Claudio Lozano (Diputado Nacional Unidad Popular): «A los 15 años yo participaba en política, militaba en el movimiento estudiantil del Colegio Nacional de Buenos Aires pero no estaba encuadrado en una agrupación política.
Participaba de la elección del centro de estudiantes y era delegado. Era un independiente bastante informado que tenía un vínculo cercano con algunas agrupaciones. A los 16 todavía no había definido mi encuadramiento, que se dio posteriormente. Estamos hablando de los años ’72 y ’73.
Recuerdo que estaba la discusión de la universidad pero adelantada a la secundaria y todo el debate tenía que ver con el mantenimiento de lo que eran las propuestas renovadoras que se pusieron en marcha en el ’73 y todo lo que fue la resistencia a los intentos de intervención que se dieron con el giro a la derecha que dio el gobierno de Isabel. Estuve en el colegio secundario entre el ’70 y ’74, fueron años muy moviditos.
Nosotros planteamos ampliar la participación electoral a los jóvenes mayores de 16 años en 2010 pero nunca conseguimos consenso para que se trate en el recinto. Nos resulta extraño cómo se pasó de no darle bolilla al tema a una situación donde parece ser un tema imprescindible que debe ser tratado ya. No obstante, es un derecho importante sobre el que hay que avanzar. Creemos que la participación y el protagonismo juvenil en el sistema político produce efectos positivos, brindará aportes innovadores.
No tenemos una mirada reaccionaria, no pensamos que se trata de cabezas vacías que serán manipuladas.
En 2001, se abrió un proceso de participación juvenil y de compromiso sumamente interesante que hay que favorecer y potenciar, pienso desde los propios manifestantes callejeros como los mártires Mariano Ferreyra y Darío Santillán. Pero la discusión debe ser razonable: hay que evaluar si el voto debe ser optativo u obligatorio, si pueden ser votados, y si ampliar la posibilidad de que voten no implica tener que reformular otras cuestiones, como el derecho a conducir un vehículo.
Nosotros pensamos el voto joven como parte de un programa integral de la juventud. Estamos hablando de la generación 1996/97 y de una realidad donde el 72% de los pibes entre 16 y 18 años se concentra en el 40% más pobre de los hogares; muchos de ellos están obligados a salir a trabajar. A lo que se suma el tema de los embarazos a esa edad.
Por todo esto considero que es un paso que hay que dar pero no es una urgencia.»