De esta manera explicó la diputada bonaerense de UP las debilidades del proyecto de reforma laboral impulsado por el oficialismo.
La diputada de la CTA de la provincia de Buenos Aires por Unidad Popular (UP), Rita Liempe, se refirió al proyecto de Precarización Laboral impulsado por el gobierno nacional y los verdaderos problemas de fondo que éste oculta.
Con el apoyo del líder de la CTA, Pablo Micheli, Liempe denunció que la precariedad laboral es intrínseca al actual modelo de acumulación. “La Presidente se reúne con empresarios y sindicalistas amigos para “combatir” el trabajo no registrado. Esto demuestra el total desinterés que tiene para afrontar con seriedad el problema. Los derechos de los trabajadores no se negocian ni se conversan con los voceros del gobierno y de los patrones, sino que se discute con los verdaderos representantes de la clase obrera”, afirmó la legisladora.
En este contexto, también se hizo referencia al rol del Estado como empleador. “Con bombos y platillos, y con cientos de aplaudidores, los dirigentes Kirchneristas se jactan constantemente de ser los “héroes” de la década ganada. Sin embargo, cuando la Presidenta habla por cadena nacional enumerando cifras de progreso de una economía que poco tiene que ver con la realidad que viven la mayoría de los argentinos, en ningún momento se menciona que actualmente el Estado es el principal precarizador”, señaló Liempe.
De este modo, tanto de su lugar de legisladora como de integrante de la CTA que encabeza Pablo Micheli, Liempe explicó que “todos sabemos el daño que causa al trabajador, a su familia y al Estado el trabajo en negro. Pero esta situación tampoco es casual”. Y continuó: “La solución reside en el poder de los propios trabajadores que sufren a diario esta situación.Los delegados sindicales deben ser quienes controlen el trabajo ilegal en cada sector. Pero claro está que de esta manera se empodera a los trabajadores, delegando así, un poder que hoy por hoy es exclusivo del Estado”.
Con esto se deja en claro el poder que el gobierno tiene actualmente sobre la clase trabajadora y las decenas de medidas triviales que se buscan para mostrar a la gente que la lucha contra el trabajo en negro y precarizado es una política de Estado. Así, se sigue dejando al margen la cruda realidad de un altísimo porcentaje de trabajadores, como es el caso de los indígenas, que son manoseados y olvidados por el modelo kirchnerista. “Mientras el diálogo sólo esté abierto para los amigos del Ejecutivo nacional, los tratados y convenios internacionales sigan siendo obviados y los intereses gubernamentales y empresariales prevalezcan por sobre los de los trabajadores, va a ser imposible terminar con la precarización laboral”, concluyó Liempe.