Victor De Gennaro reflexiona sobre el modelo sindical y la representación nacional de trabajadores y trabajadoras, y repudia la violencia ejercida contra los trabajadores azucareros de El Tabacal.
Los trabajadores azucareros del Ingenio El Tabacal liberados por la policía, bajaron de la camioneta del Sindicato de Trabajadores del Azúcar (STA) en medio de la ovación del pueblo congregado en la plaza de Hipólito Irigoyen, Salta.
En el marco de la lucha sindical que encabezan mis compañeros Martín Olivera y Claudio Colque contra la Seoboard Corporation de capitales yanquis dueña del Ingenio El Tabacal. No aceptan los despidos ni el retroceso de las condiciones laborales, por eso están al frente de esa lucha que terminó en pueblada.
Lo mismo que Mariano Cuenca, del Ingenio San Isidro, en Campo Santo, Salta, propiedad de la multinacional peruana Grupo Gloria S.A. que produjo un lockout patronal y deja a más de dos mil familias en la calle, a pesar de haber incrementado sus ganancias.
Esos empresarios coinciden con los Blaquier, que enfrentan a nuestro compañero Rafael Vargas del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma, o con el gobernador Gerardo Morales, que confronta al compañero Sergio Juárez, del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio La Esperanza; todos ellos dirigentes fraguados en la lucha y comprometidos en la defensa de los derechos de los trabajadores.
Claro que siento orgullo de estos dirigentes y todos los que comparten con ellos las esperanzas de tanta gente. Es el orgullo de clase que me inspira el sentirme identificado con ese sindicalismo que no transa ni claudica ante el poder.
Ellos no tienen nada que ver con los sindicalistas que no sólo se visten, piensan y viven como empresarios, sino que se convirtieron en empresarios. Por supuesto defendidos por los patrones y los gobiernos con los cuales hacen una y otra vez negocios a espaldas de los que dicen representar.
Por eso, cuando siendo Diputado Nacional presenté en el proyecto de Ley de Organizaciones de Trabajadores Sindicalizados un artículo que prohibía ser Secretario General de un sindicato a un empresario, tanto los diputados del anterior gobierno como los del actual se opusieron a esa cláusula, y a una nueva Ley que termine con el “Unicato” y cambie el modelo de falta de libertad y democracia sindical en nuestra Patria.
No hay que “ayudar” más a los que como Andrés Rodríguez, de UPCN, después del Paro de la CGT del año pasado gozó la prerrogativa de que Macri le entregara el PAMI a su socio y amigo en Salud, usando nuestra fuerza organizada y movilizada para sus negocios personales.
Hay que llamar a las cosas por su nombre: Apoyar las peleas genuinas en defensa de los intereses de los trabajadores que se dan en el día a día a lo largo y ancho del país; desmarcarse de aquellas convocatorias que sólo persiguen algún rédito personal o de fracción. En otras palabras, no hacerle el “caldo gordo” al sindicalismo empresarial.
Hay que propagandizar la lucha y el esfuerzo de miles de militantes que cotidianamente la pelean por su futuro y el de sus comunidades poniendo el cuerpo en el conflicto social como pasa en Salta, Jujuy, Azul, Río Turbio, Rosario o Quilmes.
Por eso nuestros compañeros del NOA marcharán el lunes 19 de febrero en la Caravana del Azúcar, y nosotros con ellos, por las rutas desde Irigoyen hasta el Departamento Güemes, recorriendo parte de Salta y Jujuy, para defender los puestos de trabajo aunque las empresas privadas nacionales de la comunicación no los muestren.
Por eso manifiesto mi orgullo por compañeros que, como Ricardo Peidro y “Cachorro” Godoy, no delegan la capacidad de interpelar al poder y construir la verdadera centralidad de la clase trabajadora que el jueves 15 de febrero se expresará una vez más para gritar todas sus verdades en el Paro Nacional de ATE, FESPROSA, CONADU Histórica y la CTA Autónoma y marchará hacia Plaza de Mayo.
Son expresión de los que en las provincias, a pesar de las cárceles sufridas, como “Rodi” Aguiar o Alejandro Garzón, encabezan las rebeliones de los trabajadores patagónicos para conquistar el derecho de vivir dignamente y no sucumbir frente al negocio de las transnacionales.
Podría nombrar miles de compañeras y compañeros representantes obreros que tienen la honestidad como piso y no como virtud en su vida. Los conozco en la construcción de años y no dudo que desde su compromiso y acción en la calle se construirá la organización de nuevo tipo que nos llevará al triunfo para cambiar este sistema perverso que inventó y mantiene a los palos, con la prepotencia del revanchismo patronal recargado, el hambre y la pobreza de nuestro pueblo.
*Unidad Popular (UP)
Sindicalistas que me enorgullecen y sindicalistas empresarios que no me representan (Por Víctor De Gennaro*)
10/02/2018