Con un Salón Dorado colmado de compañeros y compañeras, el viernes pasado recordamos y homenajeamos el ejemplo de lucha y compromiso de los militantes asesinados en 2002 en la Masacre de Avellaneda prepetrada por el entonces presidente provisional Eduardo Duhalde.La actividad realizada en la Legislatura de la Ciudad se desarrolló en el marco del ciclo de charlas y encuentros en todo el país a diez años de la masacre para recordar su ejemplo y multiplicar su lucha.
El acto organizado por la compañeros Claudia Neira y Fabio Basteiro contó con la presencia de la Diputada Laura García Tuñón y la adhesión de otros legisladores de la Ciudad como Pablo Bergel, de Proyecto Sur.
En el encuentro tuvo lugar la muestra «Gráfica Política» de Florencia Vespignani en el Hall de Honor y se leyó la Declaración de Interés de la Ciudad del documental «Darío Santillán: La Dignididad rebelde» votada por unanimidad por la Legislatura de Buenos Aires. Más tarde se proyectó la misma en donde pudo verse al Darío constructor, lleno de vida a sus 21 años, su solidaridad y la talla enorme de un militante.
Comenzado el homenaje, las primeras palabras le correspondieron a la legisladora Claudia Neira. También dieron su testimonio Fernando Stratta, de la editorial “El Colectivo” y Federico Orchani, del Frente Popular Darío Santillán. Alberto Santillán, papá de Darío, cerró el acto con emotivas palabras, pero firme en el reclamo de justicia.
Con lágrimas en los ojos, y la bronca contenida, el salón de la legislatura vibró ante los cantos llenos de alegría y emoción que hermanaron a los compañeros y companeras militantes de los bachilleratos populares, de las cooperativas de trabajo junto a los amigos y familiares de Darío que se encontraban presentes.
La Masacre de Avellaneda, al igual que la rebelión del 19 y 20 de diciembre, provocó una indignación en todo nuestro pueblo y marcó a fuego a una nueva generación militante, para quienes los ejemplos de
Maxi y Darío proyectaron un compromiso de lucha e intransigencia contra las injusticias que nos advierte sobre los peligros que entraña el posibilismo y la resignación.
Creemos desde Buenos Aires para Todos que es necesario recuperar el ejemplo de Dario y Maxi que se multiplica en cada uno de nuestros barrios, en cada una de nuestras construcciones donde vamos inventando una ciudad diferente, creando una institucionalidad nueva al servicio del cambio social que todos buscamos. A 10 años, Darío y Maxi no están solos.