Adjuntamos el Análisis del Presupuesto 2017, elaborado por Claudio Lozano (Unidad Popular), conjuntamente con los equipos del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) y del Instituto de Estudios sobre Estado y Participación de la Asociación de Trabajadores del Estado (IDEP).
Para Lozano, “es central observar que el Presupuesto que pretende aprobar el oficialismo (y que la oposición tiene número suficiente para rechazar y replantear), está gobernado por dos cuestiones centrales: la relevancia del endeudamiento y el cuadro de regresividad tributaria definido tanto por las medidas del oficialismo en la materia como por el volumen que ha alcanzado el denominado Gasto Tributario (pérdida de recaudación) dadas las exenciones impositivas vigentes.
Respecto al endeudamiento, este condiciona de dos maneras al Presupuesto Nacional. Por un lado, dada la significación que tiene el pago de intereses a efectuar en el 2017, no solo es la partida de mayor crecimiento en términos reales, sino que representa 1 de cada 5 pesos que paga la Administración Nacional. Por otro lado, por la necesidad de financiamiento que se establece en el Proyecto de Presupuesto, el gobierno de Macri prevee emitir deuda en el 2017 por u$ 97.000 mill. de los cuales casi u$ 40.000 mill. constituyen nueva deuda. El sistema de la deuda perpetua consistente en tomar deuda nueva para pagar deuda vieja es característico de este presupuesto.
A la vez, el Gasto Tributario asciende a $ 314.931 mill. y pasa de representar el 2,77% del PBI en el 2016 a significar el 3,23% en el 2017. Este gasto tributario está asociado en una gran proporción a regímenes promocionales que bajo la excusa de promover la inversión no hacen más que validar rentas extraordinarias y posiciones dominantes. Se funda también en inequidades tales como la exención a la renta financiera (que el gobierno vía blanqueo ha extendido a las ganancias financieras en el exterior), y a los jueces. Todo esto sumado a la pérdida de recaudación por la quita de retenciones, la cuasi eliminación del impuesto a los Bienes Personales y el mantenimiento de una estructura en el impuesto a las Ganancias que perjudica a los asalariados y a las capas medias y no grava adecuadamente las rentas extraordinarias que perciben los millonarios.
Obsérvese que la suma de los pagos por deuda Pública y el Gasto Tributario asciende a $ 557.931 mill. Cifra ésta que supera el déficit financiero completo del Estado Nacional. Es más, si agregamos la pérdida de recaudación por la eliminación de retenciones habría que agregar unos $ 40.000 mill. más. Como dato adicional, corresponde señalar que la restitución de las Contribuciones Patronales a los niveles previos a la reducción impuesta por Domingo Cavallo en 1993, solo aplicada sobre las grandes firmas, implicaría una recaudación adicional para el Sistema Previsional de alrededor de $ 225.000 millones.
Es esta doble sangría de recursos (Deuda Pública y regresividad Tributaria) lo que explica la insuficiencia del gasto social (debidamente ponderado por precios y evolución de la pobreza cae respecto al 2015 un 5,3% y sin computar el rubro más dinámico que es Previsión, se reduce un 18%), la propuesta de retraso salarial para el personal del Estado (si se cumpliera lo que el presupuesto indica, los trabajadores del Estado Nacional al finalizar el 2017 tendrían un 10% menos de poder adquisitivo que al comienzo del gobierno de Macri), así como también la razón por la cual se sigue apelando al recurso de perpetuar el endeudamiento sosteniendo un déficit generado en parte por la deuda con mayor endeudamiento.
Por último queda claro que cualquier revisión presupuestaria que pretenda equilibrar las cuentas públicas sin seguir ajustando al pueblo argentino, requiere de decisiones políticas fundadas en criterios de igualdad y soberanía. Criterios que permitan replantear el problema del endeudamiento sobre la base de entender que no tiene solución financiera y abordar en profundidad la cuestión del sistema impositivo argentino”.