El precandidato a jefe de Gobierno porteño por Camino Popular opinó sobre el fondo estímulo para pequeños y medianos productores.
(Notas.org.ar) El Gobierno dio a conocer el lunes 16 de marzo la creación de un fondo de estímulo para pequeños y medianos productores, por medio del cual se busca revertir los efectos que la caída en el precio internacional de los commodities provoca en el sector.
La medida alcanzará a todos aquellos productores agropecuarios, unos 46.121 cuya producción varié entre 100 y 700 toneladas, diferenciando dentro de los mismos por escalas, y otorgando un monto estimulo que va de $45.000 para la categoría más pequeña de productores, hasta los $31.500 para los que alcancen un volumen mayor de producción.
Según destacó la propia Cristina Fernández esta política fue alcanzada de común acuerdo con la Federación Agraria Argentina (FAA).
Sobre este viraje en la política oficial en relación al tratamiento de las cuestiones agropecuarias, Notas dialogó con Claudio Lozano, economista y diputado por Unidad Popular y también candidato a jefe de Gobierno porteño, en la lista de Camino Popular.
Para el diputado nacional esta decisión del equipo económico es muy saludable, ya que se vuelve necesario diferenciar entre pequeños, medianos y grandes productores, e incluso dentro de los dos primeros quienes producen soja y quiénes no.
“No existe la posibilidad de tratar al sector agropecuario si no se segmenta las políticas de manera tal de diferenciar que no existe un solo tipo de productor, sino que existen distintos tipos de productores, como también existen distintos tipos de productos que reciben estímulos diferentes”, indicó Lozano y agregó que “la segmentación es una clave absolutamente indispensable para la política pública en una economía como la argentina, donde en buena parte de los diferentes sectores productivos las heterogeneidades de quienes forman parte de la oferta de cada sector son muy importantes”.
Para Lozano, existe una problemática vinculada al funcionamiento del sistema agropecuario argentino sobre la escala en la que la producción -sobre todo de soja- se lleva adelante y el rol dentro de este sistema que tienen los pequeños y medianos productores.
“Los pequeños y medianos propietarios terminan alquilando su campo a fondos de inversión, que administran volúmenes de hectáreas mucho mayores, o extensiones de hectáreas mucho mayores, o a sectores que tienen extensiones de tierra importantes”, apuntó el diputado.
Por otro lado, el economista señaló que esta problemática trae aparejada otra, en donde “el productor se va del campo, vive de renta y lo que paulatinamente va produciendo esto es la desaparición de lo que sería el sector medio rural y las bases para que una estrategia de chacra mixta y diversificada pueda ser una perspectiva de desarrollo y orientación agropecuaria distinta, frente al avance de la soja”.
En este sentido, “la soja por definición, sobre todo la transgénica bajo siembra directa, es un cultivo cuyas características tienden hacia grandes extensiones, a trabajarse sobre la base de grandes extensiones, sobre la base de un paquete tecnológico muy determinado y tiende a que cada vez sea menos la cantidad de gente ocupada en el campo”.
En relación al desarrollo de una política de segmentación y diferenciación dentro de la producción agropecuaria, el integrante de Unidad Popular remarcó que esto es necesario para “no regalarle la Federación Agraria a la Mesa de Enlace”, como ocurrió durante el tratamiento de la Resolución 125.
En aquel entonces, según destacó Lozano, “el aumento de retenciones móviles que ahí se planteaba terminaba cayendo sobre el productor y no lo pagaban las cerealeras”, quienes incluso habían hecho todo un negociado millonario declarando exportaciones sin haber siquiera comprado el cereal, al no haberse cerrado el registro de exportadores. “Esa era una fabulosa transferencia de ingresos de los productores a las cerealeras sin que el Estado recibiera absolutamente nada”, señaló.
El conflicto llevó a la FAA hacia posiciones “absolutamente reaccionarias” y al kirchnerismo a montarse sobre una falsa dicotomía “que se planteaba como central, cuando en realidad los alineamientos políticos no estaban puestos de la manera adecuada para dar una batalla en todo caso contra lo que podía ser el poder oligárquico a nivel agropecuario”. Esta conflictividad “llevó a que no se pudiera plantear un criterio más racional”.
En este camino la segmentación de las retenciones abre la puerta para el desarrollo de una ruralidad diferente que busque tratar de mantener al pequeño y mediano productor y a producir una diversificación productiva, que de otra manera tiende a desaparecer.
“Se tiene que tratar de privilegiar esa segmentación, que es la que me parece adecuadamente el gobierno está haciendo ahora. Creo que en el caso anterior, en relación a lo que se discutió en aquel momento, significaba entregarle el sector medio rural a los grandes productores, no solo a los grandes terratenientes sino también a las cerealeras”, concluyó Lozano.