¿Que se esconde detrás de la Reforma y Unificación del Código Civil y Comercial?
Luego de más de cien años de regir los Códigos Civil y de Comercio, la tan frustrada unificación, está cercana a llevarse a cabo.
Así lo decidió la Presidenta de la Nación, con confesable aspiración napoleónica, al crear mediante el Decreto 191/11 la «Comisión para la elaboración del proyecto de ley de Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación», y designando a los ministros de la Corte Suprema, Dres. Ricardo Lorenzetti, y Elena Highton de Nolasco y la Profesora Aída Kemelmajer de Carlucci, para llevar a cabo ese cometido en el plazo de un año.
Esta Comisión elaboró el anteproyecto en estrecho vínculo con el Ministerio de Justicia, aunque a pesar de esto el Poder Ejecutivo no logró incorporar una cantidad de sugerencias que evidentemente resultaron inaceptables para los juristas encomendados, por lo que (luego de la festiva presentación de la obra e n sociedad), tuvo que blanquearlas en formato de modificaciones, incluidas y diferenciadas en el proyecto final enviado al Congreso para su tratamiento.
Ya en el Parlamento, se crea una Comisión Bicameral con el objetivo de analizar el proyecto enviado por el ejecutivo, y a la que se le otorgó el exiguo plazo de noventa días, para estudiarlo, llevar a cabo audiencias públicas y dictaminar en consecuencia.
A todas luces el lapso concedido no resulta razonable para llevar adelante un tratamiento que debiera ser ampliamente participativo. Su elaboración no fue el resultado de un proceso de construcción popular, y no fueron tenidos en cuenta los avances alcanzados en tal sentido, no sólo en nuestro país, sino en la región.
Todo ello más allá de resaltar en los fundamentos que éste era un código “latinoamericanista”.
Además, es importante destacar que el proyecto en análisis, toma como base liminar el proyecto del año 1998, punto éste que nos obliga a resaltar las características del mismo.
En efecto, el decreto del P.E.N. que encargó a la entonces Comisión Honoraria “proyectar la unificación del Derecho Privado” y “su reforma y actualización, de manera integral” en consonancia con los dos proyectos de unificación de la legislación civil y comercial de 1993”; lo hizo también requiriendo “incorporar las instituciones que consideren convenientes para acompañar el proceso de modernización que ha emprendido el país”.
A esta altura, todos los argentinos sabemos a lo que nos llevó el mentado “proceso de modernización” como continuador y sintetizador de las nefastas políticas neoliberales aplicadas en nuestro país, que se iniciaron como eje y motor de la dictadura, se enraizaron y profundizaron en los años 90, y finalmente llevaron a la Argentina a escribir la página mas negra de su historia y a su mayor crisis política, económica y social en los años 2001/2002.
Como si nada hubiera pasado, y totalmente alejado de un relato nacional y popular, este proyecto que llega al Congreso, es la cristalización del sistema de mercado y de desarrollo capitalista, que hoy tiene en jaque al mundo, y ello más allá de algunos institutos vanguardistas en materia de familia y filiación –entre otros- que anchamente son utilizados como mascarón de proa de la reforma. Una reforma que bien se podría llevar a cabo, sin necesidad de arrastrar con el lastre que contiene, y que pasamos a analizar.
EQUIPO DE TRABAJO: Jaime Farji, María Rosa Cortés, Nina Brugo, Viviana Stradella, Luis Campos, Marcela Grande, Javier Izaguirre, Andrea Burucua, Pedro Olivera, Beatriz Rajland
COORDINACIÓN: Liliana Parada