Claudio Lozano, presidente de Unidad Popular, refirió al discurso del Presidente en el Congreso por la presentación del Presupuesto 2025 y sostuvo que “el Presidente pretendió utilizar el prime-time televisivo para repetir las zonceras ya conocidas de su precaria y delirante teoría económica. Los televidentes le dieron la espalda. Su insistencia en señalar el camino virtuoso que nos propone mientras todos los datos de la actividad económica, los ingresos, la inversión y el empleo dicen lo contrario, ya aburre. No obstante es bueno destacar que en su discurso recuperó el slogan de la dictadura del 76 «achicar el Estado es agrandar (y aquí cambió Nación por Sociedad)». En alguna medida, confirmando que en su perspectiva no hay, a futuro, una Nación argentina. Su meta es la disolución nacional.
Hecha esta confesión propuso con claridad que la única regla fiscal a respetar pasa por adecuar el gasto, dados los ingresos (que no pueden incrementarse) a la necesidad de obtener el superávit que permita pagar la deuda pública. En este marco aclaró que las responsabilidades del Estado no incluyen ni la salud, ni la educación, ni la previsión, ni el desarrollo. Eso es tarea del mercado y de los Estados Subnacionales (Provinciales). Pero a estos últimos les advirtió, por si sus dóciles gobernadores no se habían dado cuenta, que el objetivo de un Gasto Público consolidado del 25% del PBI depende de ellos porque el Estado Nacional ya hizo su tarea. Es decir les dijo, gobernadores a ajustar.
Su discurso pasó del delirio al ridículo cuando intentó asimilar sus planteos con Alemania, Francia o Italia. Países donde el Estado no solo toma roles y funciones que para Milei no existen, sino que además entienden que cobrar impuestos sobre las utilidades, rentas, patrimonios y ganancias de capital es lógico y razonable. 46,8% del total de la recaudación tienen ese origen en Alemania, y 53,5% en Francia e Italia. En Argentina apenas el 17%. Su discurso no incluyó ninguna referencia concreta a la presentación del Proyecto de Presupuesto que ingresó en la Cámara de Diputados. Pero más allá de los números que trascendieron, el futuro fiscal y presupuestario de la Argentina está asociado a las tendencias generales que afirman las políticas gubernamentales.
El diseño es claro. Se pretende consolidar un Extractivismo exportador, donde el Estado no va a captar renta exportadora, y donde el mercado interno sólo puede tener una recuperación acotada para no reducir la disponibilidad de divisas, por tanto la recaudación no puede recuperarse de manera significativa. A la vez estos límites sobre la recaudación conviven con una necesidad creciente de gastos por deuda tanto por el traslado al Tesoro de la deuda del Banco Central, como por el aumento de los compromisos en divisas. Dos datos abonan lo dicho. El aumento de 81.398 millones de dólares en la Deuda bruta del Tesoro en estos meses, y los compromisos de 13.500 millones de dólares en el 2025, 14.400 millones en el 2026 y 18.800 millones en el 2027. Por ende, límites recaudatorios y mayores gastos por deuda imponen un mayor ajuste.
Más allá de las zonceras, de las mentiras y los números presentados, el futuro que Milei propone es un extractivismo exportador combinado con un ajuste perpetuo. Defender el futuro de argentinas y argentinos implica transformar esta baja sustantiva del rating del otrora exitoso panelista televisivo, en la oportunidad para construir una alternativa que termine, de una buena vez, con esta pesadilla.