Cinco comisiones debatieron durante esta mañana los ejes programáticos de Unidad Popular. A continuación, reproducimos las conclusiones votadas por unanimidad.
En el marco de la participación que forma parte de este partido de nuevo tipo, desde la mañana cinco comisiones debatieron sobre las temáticas Democracia, Soberanía, Igualdad, Integración Regional y Cultura. Pasado el mediodía se leyeron las conclusiones y el resultado consensuado de los más de 400 participantes que definieron los ejes programáticos de Unidad Popular.
Por la comisión de Igualdad, Edmundo Falú resumió la conclusiones y sostuvo: que el origen de la desigualdad es producto de un capitalismo voraz basado en un modelo agroexportador y extrativista que llevó a la concentración de la riqueza con la complicidad del Estado. En este sentido, la UP está comprometida a refundar esa relación con un cambio ético, político, económico y cultural para alcanzar la igualdad y tenemos como prioridades inmediatas: terminar con el hambre, la pobreza y la exclusión generando un shock de puestos de trabajo genuinos; reformar la matriz productiva vigente con un modelo productivo diversificado, promoviendo la reindustrialización y reafirmando los derechos de cada uno a la vivienda, salud y educación públicas; llevar adelante una reforma tributaria amplia, donde se grabe la renta financiera para que paguen los más tienen; reformar la coparticipación vigente para lograr una verdadera distribución federal de los recursos y terminar con el reparto prebendario y unitario de los mismos; y construir una visión política colectiva y no individual acerca de la desigualdad.
Sobre Democratización, el encargado de enumerar las conclusiones fue Jonatan Ruttia, quien sostuvo que la principal conclusión de un debate de mucha participación fue “democratizar hacia adentro y hacia afuera de las organizaciones que integramos”. Con esa consigna, sostuvo que se decidió: promover la democracia participativa en el ámbito social, legislativo, judicial y gremial; revolucionar la democracia, tomándola como un modo de vida; generar entidades de control estatal; escuchar a las bases desde la dirigencia y atreverse, como militantes, a plantear a la dirigencia las contradicciones que hallemos; promover una reforma constitucional para profundizar las instancias de participación de las instituciones; impulsar un frente nacional y popular; participar en todos los conflictos que surjan del pueblo; y generar un proyecto del Estado desde los trabajadores del Estado.
Desde la comisión de Soberanía, Marcelo Espíndola enunció que allí se resolvió: rescatar que lo público es de todos, no del Gobierno; impulsar una reforma agraria de acuerdo a las necesidades de cada lugar; fortalecer las luchas y construir un nuevo paradigma, para demostrar que hay alternativa al capitalismo que desarraiga y desaloja; e impulsar que el modelo extractivista no sea aplicado por el Estado.
Por su parte, Verónica Andrín resumió así las conclusiones de la comisión de Integración:necesidad de una nueva concepción del rol del Estado; de una reforma constitucional donde las provincias se vean representadas; de reflotar la Constituyente Social; de concientizar a cuadros y militantes; proteger los bienes comunes; y fortalecer las luchas populares.
Desde la comisión de Cultura, India Ortiz sostuvo que se discutió la construcción de un proyecto pluricultural y multiétnico, que cambie el lenguaje sexista, incorpore los derechos humanos históricos, reafirma la identidad de nuestros pueblos originarios, resalte la humanización, amplíe el presupuesto para cultura, recupere los espacios públicos para las expresiones culturales, cree medios de comunicación alternativos, y “rompa los moldes sin miedo porque cultura es libertad”.
A mano alzada, todas las propuestas se votaron y se aprobaron por la totalidad del Congreso.