El 9 de Julio es la ocasión elegida para festejar la inauguración del primer tramo del Gasoducto Néstor Kirchner.
Un modo de señalar que la obra terminada en tiempo récord luego de importantes retrasos, sería un símbolo de independencia.
Es indudable que contar con el gasoducto constituye un aporte significativo. A partir de su inauguración tendremos una disponibilidad de gas de entre un 11 y un 15% más lo cual permitirá un ahorro significativo de divisas. Sin embargo, si de pensar en nuestra independencia se trata, sería importante reflexionar más en profundidad cuáles son los intereses y los objetivos que se juegan a la hora de desarrollar la infraestructura energética.
Conviene comenzar diciendo que el retraso en la construcción de esta importante obra tuvo que ver con el hecho objetivo de que a los responsables de ésta, (Techint y Mindlin), importantes protagonistas de la extracción de gas en Vaca Muerta, les convenía seguir exportando antes que inyectar gas con destino al mercado interno dada la diferencia de precios existente. A la vez, la información que trasciende sobre los próximos pasos en materia de infraestructura señalan que el segundo tramo del Gasoducto que se inaugura, tiene por objeto la exportación a Brasil entrando por Río Grande do Sul. También se escucha que otra obra importante, la reversal del norte, tendría por objeto llevar nuestro gas hacia Brasil entrando por el Matto Grosso.
Mientras esto ocurre, Grupos que demoran obras por sus intereses exportadores y un rumbo en materia de infraestructura que privilegia la exportación del gas repitiendo con Vaca Muerta lo que ya ocurrió en los ’90 con Loma de la Lata, un cuarto de la población del país (más de 11 millones de personas, casi todo el nordeste) no tiene acceso al gas de red.
Por otra parte, del mismo modo que el atraso de la obra se debió a los intereses de los grupos exportadores que estaban involucrados en la misma, la aceleración vivida por la obra en el último tiempo, no puede disociarse de la escasez de reservas en un contexto de crecientes vencimientos de deuda.
La discusión sobre la necesaria independencia económica del país, debería considerar la revisión de los objetivos de la infraestructura energética. Podríamos preguntarnos si esta debe guiarse solo por la obtención inmediata de divisas consolidando una salida reprimarizante que incorpore el gas no convencional como rubro exportador fundamental junto al agronegocio, o si el objetivo debiera ser garantizar el acceso al gas al conjunto de la población y privilegiar el autoabastecimiento a bajo costo para la producción, en un contexto de modificación de la matriz energética. Probablemente asociar el desarrollo de la infraestructura con la independencia económica del país, implique privilegiar la reconstrucción social y productiva de la Argentina.
Por Claudio Lozano
Presidente Unidad Popular