Desde Unidad Popular manifestamos públicamente nuestro repudio hacia el voto argentino en favor de la expulsión de la Federación Rusa del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas.
Cuesta entender qué criterios utilizó la Cancillería Argentina para votar de ese modo. Es difícil olvidar principios rectores de la diplomacia nacional como la neutralidad ante conflictos que involucran los intereses de las principales potencias del mundo. Peor aún es no haber considerado que Rusia fue uno de los países que demostró mayor solidaridad y cooperación durante la pandemia a partir de la provisión de las vacunas Sputnik V, así como también en las políticas conjuntas que se plantearon para el desarrollo y producción de la citada vacuna en nuestro país. A la vez, era sabido, que la iniciativa de expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, estaba impulsada y promovida por los Estados Unidos, país que ha respaldado los intereses británicos en las Islas Malvinas, mientras que, en los diferentes foros internacionales, el comportamiento de la Federación Rusa, ha sido el de acompañar los reclamos argentinos en Malvinas. Podemos coincidir en repudiar la invasión rusa a Ucrania en tanto violenta el principio de autodeterminación de los pueblos. Pero no podemos obviar que el accionar de la Federación Rusa está en línea con la actitud de los Estados Unidos a partir de la caída de la Unión Soviética. Actitud que implicó trata de cercar política, económica y financieramente a la Federación Rusa. Es inaceptable que, en un conflicto por áreas de influencia de dos potencias, Argentina termine alineada en la defensa de una de ellas, que, por otra parte, además tiene intereses contradictorios con importantes reivindicaciones soberanas de nuestro país.
En este marco, el voto de la Argentina en favor de esta decisión, vuelve a mostrarnos una gran pérdida de soberanía de nuestro país en materia de política internacional y una tendencia preocupante a alinearse con los intereses de los Estados Unidos. Pareciera que los efectos del acuerdo con el FMI, no terminan en el simple control de la política económica, fiscal y monetaria de la Argentina, sino que parecen extenderse al posicionamiento que nuestro país termina teniendo en los diferentes organismos internacionales.
Desgraciadamente, este hecho se suma a otra serie de definiciones en el plano internacional, que posicionaron a la Argentina en sintonía con los intereses norteamericanos en actitudes que comprometían el principio de autodeterminación de los pueblos a la hora de evaluar las situaciones en Nicaragua y en Venezuela.
Es por ello que observamos con gran preocupación estos hechos y advertimos los peligros que puede traer la pérdida de soberanía en el plano internacional para el desarrollo de nuestro país y la continuidad en la integración regional.
Julio Fuentes – Secretario de Relaciones Internacionales
Claudio Lozano – Presidente de Unidad Popular