La Otra Mirada Sur entrevistó al diputado nacional de Unidad Popular, Víctor de Gennaro, acerca de las intenciones del gobierno nacional de discutir una nueva Ley de Hidrocarburos.
El dirigente se explayó además sobre la relación entre la Argentina y el capital financiero, la construcción de legislación a favor de los trabajadores en el Congreso y la necesidad de sintetizar en el campo popular una representación política propia para los próximos diez años.
-Hubo dos reuniones entre los gobernadores de las provincias petroleras y el gobierno, para debatir una nueva ley de hidrocarburos que bastante disenso genera entre ellos. ¿Qué opinión tenés al respecto?
– Ojalá hubiera una nueva ley de hidrocarburos y se pudiera discutir una nueva ecuación energética en la patria. Ojalá pudiéramos discutir públicamente una de las herramientas fundamentales para el desarrollo productivo y de generación de recursos en beneficio de un proyecto nacional
– Hay poca información porque hay mucho negocio
-¿Hay que re nacionalizar la administración de los hidrocarburos o dejarla en manos de las provincias?
– Lamentablemente después de 1994 se malversó la idea de federalismo y se le otorgó a las provincias la propiedad de los recursos naturales. La Constitución de 1949 planteaba con toda claridad que esos recursos son inalienables de la Nación. Los gobernadores terminaron convirtiéndose en emiratos, salvándose por la propia. Hay provincias que prohíben el fracking, pero otras no. El protagonismo de los sectores provinciales tiene que existir, pero la discusión tiene que ser nacional, permitiendo que la riqueza, que es de todos, sea distribuida
-¿Ha habido una política pendular del poder político en materia de hidrocarburos, no?
– La experiencia marca que ellos varían la estrategia de acuerdo a cómo van los negocios. Un día son privatistas y otro día campeones de la estatización, como Oscar Parrilli. Un día no le pagamos a Repsol que nos sacó y depredó y al otro día la premiamos. Necesitamos discutir con seriedad el tema para extraer energía sin hipotecar el medio ambiente de nuestro país
-¿Qué características debería tener una ley de hidrocarburos al servicio de un proyecto nacional?
– Autoabastecimiento de recursos convencionales e inversiones enmarcadas en una nueva matriz energética. La extracción de recursos no convencionales merece otro tipo de discusión que evalúe su impacto: fijate vos las inundaciones recientes del río Paraná producto de la rotura de represas en Brasil. O el dato que indica que La Alumbrera emplea la misma cantidad de energía que la provincia de Tucumán. Necesitamos discutir energías limpias, de futuro, la nuclear, la eólica
-A propósito de las inversiones y el fallo de la Corte de Estados Unidos respecto a los fondos buitres ¿Cómo definirías a la relación entre Argentina y el capital financiero?
– De subordinación al capital financiero. A principios de año hubo devaluación, y si te analizás cuál fue el sector que multiplicó sus ganancias en este período, fue el financiero. La más grande de todas las rentas. Persiste todavía ley de entidades financieras de la dictadura militar. Es un sector que no tiene impuestos: existe el impuesto al salario, pero no la renta financiera
-¿Qué hay que hacer con la deuda externa?
– Hay que sentarse a ver qué parte de la deuda es legítima y cuál ilegítima. Imaginate que la deuda que el gobierno aceptó pagarle al Club de París aumentó en 3600 millones de dólares desde 2013. ¿Por qué? Nadie lo sabe ni lo discute. Nosotros vamos a presentarnos en la Justicia para que este aumento se declare inconstitucional, porque toda deuda nueva tiene que ser aprobada por el Parlamento y ya Capitanich dijo hace unos días en el Congreso, que no iba a hacerlo. La mayoría de la deuda externa fue contraída durante la dictadura militar. Es deuda odiosa. Así lo dictaminó además el juez Ballesteros
-¿Cómo balanceás el tratamiento de proyectos en el Congreso en defensa de la clase trabajadora?
– En mi experiencia como diputado aprendí mucho. Subestimaba el poder que tenía el Congreso, cuando allí lo que se discute es la vida y la muerte de nuestros compatriotas. Lo que no existe es debate. El otro día durante el tratamiento por el registro de trabajadores no registrados, todos los bloques de la oposición fundamentaban sus posiciones basados en nuestra propuesta, pero votaron en contra con el gobierno: hay un pacto de gobernabilidad. Nosotros por lo pronto abrimos el Congreso a gente con propuestas de proyectos para los trabajadores. Las debatimos en audiencias, hacemos movilizaciones y las presentamos. Hay que discutir tema por tema: qué hacemos con la minería a cielo abierto, con el petróleo, con el juego, con el desarrollo rural. Cuando empezás a discutir, nuestro pueblo es transversal, no se ata a uno u otro partido
-Hay una discusión abierta en el diseminado campo popular desde hace 10 años sobre el qué hacer…
– Es una discusión más larga en realidad, que se retrotrae a 2001 y 2002, con muchas más movilizaciones, con el parazo que hace sólo CTA el 29 de mayo en medio del ajuste. Entonces había una crisis de representación muy grande. Coincidíamos en el que se vayan todos, pero no en la salida con protagonismo popular para encabezar la nueva etapa. Hoy estamos en tránsito a resolver ese vacío de representación y las organizaciones populares somos hoy tres veces más grandes que entonces. Están los hijos de 2001 que irrumpen y enriquecen. Una América latina que le dijo No al ALCA. Vivimos experiencias importantes: la Constituyente Social, la revalidación de la CTA que conduce Pablo Micheli. Hay bases para soportar esa transición
-¿Y en la política? ¿Cómo avizorás el 2015?
– La política es una parte de la construcción de poder popular. Recientemente fui electo presidente del Instrumento Electoral para la Unidad Popular. Hoy no está clara esa unidad, hay que ir construyéndola. Creo que para 2015 el poder tiene tres alternativas: El PJ con Scioli, Massa o Randazzo. El antiperonismo con Lilita o Macri, más allá de las buenas intenciones de algunos sectores. Y una izquierda sin representación social importante, tal como quedó demostrado durante las últimas elecciones de la CTA, cuando no superó el 8%. Hay que parar entonces una alternativa que discuta lo que viene. Acá hay una crisis con 7 de cada 10 hogares que no llegan a fin de mes. Con 3 hogares por debajo de la línea de pobreza. Tenemos un sistema de salud y educación deteriorado. Una juventud afectada por el paco y el gatillo fácil. Hay que discutir la década que viene, el futuro y para ello una alternativa en 2015 para auto gobernarnos.
Fuente: www.laotramiradasur.com.ar