Si bien es reconocida por su larga lucha gremial y por ser una de las protagonistas de la histórica carpa blanca en los 90, Marta Maffei es también una importante militante dentro de la lucha socioambiental. Así lo ratifica su rol para la sanción de la Ley de Glaciares, como también su actual participación en la “Campaña plurinacional en defensa del agua para la vida en Argentina”, iniciativa que parte de una agrupación heterogénea de organizaciones que año a año plantean diversos desafíos ambientales.
En esta entrevista para Cauce, la referente anticipa la propuesta de una gran consulta popular que de lugar a un debate urgente sobre la problemática del agua en el país y en el mundo, a la par que advierte sobre los efectos de la megaminería en la población y la falta de controles en los puertos. Además, la ex diputada analiza el presente de los trabajadores y las trabajadoras en la víspera del 1ro Mayo y el marco de la pandemia.
– ¿De qué se trata esta campaña y cuál es la importancia de la misma?
Somos un grupo de personas, no muy grande, 50 más o menos. Hay gente de la CTAA, de derechos humanos, de las Madres. Hay gente que participa de distintas ONG y que tiene un trabajo realizado en materia ambiental, en temas de alimentación, en temas que hacen a la vida saludable.
Empezamos por llamarnos “Gane quien gane”. Un grupo con prescindencia política-partidaria, no con prescindencia política. Tenemos claro que queremos dar el debate por política. Queremos políticas que protejan la vida de las personas, la igualdad, la seguridad. Que nos saquen de este colapso ambiental en el que vamos avanzando de un modo muy acelerado. Se han producido grandes desequilibrios en la atmósfera, en el suelo, en el agua; el calentamiento global; la pérdida de diversidad biológica.
Hay una serie de cuestiones que son de enorme gravedad y por tanto hemos decidido actuar ¿Qué significa actuar? En este espacio, es generar conciencia. Trabajar con el conjunto de la población para que no resigne, para que tenga conductas adecuadas pero además se organice para pedir soluciones concretas a las problemáticas, así como hacen los compañeros de Andalgalá o el “Jáchal no se toca”.
Nuestra decisión es que cada año íbamos a tratarlo con especificidad a un tema. Este año el tema específico es el agua. El agua como un bien escaso y absolutamente imprescindible: la característica por la cual este planeta tiene vida es por el agua, si no tuviera agua no tiene vida. Estamos con severos riesgos con el agua: hay mucha contaminación, hay mucho desperdicio. Y hay una disputa muy severa entre los grupos económicos, que quieren el agua para los negocios, y los pueblos, que quieren el agua para la vida.
– ¿Cuáles son los principales ejes de esa disputa?
Hay, de parte de las organizaciones económicas poderosas, acuerdos con los sectores de política partidaria. Hay presiones fuertes sobre el periodismo que trastocan la realidad y no dejan ver el trasfondo de lo que realmente está sucediendo. Y por tanto nuestra decisión es esclarecer.
La idea ha sido trabajar con temas que tienen que ver con la soberanía de un país y la administración del agua. Temas que tienen que ver con el agua y determinados emprendimientos, como la agricultura industrial y la ganadería industrial (chancherías chinas, fracking). En todos estos temas hay un desperdicio muy severo del agua y una enorme contaminación. Además de la falta de controles y de regulaciones adecuadas.
Todos estos temas estamos decididos a trabajarlos. Queremos terminar el año con una consulta popular, que no sea solamente “poner una crucecita”. Sino que pueda dar origen a un debate, a una discusión, y que la podamos trabajar en las escuelas, las universidades, los sindicatos y organizaciones sociales. Que pueda dar ocasión para una reflexión sobre la problemática del agua, y un creciente compromiso de la comunidad.
Ahora tenemos el problema de la hidrovía y como se convierte en vehículo de saqueo de la república Argentina y sus bienes. No hay controles de ninguna naturaleza. Son más de 30 puertos que están saqueados. Ahí se va la riqueza del país sin que nadie sepa cuánto. No se controlan los barcos, los puertos no son ajenos.
– ¿Por qué cuesta tanto poner el acento en algo que a la vista es tan esencial como el agua para garantizar la vida? ¿Por qué hay tan pocos controles?
En los últimos 30 años se han podido construir indicadores. Hay una conciencia creciente respecto a las dificultades que tenemos con todos los bienes naturales: es el agua, es el suelo, el aire. No todos los políticos son estudiosos de la materia, ni tienen una conciencia suficientemente significativa construida en estas problemáticas. El tema es que los períodos políticos son breves: cuatro años, tres años, dos años, etc. Y las problemáticas ambientales tienen un decurso lento. El tema del cambio climático y el calentamiento global, empezó hace casi 200 años con el comienzo de la era industrial y ahora se sienten los efectos.
Por mucho que hagamos, la esperanza es que la temperatura no siga creciendo un grado más. No es que la vamos a parar, no va a crecer y se terminó. Los fenómenos ambientales tienen una duración y demoran en la construcción del mismo, pero después tienen una gran perdurabilidad. Y la política -la política partidaria específicamente- trabaja para el presente, el ahora.
No hay una visión a largo plazo de las problemáticas, y de la necesidad de trabajar en problemas que no te dan rédito político. Supongamos que ahora hubiera un trabajo intenso respecto del calentamiento global, ¿cuál sería el rédito político que tendrían las autoridades si no es dentro de 10, 12 o 15 años cuando esto se visibilice y se advierta el impacto que esas políticas han tenido?
Como son políticas a largo plazo, esto requiere consenso, grandeza, pensar en la humanidad y en la vida de todos, y no en la próxima elección. Esta es la dificultad central, por eso estamos trabajando con la comunidad. Para que tome conciencia y empiece a plantearse si vamos a hacer lo mismo que los políticos: vivir en presente perpetuo y dejar de mirar en el mediano y largo plazo; y si es así tendremos que definir que ni la vida de nuestros hijos, ni nuestros nietos importan.
– Hay una anécdota que usted ha contado y que tiene que ver con la visión de una vecina de Aldalgalá sobre la megaminería tiempo atrás…
Me ocurrió hace unos cuantos años, cuando era Secretaria General de CTERA, ya entonces trabajaba estos temas. Cuando voy a Catamarca, algunos docentes empezaron a plantear el problema de la minera Bajo de la Alumbrera, y qué estaba pasando con el agua, con la contaminación y demás. Ahí se generalizó un poco la discusión, había compañeros que estaban de acuerdo con avanzar sobre ese tema, otros querían que la asamblea se circunscribiera a discutir la problemática salarial.
En ese momento una señora se para y dice que la minería produce resultados económicos para ellos, en esos parajes y en esa soledad donde no hay emprendimientos industriales y poca posibilidad de agricultura y ganadería, que obtenían un rédito. Yo le pregunté: “¿usted personalmente obtiene un rédito, usted trabaja en la mina?”. Me respondió: “Sí. Yo preparo todos los días 30 desayunos, para los jefes en la minera. Yo hago todo, todo casero y me lo pagan bien”.
El vínculo con un emprendimiento contaminante es algo difícil de comprender si la sociedad no tiene construido un conocimiento anterior de lo que significa efectivamente eso. Es difícil para el común de la población entender realmente de qué se trata, cuál es la complejidad y cómo la minería se puede vincular con el sistema respiratorio de los pibes que están viviendo en el pueblo.
Es un proceso que requiere el abordaje de la posibilidad de poder tener insumos. Es decir, tener información fidedigna y que las personas puedan realmente conocer lo que sucede, escuchar distintas voces o ver en realidad lo que pasa en otros países. Saber por qué en otros países la minería se ha prohibido. A partir de eso la gente puede tomar posición. Ahora, cuando vos la única versión que tenés es la de la minera, que te viene a pintar la situación de que te va a salvar y eso va a ser un vergel, y que van a estar todos empleados, y que todos van a tener trabajo (como la señora que preparaba los desayunos), hay un abismo. Y ese abismo hay que llenarlo con información, con conocimiento, con militancia.
Sobre esto, lo que yo siempre he insistido es que los docentes tenemos ventaja, porque tenemos credibilidad. Nadie piensa que un docente va a enseñar porque quiere ganar una elección. Tenemos esa ventaja y no la podemos perder, ni regalar. Es muy importante que el sistema educativo tenga que ver con la veracidad, con el compromiso, el conocimiento de la realidad y con la decisión de trabajar un conocimiento de revertir la injusticia. Que de eso se trata.
– ¿Qué le genera en este sentido la discusión sobre la presencialidad en las aulas durante la pandemia? ¿Es creíble, en el caso del gobierno porteño, que quienes vienen recortando los fondos de educación hoy se muestren tan preocupados?
Ni siquiera les importa la educación sino “la educación presencial”. Han decidido que es lo único importante. Se “juegan la vida” en esto después de que han descendido once puntos el presupuesto educativo en la ciudad de Buenos Aires. El del año 2021 es el presupuesto educativo más bajo de su historia.
En Buenos Aires, y más ahora en pandemia, la gente se inscribe por correo electrónico. En la inscripción te dan cinco opciones: cinco escuelas próximas al domicilio de las cuales hay que elegir una como preferencial. Después te toca donde te toca. Muchas veces no te toca en ninguna parte. No cabes, no tenés lugar. En los últimos cinco años estamos entre 22 mil y 25 mil chicos que no ingresan.
Hubo grupos de padres que hicieron una demanda al gobierno de la ciudad. La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires es bastante particular. Dice que el gobierno tiene la obligación de garantizar las vacantes para el sistema educativo desde los 45 días días de vida hasta los estudios superiores. No hay ninguna otra provincia o jurisdicción que tenga esta disposición explícita desde los 45 días.
El gobierno obtiene, con esta justicia venal que tiene la ciudad, una sentencia que dice que el gobierno tiene esta obligación pero para con los padres que demuestren que no pueden pagar una escuela privada. Osea la justicia te obliga a demostrar la pobreza para garantizarte una vacante. ¿De dónde sacan eso? Por eso no me sorprende este otro fallo de la justicia, no es la primera vez.
En la historia la justicia ha tenido venalidades horrendas. En estos días vamos a conmemorar el 1ro de Mayo. Veamos que hizo la justicia nortemericana en ese momento, cuando los trabajadores de Chicago que exigían jornadas de ocho horas fueron acusados de poner una bomba. Del conjunto que son tomados por la policía, sólo uno había estado. Pero la justicia dice que si bien el resto no había estado en el momento de la explosión, deberían haber actuado para evitarlo. Y por tanto los condenaron a la horca.
– ¿Cómo considera que encuentra a lxs trabajadores argentinos este 1ro de Mayo en el marco del segundo año de la pandemia?
Ya veníamos mal hace muchos años con la informalidad. Tenemos un 47% de trabajadores informales, más ese 11% de trabajadores sin trabajo. Esto se agudizó con la pandemia. La situación venía mal, sigue mal. Por eso trato de ser lo más ecuánime posible. Y si bien tengo mis reservas fuertes con el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, creo que el gobierno de la Nación, respecto del trabajo, de la industrialización, de la vivienda, de la distribución del trabajo y de los trabajadores, tiene un lastre enorme. No pienso que lo vayan a resolver de un día para el otro pero por lo menos encaminar el tema, y ver de qué modo podemos encontrarle un cauce a esta situación.
Los últimos años han sido bravísimos: la gente que no llega a fin de mes, la inflación que sigue acosándolos y además la precariedad laboral.
La situación de los trabajadores sigue siendo muy difícil en un tiempo, y esto hay que decirlo claramente, en que los sectores económicos han seguido acumulando como si aquí no hubiera pasado nada. No es que nos empobrecimos todos. Esto es injusticia, no hay otro nombre para esto.
Acá hay que discutir los sistemas de producción, la industrialización, el control de los puertos. Los compañeros que trabajan en la zonas portuarias decían que si hubiera un control exhaustivo de lo que se va por los puertos, y de lo que entra sin controles de ninguna naturaleza, la Argentina en dos años pagaría toda la deuda externa. Así que imaginate el tipo de saqueo que se propicia.
Esto las autoridades lo saben y deben actuar en consecuencia. No es cuestión de saberlo y ver cómo arreglan con los distintos grupos económicos para que se queden en el país porque necesitan las divisas. Las divisas se consiguen si uno hace lo que tiene que hacer: controles exhaustivos y dejar de mirar para otro lado. Lo mismo pasa con la minería.
El “negocio” de la megaminería logró que el gobierno nacional finalmente le pusiera un 3% de regalías, pero mientras la ley se discutía terminó en el 3% del valor boca de mina. ¿Qué quiere decir? El 3% descontado los gastos de la producción. Osea que en verdad pagan el 1,2%, 1,3% o 1,5% como mucho. Pero encima es el 3% del valor boca de mina de lo que ellos declaran bajo juramento que se llevaron. No hay controles, nunca se sabe cuánto se va.
Entonces ¿Cuáles son los grandes ingresos que le deja al país el saqueo minero? Que además lo dejan sin agua. El agua que queda, queda contaminada. Enferma. Desplaza población. ¿Cuál es la ventaja para la argentina? ¿Cuál es el negocio?
– En su segundo año de gestión, ¿qué evaluación hace del gobierno del Frente de Todos?
Es difícil hacer una evaluación porque el antecedente del macrismo fue realmente muy malo para el conjunto de la población, y a este gobierno le ha tocado un período histórico vinculado al proceso de enfermedad, también muy malo. Creo que han intentado de distintas formas, con los IFE o los distintos aportes a los trabajadores, paliar de alguna manera la situación. Pero esto no te saca de la pobreza, la pobreza sigue creciendo y crece aceleradamente. Ya pasamos el 60% de los chicos menores de 14 años bajo la línea de pobreza.
Yo, cuando evalúo, evalúo no intenciones sino resultados. Evalúo que mi pueblo sigue con trabajo inestable, sigue con fuerte exclusión social, sigue habiendo miseria. Los planes y programas para recuperación de la vivienda, para la inclusión del trabajo asalariado con cierta regularidad no se han cumplido. La pandemia ha sido un impedimento pero no es todo. Acá todavía hay demasiada poca transparencia en el control de los grupos económicos y sus negocios, por parte del gobierno nacional.