«Las fuerzas que construimos Camino Popular, no solamente nos presentamos en las elecciones, vamos a denunciar los pactos Pro-K-UNEN», sostuvo.
(Colectivo porteño) «Las fuerzas que construimos Camino Popular, no solamente nos presentamos en las elecciones, vamos a denunciar los pactos Pro-K-UNEN en la Ciudad, vamos a construir en los barrios, vamos a discutir con los vecinos, con los trabajadores y las cooperativas, vamos a ir a las universidades y a debatir con todos los sectores porque necesitamos referenciar un programa coherente», aseguró Fabio Basteiro, presidente de Unidad Popular (UP) de la Ciudad autónoma de Buenos Aires (CABA), en su paso como invitado el programa Colectivo Porteño.
“No es casual -denunció Basteiro- que en la Ciudad de Buenos Aires se esté consolidado un sistema político que antes podía ser resistido y detenido por frentes, partidos y sectores con capacidad de estructurar discursos que puedan denunciar una realidad del capital social acumulado por el conjunto de los porteños”.
En este punto, se hizo evidente la necesidad de dar respuesta a la expulsión de aquellas barricadas de contención del plano político: “Creo que hay que hacer una mirada de auto crítica; no es solo lo que hacen los otros, sino lo que nosotros no supimos construir”. “Estoy orgulloso –continuó- de haber sido parte de una opción electoral como Camino Popular, con la que hoy podemos decir que vamos a seguir luchando por referenciar que es posible construir unidad basado el entendimiento que el conflicto social se puede canalizar en las instituciones en favor de los sectores más desposeídos”.
Sobre la realidad de la arena política y partidaria, el presidente de UP afirmó: “El UNEN termina siendo parte de una lógica de gobernabilidad, el FAP desaparece porque no había posibilidad que, con los partidos que lo componían, logre ser una alternativa superadora, el PRO termina siendo la referencia más recalcitrante de la derecha y el FPV está ubicando en la grilla de potenciales presidenciales a aquellos que fueron parte del modelo de estos 10 años y ahora se venden como diferentes”.
Memoria Histórica y conciencia de clase.
“Tenemos que bucear en lo mejor de nuestra historia, porque es muy rica y muy orgullosa”, dijo con emoción Basteiro, en referencia a la identidad de los trabajadores organizados. El invitado recordó analíticamente el fenómeno hito del Cordobazo producido el 29 de mayo de 1969 durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, evidenciando su caída. “No se puede hablar del Cordobazo si no se habla del Rodrigazo, del Rosariazo, de Atilio López –Hipólito «El Negro» López, vicegobernador de Córdoba, peronista y víctima de la Triple A- o de Agustin Tosco”, afirmó frente al micrófono el legislador mandato cumplido.
Basteiro reflexionó sobre lo paradójico de que una de las sublevaciones populares más importantes de nuestra historia reciente se haya desenvuelto en un contexto de pleno empleo, de expansión y crecimiento. “Se da porque a los trabajadores no se los conforma con un buen salario, se estaba peleando contra la dictadura y se estaba promoviendo la construcción de un instrumento alternativo y superador; la figura de Agustín Tosco referencia no solo la resistencia, sino la construcción del futuro”.
«El Gringo» le decían a Tosco, pero solo por sus rasgos físicos. Tenía el pelo lacio y claro y se lo peinaba hacia atrás. Era delgado y pintón. Fue delegado en el gremio Luz y Fuerza de Córdoba. De ideología marxista, participó activamente la organización de los movimientos de aquel 69. Hasta 1975 Tosco fue perseguido y detenido varias veces. Murió a los 45 años.
Como la historia es dinámica, no puede entenderse ningún proceso de manera aislada, en este sentido, Basteiro expuso: “En 1955, la Revolución Libertadora intervino los sindicatos, encarceló a los secretarios generales y adjuntos y a las comisiones directivas nacionales, pero dejó en funcionamiento las comisiones internas y los cuerpos de delegados y este fue el suicidio de la dictadura”. “Los cuerpos internos de delegados –continuó el presidente de UP CABA- fueron los que parieron la resistencia peronista y enlazaron el tejido social de los trabajadores para crear la CGT de los Argentinos y fue el mayor vértice de resistencia a la dictadura; no es casual que casi el 70% de los desaparecidos en este país son trabajadores y muchos de ellos delegados sindicales”.
Entre las herencias del Cordobazo, Basteiro advierte sobre las trampas del sistema político: “sectores de la derecha y de la izquierda se esfuerzan por mostrar la burocracia sindical, por mostrar a aquellos que hablan, visten y viven como empresarios porque han transformado la propia organización natural de los trabajadores en empresas, pisoteando la rica historia de resistencia, de valores y de moral de aquellos que gambetearon y gambetean el mango, en el mejor de los casos, para ser fieles representantes de sus compañeros; convicción que hoy cientos y miles de delegados tienen presente”.