«El Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) relocaliza familias a viviendas en ruinas, sin apto técnico y asentadas sobre pozos ciegos colapsados», denunciaron organizaciones porteñas tras presentar un informe sobre las «soluciones habitacionales» entregadas por el Gobierno de la Ciudad a dos familias del Barrio Rodrigo Bueno en el marco del proceso de reurbanización. Según señalaron en el relevamiento, las viviendas tienen graves riesgos estructurales, de humedad y filtraciones, mientras que una de ellas no está conectada a los servicios básicos y está construida sobre un pozo ciego que da al living de la casa: «Habitan una vivienda sobre un pantano de materia fecal», advirtieron las organizaciones.
«Estamos hablando de dos familias que fueron relocalizadas por el IVC con una solución habitacional definitiva: ninguna de las dos viviendas cuenta con un apto técnico», comenzó a contar a Página 12 María Eva Koutsovitis, presidenta de UP CABA, ingeniera civil y coordinadora de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la UBA, una de las organizaciones que realizó el informe junto al Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC) y el Instituto Pensamiento y Políticas Públicas.
«Una de las viviendas presenta importantes déficits estructurales. Es una casa de tres pisos que recibió una inspección por parte de la Guardia de Auxilio y el propio informe aclara que, aunque no tiene peligro inminente de derrumbe, presenta características precarias y requiere llevar adelante acciones, entre ellas el apuntalamiento», señaló la ingeniera. «Se hicieron cateos en esa vivienda y se descubrió que no solo no cuenta con elementos estructurales necesarios, como bases y columnas, sino que pudimos observar importantes fisuras en la primera planta que evidencian el riesgo estructural», agregó.
En esa vivienda vive una mujer junto con su suegra y cuatro hijes, que habitan solo la primera y segunda planta, ya que la tercera no está habilitada. «Están en una situación de hacinamiento terrible, con solo dos cuartos en el primer piso y, en la segunda planta, la cocina y el living», detalló Koutsovitis. Sobre esa vivienda, el informe precisa que se encuentra «sin arriostramiento de las paredes perimetrales de la tercera planta, ausencia de elementos estructurales, filtraciones y humedades».
El segundo caso también es una «solución habitacional definitiva» entregada en diciembre, y fue la propia familia la que debió tomarse el trabajo de realizar los cateos para verificar el estado de los cimientos, luego de descubrir filtraciones de materia fecal en el living. «El ambiente principal está asentado sobre un pozo ciego operativo, que además se encuentra colapsado. Cuando realizamos una perforación junto al pozo pudimos verificar que hay una filtración de manera continua de líquido cloacal generalizado», indicó la ingeniera, que precisó que el pozo ciego recibe vuelcos cloacales de otras familias del barrio.
Al verificar la existencia del pozo, las familias pidieron ayuda al GCBA y la respuesta, según denuncian, solo fue vaciarlo: «El Gobierno sabe que el pozo está ahí y no lo anula, lo vacía y se olvida del tema», sostuvo Koutsovitis. Gracias a los cateos realizados por la propia familia, también se pudo descubrir que la infraestructura sanitaria de la vivienda no está conectada a la red de servicio de agua potable.
«Esta vivienda tampoco cuenta con bases de sostén para la estructura y lo del pozo ciego, además del riesgo sanitario, implica un enorme riesgo estructural», agregó la ingeniera, que indicó que en las últimas semanas desde el IVC se acercaron a la familia para discutir la situación, pero «no tenemos ninguna propuesta concreta y la familia continúa habitando una vivienda sobre un pantano de materia fecal».
El informe precisa que en los cateos se dio con «la presencia de líquido cloacal septizado, que confirma que la vivienda se encuentra sobre un pozo ciego colapsado, que filtra hacia el resto del suelo de apoyo». A través de la ventilación del pozo ciego «se pudo verificar que la profundidad del líquido cloacal es de 2,10 metros, que la descarga de efluentes es permanente y que el nivel de líquido cloacal está prácticamente coincidente con la tapa de la ventilación», es decir que el pozo está «operativo» y con «desborde cloacal en el living de la vivienda entregada por el IVC».
Las familias en cuestión vivían sobre la ribera del canal del Río de la Plata que ingresa entre la Reserva Ecológica Costanera Sur, el Barrio Rodrigo Bueno y el predio de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors (donde el Grupo IRSA busca construir un barrio de torres de lujo). «Estas familias fueron presionadas a abandonar sus viviendas para abrir el camino de sirga. Derribaron sus casas y fueron relocalizadas a estas viviendas que son inaceptables. Estamos a la espera de que el GCBA presente una propuesta concreta, les hemos planteado que es inadmisible que entregue soluciones habitacionales en estas condiciones», concluyó la ingeniera.
Al finalizar el informe, las organizaciones exigieron «de manera urgente» que el IVC realice «una evaluación estructural pormenorizada de las viviendas entregadas» y que a partir de esa evaluación «ejecute los refuerzos estructurales necesarios para garantizar condiciones de habitabilidad seguras». «Solicitamos que se impermeabilicen y reparen el conjunto de filtraciones de las viviendas entregadas. Además, exigimos que las viviendas entregadas se encuentren formalmente conectadas a los servicios básicos de agua potable, cloaca y tendidos eléctricos. Y que inmediatamente se realice el saneamiento sanitario y ambiental que mitigue el riesgo sanitario, ambiental y estructural al que se encuentran expuestas las familias», reclamaron.
Fuente Página 12