El precandidato a presidente del Frente Popular, Víctor de Gennaro, analizó el año electoral en el marco de su visita a Mar del Plata.
Por Gonzalo Gobbi*
A fines de diciembre, en un plenario con más de 1500 delegados, activistas y militantes, se terminó de consolidar el Frente Popular, que nuclea a varios partidos que miran a la Argentina con una misma perspectiva. El diputado nacional Víctor de Gennaro es el hombre elegido dentro de este espacio como precandidato a presidente y en una entrevista con QUÉ aseguró que en el país “sobra trabajo, plata y recursos, pero en realidad lo que falta es vergüenza en los que mandan”. Su compromiso es justamente ese, “cambiar a los que mandan y no votar más a millonarios“.
De Gennaro viene recorriendo el país desde hace años. En el 2013 se alejó del Frente Amplio Progresista y se encolumnó en lo que por aquel entonces se denominó el frente político “Juntos Podemos”. Hoy, rodeado de dirigentes jóvenes, busca ser el próximo presidente de la Argentina.
En su paso por Mar del Plata, acompañado por militantes de la ciudad como Facundo Villalba, Agustina Marchetta y César Garzón, se mostró “impresionado por la territorialización” del Frente Popular. Desde el espacio que afirma priorizar a la clase trabajadora, destacó que busca ponerle fin al modelo político y económico kirchnerista que, a su entender, ha promovido en estos años “una injusticia total”.
-¿Ya está definidio el cuadro político del Frente Popular en Mar del Plata?
-Junto al PTP y Unidad Popular estamos empujando la construcción de la junta promotora del Frente Popular que a fin de marzo hará un congreso constitutivo para presentar a esos miles de candidatos que tenemos en todo el país. Estamos recuperando esa potencialidad y lucha histórica, porque un partido no se hace en seis meses, sino en más de 20 años de lucha y propuestas.
-Junto al desempleo, la inseguridad es uno de los problemas que más preocupa a la población ¿Cómo ves que se viene abordando políticamente este tema en los últimos años?
-La inseguridad individual no se resuelve con seguridad individual, sino con seguridad social. Plantear ese desafío es cambiar este modelo perverso que enriquece a los de arriba y produce pobreza.
-¿Creés que se soluciona con más policía?
-Bueno, también hay que tener seguridad pública mejor. Hay que tener trabajadores de la seguridad pública en el seno de una policía democratizada. No podemos tener personal que defienda los derechos de la gente si ellos no tienen derecho y no pueden estar sindicalizados como dice la Constitución nacional, para lo cual yo he presentado un proyecto en ese sentido. Me sorprendió gratamente que Raúl Zaffaroni haya dicho que le quedó una deuda pendiente, que es hacer cumplir la Constitución y que haya un sindicato en la policía. Debemos formar policías idóneos. Hay seguridad privada y ahí no hay problema, pero los policías se tienen que comprar las armas y las balas mientras se hacen grandes exhibiciones de móviles que en realidad no están en los barrios. Solo están para mostrarlos en la vidriera de la propaganda electoral.
-Mar del Plata es una de las ciudades con más desempleo del país ¿Qué lectura hacés de este problema en la ciudad y cómo se cambia la realidad de la falta de trabajo a nivel nacional?
-En la Argentina sobra trabajo, lo que no quieren es pagarlo. En un país de tantos recursos hay capacidades para hacer muchísimas cosas, pero claro, hay que pagarlo. El trabajo tiene que ver con la seguridad, porque cualquiera que busca cuáles son los diez países más seguros del mundo -y hay un ranking para eso- están Islandia, Dinamarca, Noruega, Bélgica… que son los que tienen empleo digno y además seguridad social, salud gratuita… pero acá en Mar del Plata, por ejemplo, hay gente que no tiene más que una casilla para sobrevivir. Y eso pasa en la misma ciudad donde sobran departamentos y edificios.
-El Puerto de Mar del Plata ha sido históricamente una de las industrias que más empleo genera en la ciudad ¿cómo se revierte la situación crítica que atraviesa desde hace tiempo?
-Hemos discutido con los obreros de la pesca y me contaban que exportar el pescado entero ha hecho que la Argentina perdiera de 8 mil a 12 mil puestos de trabajo. El trabajo no se puede exportar y hay que recuperar todo ese proceso que se hacía antes en tierra. Es parte del discurso de los crápulas que dicen que hay que ir a pelear los mercados externos mientras regalan el interno. A su vez, hemos presentado una propuesta en el Fondo Nacional de la Marina Mercante que significaría recuperar la reserva de carga que entregaron Corach y Menem, y que los perjudicó en más de 135 mil puestos de trabajo y afectó el desarrollo de la mano de obra en la industria. Son proyectos que se pueden aplicar si se maneja soberanamente la red ictícola, la renta sojera, minera, petrolera y la renta financiera. Para eso hay que democratizar las consultas populares, el sindicalismo y las estructuras de la sociedad. El decir y el hacer, para nosotros corren en paralelo.
-¿Se puede prometer o creer que el próximo gobierno va a terminar con la pobreza?
-Nosotros decimos que si en seis meses un intendente, un gobernador o un presidente no resuelve el hambre, es un incapaz, porque en Argentina sobra comida y hay que mecanizar el traslado del alimento a la boca de la gente. Cuando uno ve lo que está pasando y observa que quienes gobiernan se van más millonarios que cuando llegaron, ahí vemos que hay que dejar de votar millonarios para terminar con eso de que porque tienen plata no se van a llevar más. No, se van todos más millonarios. Por eso aparecimos nosotros y estamos dispuestos a dar esa pelea.
-¿Considerás que el kirchnerismo está en su etapa final?
-Uno de los posibles gobernantes del país es Scioli, eso es una realidad. Pero cuando vemos que el modelo económico instalado en la Argentina desde hace años indica que el 5% de la población económicamente activa consume lo mismo que todos los que vivimos en el 95% restante, entonces es un modelo que realmente promueve una injusticia total y eso es el modelo kirchnerista, que viene desde hace muchos años.
-La droga es un ingrediente clave dentro de ese contexto de desigualdad que marcás…
-Mi viejo siempre decía que el pescado se empieza a pudrir por la cabeza. Si se quiere terminar con lo que es el dealer del barrio, hay que ir a fondo y ver quiénes están detrás del narcotráfico o la trata de personas. Hay que pensar en ese negocio, que no es un flagelo, sino un negociado tremendo y es una de las rentas clandestinas más grandes que tiene complicidad en áreas de la política, en la Justicia y en sectores de la represión. Nosotros venimos a cambiar esa lógica y somos la alternativa.
*Fuente: www.quedigital.com.ar
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