mil se fugaron, una situación completamente irracional. Las deudas se pagan, en eso estamos todos de acuerdo. Pero las estafas no se pagan. El gobierno que viene debe convocar una comisión bicameral en el Parlamento para que audite la deuda pública.
—Si se investiga la deuda es posible que haya una campaña inmediata de sectores políticos y financieros señalando que el FdT no va a pagar la deuda?.
—Todo lo contrario, no hablo de repudio a la deuda, decimos que el Parlamento tiene la obligación de revisar si han sido cumplidos o no los mecanismos jurídicos. No es que el FdT se quiera salir de la ley, más bien lo quiere es respetar la ley vigente. El marco jurídico argentino toma en cuenta la capacidad de repago, no se puede tomar deuda muy por encima de la capacidad de repago y producir un estrago económico, social y político a corto o mediano plazo. La ley argentina no lo permite.
—¿Cómo evalúa el condicionamiento de la deuda para el nuevo gobierno?
—Macri toma el crédito del FMI con el único objetivo de obtener respaldo político para lograr la reelección y condiciona al nuevo gobierno de manera insustentable. Si no se posponen los vencimientos no hay oxígeno. Y el problema más serio del FMI son los condicionamientos políticos que impone, como las reformas regresivas laborales, previsionales, etcétera.
—Su posición respecto de la deuda no es idéntica a la de otros economistas del FdT. ¿Sería deseable y productivo un debate dentro del FdT respecto de la deuda?
—Posiciones distintas, las hay. Creo que sería bueno que debatamos en función del beneficio del conjunto. Acá hay una ciudadanía que habló en la elección. Hubo una paliza que no simplemente nos dice que se tiene que ir Macri, también nos indica que las políticas que se apliquen deben ser otras. Ahora hay sectores del mundo económico y financiero que directamente van intentar que el ajuste lo aplique el nuevo gobierno, ya que Cambiemos fracasó. Lo dijo directamente un economista liberal como Guillermo Calvo. Como Macri no pudo, que el ajuste lo aplique el «populismo». Eso iría en contra del voto de la gente.
—¿Cómo imagina el desarrollo de la tensión política que se producirá en el caso de que el FdT aplique un programa económico inverso al actual?
—El desastre electoral de Macri se relaciona con datos muy fuertes, como la caída de 2,5 millones de personas de la clase media a la vulnerabilidad o directamente a la pobreza. Esto ocurrió en sólo tres años y medio. Hoy el 58 por ciento de los argentinos están en riesgo o vulnerabilidad. Si no van a recomponer ingresos de la población, olvídense de mantener la legitimidad política.
—¿Y cómo se recompone el ingreso de la población?
—Con regulación del movimiento de capitales y del ingreso de las divisas de los exportadores, y la supervisión del sistema financiero. El tipo de cambio no se puede administrar sin siquiera saber que plata hay, ni permitiendo que salga como un colador como sucedió estos años. A los «mercados» hay que oponerle un gran consenso político y la voluntad de hacer las cosas distintas.
—¿La gobernabilidad puede quedar en jaque por la acción de los «mercados»?
—Hay que salir de la trampa del discurso de la «gobernabilidad»; por eso le dicen a Alberto Fernández «hablale a los mercados», para intentar condicionarlo. Alberto Fernández no tiene que entrar en eso. El que tiene que garantizar la transición es el gobierno de Macri, y si no puede que mande una ley al Congreso para adelantar las elecciones y la entrega del mando.
—Durante el kirchnerismo hubo algunas regulaciones a la circulación de capitales, ¿cómo las evalúa?
—El kirchnerismo practicó el «cepo» cuando ya se había fugado todo. Y no mantuvo un control sobre la oferta de dólares. Sin embargo, aplicaba plazos para que los exportadores liquiden, a diferencia de la actualidad.