Por Liliana Parada– Diputada Nacional
Ya es hora de resolver la crisis ferroviaria. Este nuevo «accidente» con el ferrocarril Sarmiento obliga a reflexionar en dos líneas que necesariamente deben tenerse en cuenta.
Por un lado, las fallas sistémicas y estructurales en los ferrocarriles urbanos no han sido resueltas. La salida, obligada, de TBA (Grupo Cirigliano), que provocó la creación de la Unidad de Gestión Mitre-Sarmiento (UGOMS), controlada por los grupos económicos Metrovías (Roggio) y EMEPA (Romero), ha sido una medida de emergencia que no apuntó a una re-estructuración de base, sino al continuismo con otros empresarios amigos.
Es decir, por una parte se encuentra el incumplimiento por parte del gobierno y de las empresas en inversiones FUNDAMENTALES para mantener un servicio de calidad y seguro, entre las cuales se encuentran el soterramiento, la instalación de los frenos de emergencia, el cambio total de vías, la actualización de las señales de seguridad.
Es claro que el gobierno heredó grandes deficiencias en materia ferroviaria, el desastre del «ferrocidio» menemista -tomando la definición del Auditor General (Despuy )– pero con lo que quedó cometió «ferroabandono voluntario y malicioso».
Considerando la inverosímil hipótesis de que los trabajadores son suicidas o kamikazes que con tal de perjudicar al gobierno arriesgan su propia vida, que se hayan dado tres accidentes en una misma línea en menos de dos años, era condición necesaria para obligar a dialogar al gobierno con los trabajadores para garantizar que hechos así no sucedan, y debatir en el Congreso los diversos proyectos que hay para recuperar el sistema ferroviario.
No cabe duda, que la relativización de las causas en tanto “error humano” esconde una serie de fallas sistémicas que debieron existir para provocar tales accidentes y que de este modo cargan en la espalda de los trabajadores los 20 años de negociados que Menem hizo pero que este gobierno no deshizo jamás.
Por ello, para garantizar la seguridad y calidad del servicio ferroviario urbano, instamos al gobierno nacional a remover a los concesionarios privados para que SOF S.E. se haga cargo de la totalidad de los servicios, a implementar la Ley 25.031 que crea el Ente Metropolitano de Transporte, para que de esa manera se pueda planificar y regular desde el territorio y no desde una CNRT intervenida, tratar los proyectos en este sentido, que duermen el sueño de los justos en el Congreso y finalmente, consideramos necesaria la creación de una Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, que pueda reunir todas las estadísticas de accidentes e incidentes, de todos los modos de transporte a nivel nacional, y con capacidad de obligar a los prestadores de servicios a implementar mejoras que puedan prevenir nuevos accidentes.
Estamos ante una crisis ferroviaria fenomenal, no alcanzan las medias medidas, es hora de intervenir a fondo. Todo indica que es el único camino posible.