Con el título «Por una segunda y definitiva Independencia», la Juventud UP de Salta reflexiona sobre el Bicentenario de la batalla contra el colonialismo español en tiempos en los que la «herencia colonial continúa vigente».
Por Juventud Unidad Popular y Corriente CEPA (Corriente estudiantil popular antiimperialista)
Todos los medios salteños están pendientes de los festejos que se están llevando a cabo por el Bicentenario de la batalla que llevó adelante el general Belgrano en tierras salteñas un 20 de Febrero de 1813 contra el colonialismo español. Para esto, se gastaron 8 millones de pesos entre organización, seguridad y los artistas que actuarán en el marco de los festejos.
Lejos de ser un día para rememorar “el camino que nos marcó la historia”, como ha salido a exponer Juan Carlos Romero, o de la lucha por la libertad de la que habla el Gobernador Juan Manuel Urtubey, la herencia colonial continúa vigente en nuestro país y en la provincia. Así como el caso del complejo agroindustrial de La Moraleja, de capitales españoles, es beneficiado con infraestructuras construidas por el Estado provincial y beneficiada con exenciones fiscales; el latifundio, principal traba al desarrollo autónomo de la estructura productiva de nuestro país, sigue vigente en manos de terratenientes locales como así también de los grandes capitales financieros.
Muchos espacios políticos han salido a criticar estas políticas de festejos que lleva a cabo Urtubey, centrando su blanco contra dicho gobernador y el ex gobernador Romero, sin embargo, omiten al enemigo principal dentro de las clases dominantes, que es el kirchnerismo en su papel de burguesía intermediaria del imperialismo. Con esto no queremos lavar de culpas a los políticos locales, sino que entendemos que la política de ajuste sobre el pueblo la lleva adelante el gobierno nacional en articulación con el provincial.
El hambre y la pobreza de nuestro pueblo solo pueden ser erradicadas peleando por una segunda y definitiva independencia, en la que se eliminen todas las trabas al desarrollo autónomo y soberano del país, y en donde el aparato productivo este al servicio del pueblo y no de la acumulación en manos de capitales privados.