Claudo Lozano, Presidente de Unidad Popular, sostuvo que «ha trascendido en medios periodísticos la supuesta existencia de una discusión al interior del Frente de Todos que dividiría por un lado, a quienes promueven la sanción de la ley que instituye el Impuesto a la Renta Inesperada, y por otro a quienes plantean la necesidad inmediata de una Suma Fija para el salario de los trabajadores.
Discusión que resulta ciertamente inentendible.
Básicamente porque la situación del país reclama tanto el impulso de propuestas tributarias de contenido progresivo, y la Renta Inesperada va en esa dirección.
Y porque la Suma Fija no solo mejora el poder adquisitivo de los trabajadores, sino que impacta en mayor medida sobre los salarios más bajos interviniendo de este modo en la fragmentación salarial vigente.
Por ende, la cuestión no es Renta Inesperada o Suma Fija, la cuestión es Renta Inesperada y Suma Fija.
Es absurdo rechazar la Renta por ser una propuesta del ex Ministro Guzmán (claro responsable de muchos de de los problemas que hoy tenemos).
Y más absurdo aún cuestionar la Suma Fija con el argumento insostenible de que supone obstruir, complicar o afectar las paritarias.
Cierto es que el proyecto de Ley sobre la Renta Inesperada merece modificaciones ya que el conjunto de condiciones que, según Guzmán, debieran cumplirse son tales que quedarían afuera demasiadas empresas que razonablemente deberían pagar.
Un estudio que hicimos al respecto nos indicaba que, por ejemplo, con las condiciones del proyecto, podrían quedar afuera de la necesidad de tributar Telecom, Molinos Agro, Arcor, Aeropuertos Argentina, el Banco Supervielle, el Banco Hipotecario y otros, todos estos, grupos empresarios que debieran tributar.
Pero lo lógico no es archivar el proyecto, sino modificar los problemas que tiene y avanzar en una estrategia tributaria de estricta justicia.
Por otro lado, la Suma Fija además de las virtudes ya señaladas de mejorar el poder adquisitivo de todos los dependientes de salarios y actuar de manera redistributiva mejorando aún más a los salarios más retrasados, también opera como piso para la negociación paritaria impulsando hacia arriba el salario a pactar en el convenio.
En algún sentido cumple la misma función que el salario mínimo. Cuanto mayor sea este más impulsa al alza el salario de convenio.
Por eso la resistencia de algunos dirigentes sindicales es incomprensible y solo puede entenderse cuando se observa quienes son los que la rechazan.
Suelen ser aquellos más proclives a cerrar paritarias por debajo de las posibilidades y a validar una y otra vez las exigencias patronales.
Para estos dirigentes que han sido socios de todos los gobiernos (desde la dictadura hasta hoy), y que nunca han estado en la primera fila de la lucha contra las políticas neoliberales. Para ellos puede ser un problema.
No lo es para los trabajadores. Lejos de ello hoy les resulta indispensable.
Por ende, la cuestión es SUMA FIJA Y RENTA INESPERADA».