En el aniversario del 25 de mayo, el concejal de Puerto General San Martín, Luciano Mandón, reflexionó sobre las deudas que aún tiene el Estado para con su pueblo. “Nos colonizaron de otras formas”, analizó, en referencia a la inserción y rol de las multinacionales en la política y la economía del país y la región. El dirigente de 44 años, padre de tres hijos y trabajador aceitero de Cargill, actualmente va por su segundo mandato como edil en una localidad signada por la preeminencia de grandes empresas agroexportadoras y de otras ramas centrales de la producción. Frente a ellas y para defender los intereses del pueblo, “los trabajadores tendríamos que estar llevando adelante nuestra patria”, aseguró.
– ¿Qué significa para vos ser un trabajador aceitero ocupando una banca de concejal? ¿Se pueden cambiar las cosas en la medida en que más trabajadores lo hagan?
Cuando surgió la posibilidad de entrar en política desde el sector gremial, no era participar por participar. Ser un nombre nada más. Era para trabajar de verdad por lo que representa Puerto General San Martín. Tenemos un cordón Industrial muy importante, donde sale casi el 83% u 85% de la producción del país. Tenemos grandes empresas manipuladoras de la política también, como son las agroexportadoras.
Entrar en política era entrar para trabajar sobre lo que nos falta en este cordón, y creo que en el país. Que es más inversión, más inclusión, más derechos, más cuidado por el medio ambiente. Trabajar fuerte para exigirle a estas empresas que haya una mejor convivencia con el vecino, con el barrio, más aporte a la educación, a las instituciones, a la salud.
Creo que cuantos más trabajadores logren ocupar estos espacios se puede modificar estas cosas, pero siempre que sepamos y entendamos el sentido de pertenencia de cada uno de nosotros. Hay que tener claro que detrás de tu imagen o de tus formas, hay luchas y sentido de pertenencia y creo que la base está ahí. En la persona, que no se contamine y no se pase para el otro lado. Que siempre sostenga esa bandera de los trabajadores para saber qué necesita un pueblo, una familia, un padre o un laburante para tener un proyecto de vida. Tiene que haber políticas y también tiene que haber decisiones de aquellos dirigentes o aquellas personas que quieran ocupar un lugar, de esforzarse, trabajar fuertemente, pero no olvidarse de sus raíces. Yo creo que si eso sucediera en el país, los trabajadores tendríamos que estar llevando adelante nuestra patria.
– ¿Crees que es difícil pensar la Revolución de Mayo en el siglo XXI? ¿Quiénes atentan contra la revolución de los trabajadores?
Se sigue repitiendo la historia y cada vez son muchos más los que están en contra de nuestra patria. En los sectores políticos, más allá de la orientación, es como que todavía no se aprendió lo que querían nuestros próceres.
Vengo de un sector de trabajadores organizados, como es el aceitero, y para nosotros el objetivo es el valor del trabajo y los derechos de los trabajadores. Si no tenés trabajo no tenés derechos. Lo que dice nuestra Constitución en el artículo 14 bis, el trabajo es algo primordial. Estas empresas te condicionan por el poder que manejan porque hay gestiones políticas que todavía no entendieron lo que realmente necesita un pueblo.
En la política tradicional, los dirigentes todavía nos deben, y nos debemos, reivindicar los derechos de los trabajadores y el valor del trabajo. Y esto se hace en conjunto: con políticas inclusivas y con los sectores más vulnerables, para poder generar trabajo a través de cooperativas, los sindicatos mismos. No basta sólo con dar desde el Estado alguna ayuda o aporte económico para cubrir pequeñas necesidades del momento. El Estado no genera las condiciones para que se produzca trabajo de verdad y así reivindicar derechos.
Yo creo que el trabajo dignifica, es lo que me enseñaron los 44 años que tengo. Vengo de un sector muy humilde, de una familia muy humilde y de un barrio popular como es Barrio Petróleo, en Puerto General San Martín. Eso me fortaleció como persona, y me sigue haciendo crecer porque uno quiere ayudar al prójimo, al compañero, al vecino. Pero vemos que cada vez la política hace menos por la inclusión.
El sistema político es el que tiene que controlar a las grandes empresas que aumentan precios, y siempre tienen una excusa para sacrificar al pueblo. Hay mucho por aprender. Cuando nos retrotraemos al pasado, a 200 años atrás, creo que esos próceres que dejaron su vida por la patria fueron castigados en el transcurso de esas luchas por el mismo poder.
– ¿Qué tomarías del legado de la Revolución de Mayo para tu práctica política de hoy?
Eran unos adelantados de lo que querían para su patria. Primero la independencia y la soberanía. De eso se trata: cuando vos tenés soberanía e independencia, tenés todo para llevar adelante lo que realmente necesita tu pueblo y no lo que te impongan los sectores más fuertes del poder, que solamente trabajan para una élite que representa los intereses de los de afuera, de los países hegemónicos.
Todo sigue sosteniéndose en esa historia: se peleó por la independencia y hoy nos colonizaron de otra forma. Fueron mucho más inteligentes después, con el tiempo, a costillas de algunos dirigentes antipatria que le dieron esa posibilidad de instalarse y colonizarnos de otra forma.
Tenemos que replantearnos nosotros, los jóvenes, los nuevos dirigentes. Aprender de los grandes dirigentes que llevan la bandera de nuestra patria, la soberanía, la independencia, porque son pocos y quizás necesitamos multiplicarnos desde ahí. No sé si lo vamos a ver nosotros, pero si bajamos los brazos no lo vamos a ver nunca, ni lo van a ver los más chicos. Tenemos que reivindicar esa lucha, trabajar fuertemente con todos esos grandes dirigentes que llevan en alza la bandera de los trabajadores y la bandera Argentina. Nuestra patria tiene que ser grande porque somos grandes, pero falta mucho.
– ¿Cómo un concejal de extracción de clase trabajadora de Puerto General San Martín lucha y pelea por esa soberanía y por esa independencia?
Se hace lo posible. En lo que respecta a mi gestión, a través de ordenanzas, de minutas, con respecto a mayor control sobre las agroexportadoras, en relación a la contaminación, ejerciendo más control y poder darle participación al Estado municipal, por medio de convenios con estas empresas, para poder generar mano de obra local, capacitarla e insertarla en el mundo laboral y que pueda afrontar las exigencias que demanda la tecnología y los nuevos tiempos.
Yo creo que de esa manera se va trabajando sobre la inclusión pero también se ordena a estas empresas, a las que lo único que les interesa es exportar y llevarse todo a costilla de la situación de una ciudad, sobre todo en relación de lo que es el medio ambiente. Falta que desde el poder se acompañe la gestión de un concejal que tiene otra mirada, que ve y conoce desde adentro lo que son las agroexportadoras y cómo trabajan.
Esto no quiere decir que vayas a cerrar una fábrica, pero sí buscar la forma, las herramientas, para que la inversión por parte del privado sirva para poder mejorar la calidad de vida del vecino. Por eso Puerto General San Martín tiene un gran presupuesto, por estas empresas. Pero no por eso vas a permitir que hagan lo que quieran.
Tenemos doce agroexportadoras en una ciudad de 23 mil habitantes. Después tenés grandes empresas que trabajan con agroquímicos, combustibles, crudo. No solamente es el cereal, sino que hay muchas empresas. Uno ve que tiene mucha materia prima, muchos recursos hay en esta ciudad, pero falta más y mejor política para buscar la mejor convivencia y darle al pueblo lo que necesita, que es reivindicar derechos, dignidad, el trabajo, salud y educación.