«El pasado 3 de julio, el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, brindó su informe anual en la Cámara de Diputados.
Vale aclarar, que el Poder Ejecutivo Nacional, sistemáticamente se niega a dar respuesta a los cientos de pedidos de informes que lerequiere el Poder Legislativo en el ejercicio de su función de contralor.
Por eso la ocasión de recibir un informe previo y por escrito que el Jefe de Gabinete realiza respondiendo las preguntas, hechastambién por escrito, de los diputados, es una oportunidad que, quienes estamos en la oposición, no desestimamos en absoluto, y ellomás allá del formato y contenido de dicho informe.
En cambio la sesión informativa de carácter presencial, es más un espectáculo variopinto, que prácticamente depende de lascualidades personales del funcionario que da el informe.
En el caso de Abal Medina, no sorprendió tanto que se deshiciera en loas a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, como suintolerancia y su endeble postura defensiva.
Desde nuestro bloque, Unidad Popular (FAP), entre otras cuestiones lo inquirimos acerca de la “INTERVENCIÓN” del INDEC.
Específicamente la Diputada Iturraspe le preguntó por qué el Ejecutivo sigue incumpliendo el Acta, que el mismo Abal Medina firmócon los trabajadores del Indec, por la cual se comprometía a resolver la situación contractual precaria de quienes revistabanentonces en el Instituto, a terminar con los sumarios, las sanciones y el hostigamiento a los trabajadores y a iniciar un proceso denormalización con la participación de los trabajadores involucrados en el conflicto.
A mi turno, agregué que: si la “INTERVENCIÓN” del INDEC se justificó desde el gobierno para pagar menos intereses por la deudapública ajustable por CER y en manos de actores privados, categoría que hoy sólo representa el 6% del total de la deuda, por quérazón continúa intervenido el INDEC?
El Jefe de Gabinete, intentando reducir nuestros argumentos a la mera veleidad de querer aparecer en los medios; y, hastaotorgándonos su beneplácito para cuando así fuera; enérgicamente nos respondió: “El INDEC no está intervenido; córtenla coneso!”.
Lamentable.
Decir que el INDEC no está intervenido es igual a decir que en Paraguay no hubo golpe de estado.
Acaso el Jefe de Gabinete cree que la legalidad hace a la legitimidad de los hechos que se ejercen bajo su amparo? O simplemente creeque la negación de la realidad la vuelve inexistente?
Por nuestra parte, señalar que el Indec está intervenido responde a un análisis de los hechos, de acciones políticas concretas que sellevaron a cabo sin ningún respaldo legal sobre un organismo valorado por su independencia del poder político y por su elevadonivel técnico.
Fue de público y notorio conocimiento que un grupo del gobierno, huestes de Moreno (quien aún hoy no tiene ningún cargo en elIndec y lo maneja sin siquiera estar en las sombras) intervino de hecho porque destituyó funcionarios, obligó a otros a renunciar,desplazó y sancionó a los trabajadores que denunciaban lo que sucedía, hasta ubicar a sus colaboradores en todas y cada una de lasáreas del Instituto.
Es por eso que supuesta formalización que se llevó a cabo luego de haber despedido, hostigado, perseguido y amedrentado hasta laactualidad, a los trabajadores y trabajadoras que con su labor llevaron a nuestro Instituto de Estadísticas y Censos a ser reconocidoaun internacionalmente por la calidad y confiabilidad de los datos que elaboraba, resulta más que insuficiente para tapar laintervención existente.
Va de suyo en este avasallamiento una clara intención de manipular el sistema estadístico, que ya no aparece como el resultado deanálisis técnicos de calidad sino como un producto a la medida de la conveniencia del gobierno. Así también, que la precariedadlaboral existente ha sido caldo de cultivo para naturalizar una intervención de estas características, con la consiguiente destruccióndel sistema estadístico público.
Esa es la realidad, una realidad que no desaparecerá porque no hablemos del tema, sino porque sigamos luchando, como lo hacen lostrabajadores que resisten, para que esta realidad cambie».