En este nuevo aniversario del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, nos unimos para destacar la importancia de la sostenibilidad de la vida, y para denunciar la mercantilización de nuestros cuerpos, territorios y bienes comunes. Las mujeres y las personas con diversas identidades enfrentan la desigualdad, la discriminación y la violencia. Es por eso que alzamos nuestras voces para afirmar que todas somos trabajadoras y para exigir políticas nacionales de cuidado con presupuestos adecuados, una reforma judicial democrática y transfeminista, un ingreso básico universal y políticas integrales para poner fin a los femicidios, travesticidios y transfemicidios.
María Eva Koutsovitis, presidenta de Unidad Popular CABA, señaló que en este 8M estamos aquí para decir que el modelo patriarcal inmobiliario es responsable de la emergencia ambiental, habitacional, social y urbanística en la Ciudad de Buenos Aires. En el distrito más rico de nuestro país, 400.000 porteñas y porteños no tienen acceso al agua potable, lo que no solo afecta la reproducción de la vida, sino que también sobrecarga a las mujeres con tareas de cuidado adicionales. Además, medio millón de personas en el distrito más rico del país enfrentan una emergencia habitacional, y la mayoría son hogares monomarentales que luchan con deudas enormes de alquiler. Este 8M exigimos una planificación feminista que nos permita habitar nuestras ciudades en igualdad de condiciones.
La deuda es con nosotras y nosotros, por lo que salimos a las calles para decir no a este modelo extractivo que precariza todas las dimensiones de nuestras vidas. Queremos ser vivas, libres, soberanas y desendeudadas.