En marzo de 2016, los créditos que se ajustan a la Unidad de Valor Alternativa (UVA) se otorgaron por $65.800 millones, según publicó el Banco Central (BCRA) en el informe sobre la situación monetaria. En el último mes, el 93% de los créditos otorgados fueron de este tipo. El economista Alejandro López Mieres de UP CABA explicó en Sobre la Hora qué es lo que está sucediendo con estos créditos que están atados al mercado cambiario y la inflación.
“Nosotros decíamos que esto era una bomba de tiempo, y que dependía de dos condiciones” expresó el economista. “Primero, que no hubiera algún tipo de ‘cisne negro’ que generara una devaluación que estuviera por encima de las expectativas que podían tener en el BCRA o en el Gobierno” dijo, y la otra era que “los salarios que crecieran más que la inflación, más que la tasa de interés que le aplican en estos créditos UVA”. “Las dos condiciones fracasaron estrepitosamente” manifestó.
Eso se debe a que a diferencia de los préstamos tradicionales a tasa fija, los créditos hipotecarios en UVA tienen un mecanismo de ajuste mensual que se actualiza en función al avance de los precios. Es decir, que las primeras cuotas son bajas y representan un pequeño porcentaje de un sueldo: “el primer elemento de seducción, es que el pago mensual iba a ser mucho menor que ese alquiler” dijo López Mieres. En ese sentido, explicó que en un contexto de tipo de cambio estabilizado, y funcionaría muy bien si el tipo de cambio no se moviera. “Si, producto de externalidades o problemas endógenos como Argentina que tiene déficit de la balanza comercial, déficit de cuenta corriente, fuga de capitales, a vos te venía una devaluación importante” remarcó.
Respecto a los sueldos “ya vemos que el tope del 15% que el Gobierno pretende instaurar, con una inflación esperada orden del 22, ya vemos a dónde apuntan” señaló el economista. A eso se suma la devaluación del peso en un 16% y una inflación de un 8% en los últimos tres meses.
Para tener un panorama general, López Mieres dividió a los tomadores de créditos en dos universos. En primer lugar, el que pidió el crédito y está esperando, ya que entre el momento de la aprobación del crédito y el desembolso de los fondos suelen pasar entre 30 y 45 días: “ve cómo, como la propiedad que va a comprar cotiza en dólares, ve cómo en pesos crece exponencialmente mientras los pesos que el banco le aprobó para darle siguen de manera constante” explicó el economista y que los Bancos para dar respuesta solo han aumentado el lapso de 25 a 40 años, incrementando la cuota respecto al ingreso del tomador de deuda. “Cualquier solución para este universo de tomadores de crédito, es convertirse en lo que nosotros decíamos el año pasado, en deudores eternos“. Y remarcó que serán tenidos en cuenta “como si se hubieran endeudado en dólares, porque la correlación en Argentina del tipo de cambio en la inflación es bastante parecida”. Explicó que como en diciembre el tipo de cambio se movió más de 15%, esto implica que un préstamo de $ 1 millón para compra, pierde unos u$s 7000 ya que al momento originalmente significaba aproximadamente u$s 57.000 pero al momento de la aprobación, menos de u$s 50.000.
Por otro lado están los deudores que tomaron el crédito con éxito, y sin embargo el indicador UVA aumentó el 56%, mientras que el dólar aumentó el 36%. “Una persona que originalmente pidió un millón de pesos, pagó religiosamente todas sus cuotas, y hoy debe 1.470.000” explayó López Mieres. “Pero hay algo peor, aún asumiendo que la propiedad va a mantener su valor en dólares, dada la economía monetaria que tenemos en la Argentina y dada la correlación que hay entre los dólares y el precio de la propiedad, la propiedad subió menos que el saldo de lo que este señor está debiendo” esclareció.
“La bomba termina explotando en algunos casos por motivos endógenos” expresó López Mieres y puso como ejemplo la conferencia del 28 de diciembre respecto al tema de target de inflación o la inflación esperada, que llevó a una baja de la tasa de interés del BCRA y un primer impacto sobre el tipo de cambio. También a un factor externo sobre la suba de la tasa de interés en la a diez años en EEUU y el golpe que hubo sobre todos los activos de riesgo “entre ellos, los bonos argentinos, y el tipo de cambio que saltó 8% en lo que va en 2018” explicó.
Créditos-hipotecarios-UVA
Además, el economista relacionó lo que está sucediendo a la ley de Convertibilidad de Cavallo en 1991, que está vigente “y entre ella la prohibición de indexación”. También a la circular 1050 de 1980 que indexaba los intereses a la inflación lo que hizo que el crecimiento supere los ingresos y de los demás precios de la economía. La deuda de las propiedades hipotecadas fue mayor al valor mismo de las viviendas y eso llevó a ejecuciones que dejaron a muchas personas en la calle. Por último, López Mieres relacionó el crédito a mercados como los de EEUU donde las personas toman préstamos sobre el valor de una propiedad y luego de una suba artificial de los precios, sobre segundas hipotecas, lo que llevó a la crisis del ‘30 . “Lo que pueda llegar a pasar con la tasa a largo plazo en EEUU y la correlación que hay con la tasa en la Argentina, o con el tipo de cambio en Argentina hace que esté vinculado” expresó.
López Mieres atribuyó la explosión de esto a la inercia inflacionaria, ya que los el precio de los alquileres no sólo es alto, sino que en el útlimo tiempo hubo intentos de aumentar la renta al 15% semestral “Entonces eso hacía que para muchísima gente que alquilaba, llegara a un número absolutamente inviable, impagable”.
“Atar a la gente a la suerte del gobierno en términos económicos, es más que un tema económico político, y un chantaje” declaró el economista, ya que la gente endeudada “debe estar con una vela en cada mano pidiendo que no hagan olas”. Definió esto como “un chantaje político”.
El economista reveló que “Muchos de los que hoy están en el gobierno postulando este tipo de soluciones estuvieron en otros gobiernos postulando la dolarización”, y observó que “se repite la historia pero bajo otras formas, como una especie de dolarización encubierta”. Y dedujo que “Pretender chantajear a la gente respecto de lo que va a ser un posible voto en el futuro con su situación personal, respecto a quedar endeudado, a quedar atrapado dentro de esta lógica, me parece, por lo menos perverso”.