Claudio Lozano es referente nacional de Unidad Popular, que integra la coalición Frente de Todos. Hoy ocupa un lugar estratégico en el Banco de la Nación Argentina, siendo una de las voces principales que denuncian la deuda ilegítima contraída en la era macrista o la enorme estafa por parte de la empresa Vicentin.
En esta entrevista el dirigente hace un pormenorizado análisis de la gestión de Alberto Fernández: sus debilidades y fortalezas y la realidad actual después del triunfo en octubre de 2019. A 45 años del golpe genocida, Lozano también analiza el gran logro de la democracia argentina “instalando límites al retorno de políticas golpistas”, ya que ante las sucesivas crisis en democracia “el pueblo dio muestra de cambios estructurales que en los niveles de representación fueron negados”.
- ¿Qué perspectivas se visualizan en la gestión de gobierno del Frente de Todos y qué se debería hacer para fortalecer este espacio? ¿Cuáles son las fortalezas y cuáles las debilidades que se evidencian para lograr que sea una fuerza política?
Lo primero que yo señalaría es de carácter político. El Frente de Todos ha sido una expresión que ha puesto límites al neoliberalismo en Argentina, en su carácter más expreso y despiadado que implicaba la capacidad de gestionar el aparato del Estado por parte del gobierno macrista. Pero la verdad, desde que comenzó a gestionar el Frente de Todos, ha tenido muchos inconvenientes a la hora de transformarse de un acuerdo electoral a una fuerza política que pueda articular todo lo que constituye el innumerable conjunto integrante del espacio. Hablo de organizaciones políticas, sociales, sindicales y territoriales que se referencian. En ese sentido sigue habiendo un debate de cómo dar el salto de un acuerdo electoral a una fuerza política. El Partido Justicialista se ha cerrado sobre sí porque no aparecen espacios de articulación con el resto de las distintas fuerzas integrantes del Frente. Es parte de la historia del PJ, que desde la aparición de la dictadura, con una reconversión brutal en el menemismo, tiene fuertes vínculos con resortes de la gobernabilidad conservadora en la Argentina. Esto se traduce en cuestiones concretas.
- ¿Qué ejemplos se pueden dar de esta última observación del PJ en relación con el resto de las fuerzas que coadyuvaron en las elecciones del 2019?
Las convocatorias del Consejo Económico y Social o distintos tipos de iniciativas. Me refiero con esto a parte de los movimientos sociales, las experiencias sindicales, y concretamente al sector PYMES. Hay una tendencia más generalizada a convocar dominantemente a los sectores más conservadores y a las estructuras sindicales que tienen más que ver con momentos de complicidad con la experiencia neoliberal. Aquí hay una dificultad para avanzar en un proceso de democratización genuina, que sigue siendo parte de la convicción del propio presidente de la Nación, pero que cuesta que se trasunte en las definiciones políticas. baywin
- ¿Cómo inciden en la economía estas decisiones?
El gobierno termina convocando a los actores que hacen acuerdos con los que cumplieron un rol lamentable en la expulsión de trabajadores en el contexto de la pandemia. A sectores que vienen agravando el cuadro social manejando precios sin tomar en cuenta la situación social vigente. El punto nodal es que la inflación se ha transformado en un cepo infranqueable a la solución de la recuperación del poder adquisitivo. Nada de eso ocurrió con los trabajadores, jubilados, ni de los sectores que reciben planes sociales. Lo que implica que no hay recuperación del mercado interno y mayor velocidad para la recuperación económica con mayor equidad. El gobierno tiene límites para poner freno a los formadores de precios.
- ¿Cómo plasmar que el Estado modifique sus políticas públicas y agende las necesidades de los sectores perjudicados en el amplio marco del componente popular?
No hay gestión alternativa si no se convoca a actores nuevos a la discusión. No hay un Estado distinto sin articular con los actores dinámicos de la sociedad. La discusión de mesa de control de las cadenas de producción debería incorporar a todos los actores que participan de la cadena y a las organizaciones de trabajadores, a las pequeñas y medianas empresas. Sentados en la misma mesa poniendo coto a los actores dominantes.
Discutir con los actores predominantes solamente no alcanza. En los últimos días el gobierno ha dado pasos con algunas mesas sectoriales a las que espero convoquen a todos. Además salió a exigir a todas las empresas información exhaustiva de stocks de producción, precios, costos y rentabilidades. Pero no debe ser una declaración jurada de empresas. Debe darse en el marco de una discusión con el resto de los actores que participan en la cadena de producción.
Uno es el tema precios de los alimentos, y otro es de los insumos fundamentales. Entre ellos la energía, el aluminio y los químicos, que terminan teniendo precios en dólares sumamente costosos para las pequeñas y medianas empresas que no levantan su rentabilidad productiva.
- Tenemos un discurso oficial que dice que la industria recuperó la producción de lo perdido en el año de la pandemia. ¿Hay recuperación económica? Y si la hay, ¿debido a qué?
La pandemia con la cuarentena fue la interrupción de la economía, una caída brutal a nivel global. Apenas se levantan las restricciones hay una recuperación inmediata de la oferta de producción, solo por abrir la actividad. Pero que apenas se abre encuentra límites que presenta el mercado interno.
Lo que funciona es lo que tiene salida en el mercado internacional. Me refiero a la agroindustria, a la maquinaria de la agroindustria, a los insumos que la Argentina exporta. Por eso resulta extraño que el presidente en cadena nacional no anuncie modificaciones sustantivas del presupuesto 2021, que se elaboró con dos supuestos fundamentales: una recuperación rápida de la economía, que no está ocurriendo, y el final de la pandemia, que no terminó.
El ingreso familiar de emergencia se eliminó y vemos recortes de programas alimentarios. El gobierno abandonó la universalización de los ingresos. Porque no hay recuperación sólo por vía de los salarios en relación a los precios, que todavía no ocurre. Si no que tiene que recuperarse esa mitad de la población que está en situación de informalidad. Es imprescindible avanzar sobre la idea de un ingreso universal sobre sectores informales y desocupados de la población. Debemos volver a instalar el debate para que este año el proceso de legitimación del gobierno se consolide, gane bien y podamos tener mejores condiciones institucionales para su transformación. Hay que esmerilar el nivel de presencia institucional que tiene el macrismo.
- ¿Se hace complejo ganar ampliamente las próximas elecciones si el gobierno no fortalece el rol del Estado?
El consenso opositor que se funda en la estrategia de boicot se suma al debilitamiento del gobierno con el vacunatorio VIP, en un aspecto donde se había mostrado sólido. La ventaja para retomar el rumbo es que Juntos por el Cambio tiene una mochila cargada por una gestión lamentable, y no tiene la capacidad de hegemonizar y condensar ese consenso opositor. Pero no se pueden perder más oportunidades.
Me refiero a cosas concretas, como es Vicentin. Si no hay una intervención política, y todavía hay tiempo para hacerlo, para evitar que esa empresa consuma el fraude que ha generado y está generando a productores, trabajadores y a la banca pública, la cosa termina mal.
Una estrategia inteligente permitiría tener una empresa testigo del comercio exterior, instalar la discusión de cómo gobernar el precio del dólar, y ordenar la economía en función de los intereses nacionales. Lo mismo para el caso de EDENOR. Que la familia Mindlin haya vendido a Manzano una empresa fuertemente endeudada, es un retroceso para controlar el mercado energético, siendo la principal proveedora de energía del país.
Lo mismo digo para YPF, donde el Estado tiene el mayor paquete accionario pero debe darle explicaciones a fondos de inversiones privados, empresas petroleras y demás. Que queden en manos públicas estas empresas de base nos permitiría gobernar el mercado energético, posicionándonos más firmes en las audiencias públicas sobre el tema de las tarifas.
- Un tema de agenda, urticante y fuerte, que habla de la política en materia de soberanía es el de la Hidrovía Paraná – Paraguay.
Se termina la concesión de la Hidrovía, la concesión de los puertos. Tenemos en el presupuesto 2021 la puesta en marcha de la Unidad Ejecutora para el canal Magdalena. Oportunidades concretas para que el Estado retome el control del comercio exterior de la Argentina. Herramientas que tiene el gobierno para tener más capacidad de intervenir políticamente. En nombre del interés público hay legitimidad para la intervención estatal. Por otro lado, no hay salida individual. Es la solidaridad social y colectiva la que permite afrontar la discusión. Hay que aprovechar estos momentos para avanzar en el proceso de democratización y participación, para fortalecer el papel del Estado en el control del proceso económico.
- Pero está el riesgo de decir que vamos por la intervención del Vicentin y no concretarla, lo mismo para la Hidrovía, YPF o EDENOR, generando expectativas de medidas audaces que son un avance para los sectores que votaron por un cambio de modelo, pero que con el tiempo no aparecen y se diluyen. ¿Qué puede suceder si no se concretan dichos anuncios y quedan sólo en el plano de lo retórico?
Al gobierno no le hizo bien lanzar la expropiación de Vicentin y luego retroceder. Se lanzó la expropiación sin construir pruebas, sin articular alianzas sociales con cooperativas, productores y trabajadores involucrados en la crisis de Vicentin y se terminó retrocediendo sobre la base de la presión que los factores de poder pusieron en marcha. Igual, hoy existen otras condiciones para tomar el tema de otra manera. Lo mismo en la Hidrovía, con el decreto 949 y decir que se avanza con Punta Indio y no con el canal Magdalena. Si se avanza con el Consejo Agroindustrial Argentino, donde están las principales transnacionales del sector, la salida de la Argentina y la posibilidad de exportar más como objetivo único, en vez de articular con los actores más dinámicos que le dan sustento al Frente de Todos, la gestión se complica. Esto no quiere decir una visión ingenua, dejando a los sectores dominantes fuera de la discusión. Al contrario deben estar y quedar expuestos.
- Pareciera que la historia se repite de distintas maneras. La recordada transversalidad que planteaba Néstor Kirchner y luego la vuelta al Partido Justicialista no profundizando la estrategia poder que se promete en campañas electorales.
El problema que el PJ se degluta el Frente de Todos es que se consolide esta relación que viene de la dictadura con los sectores conservadores de poder. Ese problema hay que resolverlo y estamos a tiempo. Me parece muy importante que el Gobierno haya retomado el tema de la pandemia como tema central que es el tema de fondo. Es el que tiene la palabra vinculando la centralidad con un conjunto de políticas que acompañen la cuestión sanitaria.
- La sintonía entre dictadura, menemismo y macrismo nos exige seguir observando sus lógicas en la actualidad. En relación a los 45 años del golpe de Estado, ¿qué sucedió para que, en la disputa por ampliar los alcances de la democracia, aún estemos en ese planteo básico inclusive con gobiernos progresistas?
Es importante el planteo del gobierno nacional, especialmente Alberto Fernández, en la apertura de sesiones anunciando la querella criminal, identificando a los responsables del endeudamiento macrista. La investigación nos permitiría avanzar en un segundo gran logro de la democracia argentina. El principal logro de la misma es que la lucha social, institucionalizada en el contexto democrático, le pudo poner un límite a cualquier intento de retorno de políticas genocidas. Es una valla permanente a los avances en términos de represión y criminalización de la protesta.
Por primera vez un gobierno, con el presidente a la cabeza, decide que va a querellar a los responsables del endeudamiento. A aquellos funcionarios, que muchas veces se repiten en un gobierno y en otro, ubicados de los dos lados del mostrador, y que una y otra vez nos endeudan sin dar cuenta nunca de lo que llevaron adelante.
En este sentido, avanzar en la querella criminal con sanciones administrativas, penales y patrimoniales de estos señores, es un “NUNCA MÁS” importante a construir. No debería ocurrirnos con esto lo que pasó con Vicentin. Digo esto porque la oficina anticorrupción ya puso en marcha la denuncia, y la presentó como una denuncia penal más. La denuncia está en el mismo juzgado y en la causa que está abierta en función de la presentación que nosotros hicimos en noviembre de 2019, con el mismo tipo de acusaciones que está haciendo el gobierno. Pero lo que necesitamos no es una denuncia penal más, necesitamos al Estado como querellante, generando pruebas y obligando a la justicia a avanzar. En ese sentido está faltando cuál va a ser el organismo del Estado que asuma la querella.
Esto tiene que servir para sacar una negociación distinta con el FMI. No se puede resolver esta cuestión como siempre se hizo, con ajuste y flexibilización. Esto tiene que ser distinto porque ha sido un crédito diferente, que tiene una magnitud que jamás el fondo debería haber dado, con plazos de vencimiento que desde el vamos se sabían que eran incumplibles.
Claramente hubo razones de carácter geopolítico, que han sido reconocidas por el propio presidente del Banco Interamericano de Desarrollo -ex delegado de Trump ante el FMI- que explicó que en realidad Estados Unidos forzó el crédito para sostener a Macri en términos electorales y en función de objetivos geopolíticos.
El FMI violó su propio estatuto para llevar adelante un acuerdo de esta naturaleza. Además ha hecho recomendaciones que lo hacen responsable de la crisis argentina del mismo modo que al gobierno de Macri.
El gobierno tiene que transformar esta discusión de la deuda en una resolución no convencional del crédito. La sugerencia en este caso es repetir lo que ya hizo el último gobierno de Cristina Fernández en el momento de la discusión con Griesa, que fue llevar el debate al seno de las Naciones Unidas. En aquel momento se dio un gran apoyo de parte de la ONU a la Argentina, que no se pudo aprovechar porque vino Macri y consecuentemente decidió pagarle a Griesa y a los fondos buitres lo que pedían.
- Por último, a nivel de la institucionalidad democrática de la Argentina, desde el ‘83 hasta aquí, está claro que las fuerzas de la reacción de la sociedad ante la violación de los derechos humanos, revelan niveles de conciencia que actúan como una valla para cualquier intento de volver a someterla.
Creo sí que, lamentablemente, hay algunos rasgos, que tienen que ver con el endeudamiento, el deterioro en las condiciones de vida, el aumento sistemático de la pobreza y del hambre, y el proceso de destrucción productiva, sobre los que no ha habido avances y tenemos una deuda pendiente que se ha ido agigantando en crisis sucesivas.