Claudio Lozano, sostuvo que “bajo la batuta del juez Fabián Lorenzini el Concurso donde se tramita la estafa de Vicentín, no hace otra cosa que acumular irregularidades. Mientras tanto, la situación parece decantar hacia alguna de las advertencias que el Presidente Alberto Fernández hiciera, al momento de anunciar el luego frustrado decreto de expropiación. Algunas cuestiones acontecidas en los últimos tiempos así parecen indicarlo.
En primer término, los Bancos extranjeros acreedores de Vicentín presentaron una propuesta de Fideicomiso (escasamente elaborada y en acuerdo con Vicentín) cuyo objetivo esencial era abrirles la puerta a inversores externos como modo de resolver la situación de la empresa.
En sintonía con esta decisión, los propios dueños de Vicentín contrataron a un Banco Neoyorquino con el objeto de que los asesore en el proceso de reestructuración de la deuda concursal, y en la búsqueda también de inversores que puedan darle solución a la situación de la empresa.
También, en simultáneo con lo expuesto, los bancos extranjeros incorporaron un asesor en el Concurso que, sugestivamente, participó en el sospechado acuerdo de venta a Glencore de parte del paquete accionario que Vicentín tenía en Renova.
Recordemos que esta venta está cuestionada judicialmente ya que se efectuó 48 horas antes de la cesación de pagos de Vicentín. Abundando en este punto, el asesor contratado por los Bancos Extranjeros tiene firmado un acuerdo de confidencialidad con alguno de los actores de la citada operación (Vicentín y/o Glencore).
En este marco, surgieron recientemente dudas sobre si Vicentín estaría en capacidad de darle continuidad y cumplimiento al convenio que tiene con Oleaginosa Moreno y que, de incumplirse, le permitiría a Oleaginosa Moreno (que además pertenece a Glencore) accionar una opción de compra para que el Grupo Suizo se quede con el 100% de la empresa Renova.
En suma, en el marco de un Concurso de Acreedores sumamente irregular, los movimientos que se vienen dando parecen encaminar la situación hacia una extranjerización de una de las joyas de Vicentín (Renova). El beneficiario directo de esto sería el Grupo Glencore y obviamente esto induciría un desguace de la empresa con el lógico impacto negativo en términos laborales.
Así, desguace, extranjerización, crisis laboral y quita a los acreedores comerciales y financieros, que eran las consecuencias que el Presidente Alberto Fernández pretendía evitar con la expropiación, podrían hacerse realidad.”