Laura García Tuñón presenta el Observatorio de los Derechos de las Personas con Discapacidad en esta entrevista de Colectivo Porteño.
(Colectivo Porteño) Presentamos el Observatorio de los Derechos de las Personas con Discapacidad, junto a Laura García Tuñón, directora general de Coordinación Comunitaria, y Silvia Baloira, docente y partícipe de la comisión de educación del Observatorio. Luego, Oscar Castelnovo, periodista y militante de los derechos humanos, nos da la primicia de que había sido absuelto de su acusación falsa de tráfico de drogas, inventada para intentar detener sus investigaciones sobre el abuso de poder policial con los menores.
“Existe una Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, a la que Argentina suscribió, en la cual los países adheridos deben, además de respetar los puntos convenidos, armar observatorios para velar, justamente, por el cumplimiento de los derechos que fijados”, comenzó García Tuñón. “A raíz de esto –continuó- se formó el Observatorio para los Derechos de las Personas con discapacidad en la Ciudad de Buenos Aires”.
Tuñón explicó que fue María José Lubertino quien, luego se ser designada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para encargarse de que el observatorio tenga presencia en cada provincia, la convocó para organizar en conjunto y llevar adelante la representación en la Ciudad.
“En este ámbito, todo es prioritario, porque como seres humanos somos todos sujetos de derechos -explicó Silvia Baloira-. El primer obstáculo es conseguir el certificado (de discapacidad) y los asuntos del sistema de salud y, tristemente, las prestaciones, los turnos, los centros de rehabilitación o los medicamentos, la única forma de que lleguen en tiempo y forma es judicializando el reclamo”.
Hay un desconocimiento profundo por parte de las familias y la sociedad entera sobre los derechos y la amplia legislación de derechos de las personas con discapacidad”, manifestaba Baloira. Cuando un plan médico, obra social o prepaga, alude no tener cobertura sobre muchos de las necesarias exigencias de estos pacientes, ellos y sus familias suelen aceptarlo como quien enfrenta un sistema inabordable. “Quienes necesitan una silla de ruedas, medicamentos, prestaciones, cirugía de excelencia tiene que saber que existen leyes que los protegen y si es necesario se hará un amparo judicial”, agregó Baloira.
Las problemáticas de aquellas personas con capacidades diversas no se quedan solo en incomodidades de la cotidianidad: cruzar la calle, subir una escalera, sociabilizar de la manera que la cultura impone o tomar un colectivo. “Nosotros que provenimos de CTA nos preocupa la imposibilidad del acceso a un trabajo que permita a las personas discapacitadas sostenerse independientemente”, afirmó Tuñón. En principio la ex legisladora, contó que existe la ley en la Ciudad que reglamenta un cupo del 4% de personal con alguna discapacidad en planta, pero no se cumple: “El acceso al trabajo es uno de los primeros obstáculos y, en general, cundo lo logran superarlo, obtienen menores condiciones que un empleado normal y muy difícilmente se los incorpora como planta permanente”.
Segunda Parte: El periodismo amedrentado
Oscar Castelnovo, un periodista que con mayor precisión puede ser denominado militante de los derechos humanos. El coordinador de la Agencia Para la Libertad, con 30 años de oficio periodístico en su haber, contó que recibió “una acusación falsa y embustera de narcotráfico, a través de una llamada anónima al departamento Central de Policía” en su contra. En primicia para Colectivo Porteño, el periodista relató sorprendido que minutos antes de la comunicación telefónica había recibido una notificación que lo absolvía tras meses de investigación.
“Sabemos que esto no termina acá, porque no soy yo el único militante implicado en causas armadas para difamar y ese método se ha extendido como modalidad represiva: Pablo Pimentel de La Matanza, una abogada y una colega periodista de Zainuco (Neuquén), trabajadores de Mercado Central de Misiones, trabajadores de la fábrica Valeo en Córdoba, entre otros muchos y se está incriminando así en todo el país a luchadores y militantes”, afirmó indignado Oscar Castelnovo.
El escritor y editor de Agencia Walsh se dedica desde hace mucho tiempo a relatar las penurias de la irrespetuosidad a los derechos humanos en las cárceles. “Muere un preso o cautivo cada 37 horas en las cárceles argentinas -daba luz el militante- la cárcel no resocializa y no reinserta y solo sirve para desbastar a los más pobres, además de ser un gran negocio”. Esta denuncia permanente de “torturas, tratos degradantes y asesinatos” fue, para Castelnovo, la motivación del arremetimiento contra él: “Mi sospecha es que esta acusación provino de sectores del kirchnerismo y del servicio penitenciario”.