El brutal y repudiable ataque perpetrado por las milicias de Hamás a la población civil israelí en los últimos días ha vuelto a poner al conflicto palestino-israelí en el foco de la agenda internacional. Por su parte, la desproporcionada y criminal respuesta militar del Estado de Israel sobre el conjunto de la población civil palestina obliga a la comunidad internacional a expresarse y tomar acciones, con el fin de evitar un verdadero genocidio en la Franja de Gaza.
No existe derecho a la defensa que justifique el asedio a un territorio habitado por 2.300.000 seres humanos, la mitad de los cuales son niñas, niños y adolescentes, como es la Franja de Gaza. No existe culpabilidad colectiva alguna que se pueda invocar para bombardear a una población desarmada, a sus escuelas, sus viviendas, hospitales, templos religiosos o infraestructuras civiles. Toda acción en ese sentido, más que respuesta a una agresión, debe ser considerada una flagrante violación al Derecho Internacional Humanitario y un crimen de guerra.
Aun en el marco de un conflicto armado, como el que el Estado de Israel invoca al declarar el estado de guerra, existen normas internacionales que deben respetarse para evitar el sufrimiento humano en las zonas de conflicto. Las expresiones del alto mando militar israelí respecto a que se enfrenta a «animales humanos» desnudan el carácter racista y genocida de un Estado opresor y colonialista, que aprovecha un ataque sobre su población para justificar una limpieza étnica.
Desde Unidad Popular condenamos la matanza de civiles, tanto israelíes como palestinos, pero denunciamos y repudiamos también, la opresión permanente que vive el pueblo palestino desde hace más de siete décadas en su territorio, ocupado militarmente por el ejército de Israel con el apoyo de los Estados Unidos y sus socios europeos miembros de la OTAN. El virtual sistema de «apartheid» que viven los palestinos de Cisjordania y el bloqueo por tierra, aire y mar que vive la Franja de Gaza desde 2007, que convierte a la zona en una suerte de «prisión a cielo abierto», son una expresión obscena de los crímenes de lesa humanidad que comete el Estado de Israel contra el pueblo palestino.
Por todo ello, reclamamos a la Organización de las Naciones Unidas a instar a las partes al alto al fuego, a que se proceda a la liberación de rehenes, y al mismo tiempo, se ponga fin al asedio que impide el acceso de alimentos, medicinas y combustible a la Franja de Gaza. Es imperioso que se constituya una Misión de Paz supervisada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUD) para evitar una inminente catástrofe humanitaria en la Franja.
Del mismo modo, reclamamos al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que exija al Estado de Israel el cese de los bombardeos sobre el territorio palestino y desista del ultimátum impuesto a más de un millón de gazadíes de abandonar sus hogares para iniciar una ofensiva militar que, de concretarse, derivará en un genocidio. En el mismo sentido, repudiamos el incremento de presencia militar en la zona, con el envío de una flota de portaaviones de los EE.UU. al mediterráneo oriental, situación que solo agrega inestabilidad y la amenaza de un conflicto a mayor escala.
Para alcanzar la Paz real y duradera es urgente poner fin a la ocupación militar por parte del Estado de Israel del territorio palestino, el cese de los asentamientos ilegales por parte de colonos judíos, y el inicio de un diálogo político que habilite la creación de un Estado palestino soberano en cumplimiento con las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional.
Frente a quienes agitan tambores de guerra, hagamos oír el clamor por el derecho de los pueblos judío y palestino a vivir en Paz, que será hoy siempre el clamor universal de todos los pueblos del mundo.
Buenos Aires, 15 de octubre de 2023.
Claudio Lozano – Presidente
Horacio Fernández – Sec. de Acción Política
Julio Fuentes – Sec. de Relaciones Internacionales