Por Eduardo Balán*
Una enorme emoción nos atravesó a todos y todas durante nuestro VI Congreso de Unidad Popular; el sólo hecho de volver a vernos todos juntos, aún en modalidad virtual, fue un canto a esa persistencia alegre que caracteriza a nuestra “compañerada”, como dice Leti Quagliaro, sin importar edades, géneros ni procedencias.
Pero el saludo de Alberto Fernández agregó a la emoción un manojo de verdades que ya son insoslayables; muchos de los que tenemos hijas e hijos hemos pasado alguna vez por ese momento en que un especialista, frente a nuestra pareja, nos muestra la “ecografía” en la que se ve la bebé o el bebé. Es un momento raro. Ambos, en la pareja, saben que una personita venía en camino, pero la imagen en movimiento les devuelve una certeza que convierte a la promesa en realidad presente.
Alberto ofició, quizás sin saberlo, de mensajero de una profunda novedad. Las palabras del presidente, aunque sobrias, fueron claras, y nos confirmaron no sólo que UP es una realidad en marcha, sino que ya está disputando el “Frente de Todos y Todas” que hace falta, le guste a quien le guste, o no.
En cierta medida, qué duda cabe, nosotros construimos al Alberto que nos saludó; desde nuestra práctica, desde la coherencia de Víctor, de Claudio y de tantos y tantas entre nosotros. Ojalá nos de la fuerza para parir las muchas
novedades que está necesitando nuestro Pueblo.
Los nuevos protagonismos están a la orden del día; sustancial fue el crecimiento de nuestra solidez espiritual como nueva identidad política con la impronta afectuosa, lúcida y socarrona que nos regaló en estos últimos años el liderazgo de Leti Quagliaro en la representación de nuestra herramienta, y que en la provincia de Buenos Aires
acompañó como un paciente albañil el querido Hugo Amor.
Pienso que tenemos muchos desafíos por delante; entre ellos, para mí uno de los principales, es construir colectivamente la teoría política revolucionaria de este tiempo en la lucha contra el capitalismo que amenaza la Vida: las verdades del pasado tienen que ser revisitadas y recuperadas, pero en la certeza de que nos hallamos ante una realidad que nos desafía a crear.
Durante los próximos veinte años, el movimiento popular argentino está interpelado a movilizar por lo menos a cinco millones de pobladores y pobladoras a ocupar el territorio nacional en proyectos comunitarios y productivos autogestivos si queremos conservar lo que nos queda de soberanía. Agroecología, Producción de Alimentos, Tecnologías de la comunicación, oficios del Habitat, acompañamiento social y comunitario son los temas en los que habrá de ocuparse la clase trabajadora si queremos recuperar la Argentina desde otro modelo de Desarrollo.
Y eso solo va a ser posible con una nueva identidad política dotada de un robusto pensamiento integral, generosa con las expresiones fraternales y constructora de Democracia Participativa, en todos los territorios y, en especial, en
nuestro lastimado Conurbano bonaerense. Una identidad de la que ayer vimos una tímida imagen, como la foto de una bebé en el vientre de su madre, pero que nos habla de una transformación inexorable y luminosa. Felicitaciones compartidas, gracias por el afecto, seguimos caminando.
*Secretario de Cultura de Unidad Popular (UP)