Este domingo, los vecinos de Montserrat y San Telmo se concentraron en la intersección de la avenida Independencia y la calle Defensa, para realizar una radio abierta y repartir volantes con la consigna «salvemos al casco histórico de San Telmo y Montserrat», que hoy corre peligro porque se quiere instalar un polo gastronómico.
“Esta lógica de transformar nuestros barrios históricos en un gran polo gastronómico terminará expulsando a las familias y pequeños comerciantes porque va a encarecer nuestros costos de vida y el valor de los alquileres. La actividad gastronómica de San Telmo está fuera de control, sin ningún tipo de regulación y eso hace que sea muy difícil habitar nuestros hogares”, expuso Eva Koutsovitis ante la multitud de vecinos
“Hoy transitar por algunas calles de San Telmo es prácticamente imposible, la basura se acumula en las diferentes esquinas, la contaminación sonora no permite que podamos descansar en la noche. No sólo corre riesgo nuestro patrimonio, también la posibilidad de habitarlo”, finalizó.
“Estamos para defender nuestro barrio, el casco histórico de Argentina, acá nació Buenos Aires, la Gran Aldea. Vivo a una cuadra de acá, y somos víctimas de los desastres que hace el transformar el casco histórico cuando necesitamos que lo preserven”, nos comentó Emma, vecina de la zona.
“Están quitando el patrimonio público desde los materiales, los adoquines, lo condones, los están sacando y poniéndole cualquier cosa menos granito, destruyendo la imagen colonial del barrio. Convirtieron la calle Bolivar en un polo gastronómico para el turismo a cielo abierto”, agregó.
“De esta manera se libera el espacio para que los negocios gastronómicos puedan utilizar el espacio público, con mesas sillas, haciendo su negocio. A nosotros nos va a quedar el perjuicio de la contaminación sonora, nos va a quedar la basura, nos va a quedar las invasiones de ratas”, sostuvo Marylin Arandia, de Barrios Históricos Vivos.
En su turno, Jonatan Baldiviezo, fundador de El Movimiento, interpeló a la multitud presente: “Ya fuimos a la justicia por las obras de la calle Bolívar, y allí nos dijeron que esperemos la sentencia, que los jueces no van a frenar las obras porque las obras se pueden deshacer. Están soslayando todos los principios ambientales de prevención, donde no existe el principio el que contamina paga, o el que destruye patrimonio lo rehace. Siempre debemos prevenir, si vemos una obra ilegal, debemos frenarla inmediatamente. No esperar que avance”.
“Por tal denunciamos la convivencia entre el poder judicial con la voluntad del gobierno de avanzar bajo un sentido común que indica que los cascos históricos del mundo están destinados para el turismo, como si fuese el camino natural de lo que deberíamos seguir nosotros. Pero nosotros creemos que el valor patrimonial no es solo arquitectónico sino también social”, finalizó.