Desgrabación del discurso del Diputado Nacional Victor De Gennaro clausurando el 7º Congreso extraordinario de UP CABA.
Habla de su militancia, el último paro nacional, sus proyectos, la lucha por el 2015 y la construcción de la unidad popular.
Algunos recuerdos de militancia/Agradecimiento a Claudio Lozano
Hace 30 años, tuve el privilegio de poder decir que iba a poner en posesión de la secretaría General de la Capital a un amigo, compañero, un hermano, y que eso era un privilegio muy especial. Y era Germán Abdala. Pueden pasar muchas cosas, instantes en los que se siente de manera diferente y a los años de construcción, en aquella época empezábamos no a conocernos con Claudio. Ya nos habíamos conocido en el 80 cuando a Pérez Equivel lo nombraban como Premio Nóbel de la Paz y nosotros tratábamos de articular derechos humanos con el movimiento obrero. Eso parecía una quimera, porque laburábamos los dos con ese sentido. En el movimiento obrero, cuando entrábamos con los derechos humanos éramos… zurdos. Ahí lo conocí. En el primer homenaje que le hicimos a Adolfo Pérez Esquivel, cortito de que había recibido el premio en el sindicato de camioneros que en aquella época estaba Ricardo Pérez. Porque no lo podíamos hacer en la CGT Brasil, porque estaba la pulseada. Lo hicimos al ladito. Ya en ATE fue otra historia compartiendo de manera distinta y soñando y fantaseando, y si alguien fue capaz aún en los momentos más difíciles de pérdidas irreparables, que las tuvimos y muchas, de seguir al lado transitando y no solamente soñando sino poniendo fundamento, vida, cuerpo. En algún momento yo lo digo “¿quién sería el Jauretche de hoy, no, quien sería?” Sin lugar a dudas, yo no dudaba, que ese era Claudio Lozano que nos abría la cabeza, nos abría el corazón, nos identificaba desde otro lugar. Es el conductor político que fue capaz de imaginar al mismo tiempo que nosotros hacíamos esa construcción de la CTA, eso que significaba la idea, el pensamiento. El nuevo pensamiento. Una cosa insólita. Yo me acuerdo que en el congreso de la CTA de 1999, yo hasta dije “seguro de desempleo”, porque todavía no estaba el seguro de desempleo en formación. Ya veníamos varios años discutiendo ya que aquel nuevo pensamiento acuñó la idea más importante que después íbamos a desarrollar en la práctica, caminando desde Rosario a Buenos Aires. Y terminó en el FRENAPO, el Frente Nacional Contra la Pobreza. Fue impresionante. No hay acción sin pensamiento. Y no hay pensamiento posible sin el compromiso de la acción. Ese ida y vuelta, ese no aceptar la división entre el pensamiento y la acción es quizás la síntesis que yo aprendí más claramente de Claudio. Por eso para mi fue un orgullo que haya sido él el que haya dicho que este Congreso de la Capital lleva la propuesta de que sea el precandidato a Presidente de una nueva experiencia política en la Argentina. Y para mi, no es casual.
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Cambio de nombre
Cuando yo agradecí lo de la Capital cambiarse el nombre, no es una cosa menor. Sí es cierto, y me alegro que se goce con el esfuerzo. Porque se está gozando por lo que viene. No se está sufriendo por lo que se deja. Pero es muy importante para el resto del país que la Capital Federal haya tenido la grandeza de cambiarse el nombre sin desprenderse… ahí todavía están los logos… todavía están dando vueltas por ahí los duendes de Buenos Aires Para Todos porque desde eso se hace, sean capaces de pensar en la construcción de un proceso colectivo de nación. Y eso tiene que ver con una conducción política, porque nacimos desde esa visión. De ese movimiento político social y cultural que iba a ser capaz de dar la respuesta a la crisis que no pudimos resolver en 2001. De la crisis de 2001 fuimos protagonistas y parte, pero en esa resolución nos faltó decir algo más que “que se vayan todos”. Nos faltó decir “que venga el pueblo”. Y para que venga el pueblo tiene que venir organizado y consciente. Y eso es una voluntad fundamental que hay que realizar. Ese tránsito que aprobamos en Mar del Plata, porque de ahí venimos. De un nuevo movimiento político social y cultural que era resolver claramente esa crisis que habíamos sido incapaces de resolver a favor nuestro, y los que otros habían preparado que también fueron protagonistas lo venían resolviendo, evidentemente tenía que empezar a desarrollarse. Yo ese día tuve el privilegio también en un congreso en 2002 de plantear y votar un nuevo movimiento político, social y cultural. Ahí empezaron a decir “no queremos más alianzas, no queremos más traición, queremos un movimiento de liberación. De liberación. No queremos cualquier movimiento.” Y ese Movimiento para la Liberación sí exige construir respuestas electorales. Pero sobre todo, tener la clase organizada y consciente. Por eso en este día, además, de las palabras de Claudio, que me emocionaron, también resiento orgulloso, fortalecido, y con toda la esperanza de que vamos a parir esa nueva historia porque en le día de antesdeayer quedó en claro que esta clase trabajadora realizó el tercer paro nacional en los últimos dos años planteando no sólo que se puede sino que abriendo la esperanza para discutir los temas importantes del país. Sin eso, sería imposible soñar. Podríamos tener ideas. Podríamos tener propuestas. Pero sin eso, es imposible cambiar la relación de fuerzas. Ahí está el núcleo central. Y para mí, con alegría.
Paros y discusiones
Este último paro más todavía, porque las discusiones se dan. Y no es malo que se den las discusiones. Al contrario. Las discusiones son fecundas. Hay que acostumbrarse al debate. A veces nos enseñan en esta sociedad de intratables, a pesar de que hay que ver como los domamos, pero es intratable… vos fijate que el programa político que yo he ido en los últimos tiempos y que más ha trascendido fue Intratables. Es para pensarlo. Es cierto que fui el día que hicimos el paro. Iba un poquito orgulloso. Frente a los mezquinos que no pueden pensar que hubo entre 11 y 13 millones de trabajadoras y trabajadores. ¡11 a 13 millones! Política de millones. Un paro nacional es, después de la elección del Presidente, el hecho político más nacional. Eso fue lo que hicimos. Claro que no lo van a reconocer en esos lugares. Ni siquiera los ideólogos que escriben todos los días y que son los pensadores del Poder. Por eso, tan importante el nuevo pensamiento. Porque hay que explicarnos. Quien va a decir que como hicimos el primer paro nacional después de 9 años de gobiernos Kichneristas… 9 años tardamos en hacer el primer paro nacional. 20 de noviembre de 2012. ¿Quién va a decir que tiene que ver que hayamos hecho el primer paro nacional con la derrota electoral de 2013? ¿A dónde lo vamos a encontrar? Claro que vamos a encontrar escrito que haya cuestionamientos y que la derrota de 2009 tuvo que ver con el enfrentamiento con los sectores del campo. Ahí sí. ahí el protagonismo es de los sectores sociales que expresaban en el emergente de la Mesa de Enlace. Y entonces ahí podían poner todos los escribas que la derrota de las elecciones de 2009 eran producto de ese hecho. Se olvidaron que nosotros pusimos la cuotita nuestra en esa derrota. Imagínense que si pasa desapercibido el paro de 2012 cuando no hubo Mesa de Enlace… como no va a pasar desapercibido 2008, cuando fuimos capaces por primer vez después que asumió Kirchner de llenar la Plaza de Mayo por primera vez en 2008 y después de haber aprobado la Constituyente de Jujuy la convocatoria a marchar a Plaza de Mayo para decir que el hambre es un crimen en nuestra patria. Fue claro, esas acciones colectivas y masivas que son las que nos dan a nosotros la esencia. ¡Ah!, eso no se puede aceptar. Entender el pensamiento, la disputa de esas acciones colectivas, es muy fuerte. Pero eso es lo que nos da origen. Eso es lo único que puede transformar un movimiento de ideas en una transformación de liberación. Y no tenerle miedo a la diferencia, obviamente. Hay diferencias, por eso, este último parito a mí me dio una satisfacción extra. Porque ya no hablamos y no nos dejamos usar en lo que era necesario en otra oportunidad para aparecer con otros convocantes y hoy, el compañero Pablo Micheli de la CTA fue capaz de empezar el paro 12 horas antes y autónomamente generar la acción más importante frente al Congreso Nacional para declarar con toda claridad que nosotros queremos y tenemos la presencia. Claro que hay que hacer la unidad de acción. Claro que hay que ir con un frente.
Construir con autonomía
Pero hay que construir con autonomía del núcleo de la organización pensante y organizada por un proyecto diferente. Y eso es lo que está en juego. Por eso, esto de plantearnos el desafío de ir a construir. Yo también voy a decir que no me molesta. No me pone mal. No es un problema estar en el lugar en el que estamos yendo. A ninguno de nosotros nos vinieron a buscar a casa. Vinimos, entramos, buscamos, y uno encuentra lo que busca. Y lo que estamos buscando hace rato es una construcción que exceda el mero marketing electoral y se enraíce con las tradiciones populares más importantes de la Argentina. Y para esto, se necesitan dos cosas: una, una fe inquebrantable en nuestro pueblo y en la clase trabajadora, y otra, una voluntad política organizada. Nosotros estamos apostando a que nuestro pueblo quiera. Y estamos tratando de buscar una voluntad política organizada. No somos los únicos. La verdad, es cierto que es un orgullo que están acá los compañeros de distintas experiencias políticas que estamos conformando primero, la corriente de Unidad Popular. Ahora somos un partido, Unidad Popular, por la trampa que nos puso el sistema, sino no nos hubiéramos cambiado el nombre. Pero tampoco puedo dejar de decir que es una íntima satisfacción que nos acompañe Gustavo Vera, que es parte de esa voluntad política organizada. Es construir. Yo tengo la suerte de caminar mucho el país, una y otra vez por diferentes circunstancias. Y en todos lados aprendí que hay pus. Donde vos tocás, salta la pus. Claro que hay. Pero también, donde vos te animás a abrir un poquito la puerta, aparecen las propuestas. La gente las tiene. La gente tiene las propuestas y nosotros tenemos que ser el instrumento electoral para abrir y posibilitar. Por eso nuestro partido se llama Instrumento Electoral para la Unidad Popular. Es mucho más importante la unidad popular que el propio partido. Animarnos a construir un partido que no tiene que ser uno más, es un desafío hermoso. Es apasionante. Es pensar en que estamos construyendo algo superior, y que sin lugar a dudas puede amanecer en un tiempo más temprano que tarde. Porque está emergiendo la necesidad. Se está cayendo esa fuerza del poder oficial que nos ofrece ese PJ que va desde Scioli hasta Massa, pasando por Tahiana, por Randazzo y por todo lo que significa el partido oficial, la única opción que tiene enfrente es esa cocina del antiperonismo que se está construyendo. No es solamente antikirchnerismo. Es algo mucho más importante, por eso se juntan a nivel de piel. Ahí hay cosas que exceden. Se está cocinando esa perspectiva. Es una pena que tantas buenas intenciones terminen sucumbiendo ahí adentro. Y tampoco creemos en que la alternativa es como nos quieren disfrazar: solamente una izquierda desdoblada de la organización social y popular.
Acumulación de culturas/ Partidos que se suman
Nosotros somos y creemos en que hay acumulación en nuestro pueblo suficiente de culturas que tenemos y que queremos ser, podemos ir coagulando una etapa diferente del movimiento popular en la Argentina. Cada uno viene de diferente lugar. Hoy, en la reunión nacional, hemos tenido la suerte de que Pueblo Unido se incorpora a la Mesa Nacional de la UP. Pueblo Unido es un partido de Tucumán. El presidente de Pueblo Unido es Gumersindo Parajón, uno de los dos que se paró en el mejor momento del poder de Alfonsín y de los radicales, y fue capaz con León –senador del Chaco- de pararse y decir que los radicales, aunque fueran minoría como eran ellos dos en ese congreso, se levantaron para decir que no podía haber olvido ni perdón y que no estaban de acuerdo con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Ese hombre que es radical, que se sigue inclusive reivindicando como tal, al punto de que a su hijo le puso como nombres Leandro Hipólito, y así le puso un sello de mucho prestigio… Dijo “yo soy radical y estoy aquí en Unidad Popular”, y yo lo miré digo “mirá que bien, me parece que estamos empezando”, porque justo pidió la palabra Basteiro, y digo “¡mirá vos, radical, y además de que nosotros venimos de la cultura peronista y se está abriendo la cultura socialista!”. Y claro, hay cultura. Cultura sí, pero no aparatos, que han perdido la capacidad de abrirse y transformar. Las culturas son todas nuestras. Son las culturas populares que van a emerger y que tenemos que saber abrir para que entren en serio a construir una perspectiva diferente para nuestra sociedad. Eso es lo que está en juego. Desde esa perspectiva es que no hay que tenerle miedo al disenso ni al debate. Sí, no intratables… eso últimamente a nosotros nos pasa. Yo no se que pasa, pero en la Capital hay una sobreabundancia de eso, ¿no? Será que está la mayoría de la concentración de los medios de comunicación. Y no es broma. Hay una concentración permanente. Es más fácil decir que el otro no sirve a tratar de empezar a ver lo que se puede construir desde una perspectiva propia. Se inhabilita al otro y a veces no tenés consciencia que sin el otro, no somos nada. Si no los convencemos a los que tenemos al lado, ¿a quién vamos a convencer? Si no discutimos ni charlamos con los que tenemos al lado, ¿cómo vamos a ir a buscar a los otros? No es un problema de tolerancia o evitar el debate. No, al contrario. Es clave la profundización del debate. Hay que elevar el debate político. Hay que ir avanzando sin ningún temor. Yo soy un convencido de que estamos en un momento en que se puede construir una perspectiva distinta. Es increíble: en el propio programa, la discusión era el paro como algo del pasado. Y en realidad, a nosotros el paro nos abre el futuro. Lo que tenemos que animarnos a empezar a discutir es el futuro. No lo que pasó. A mí me sorprendió Diana Conti, que claro, el tipo preguntó “¿a quién van a votar?”, y los que vieron el programa saben, que le preguntan primero a ella, y como no pensó, dijo “A Cristina”. ¡Un fenómeno! A confesión de partes, relevo de pruebas. Es tremendo: a Cristina. Es así de simple. No se puede. El otro se quedó duro, pero… ¿Cómo? “Sí, a Cristina”. No se puede decir nada. El Kirchnerismo perdió porque Cristina no se puede suceder a si misma. Es muy importante. Y el pueblo lo decidió. Así como fue capaz de elegirla en el momento de la crisis, fue capaz de decir “no, basta”. Y los militantes quieren seguir discutiendo el Kichnerismo. Quieren seguir discutiendo la década que pasó, imbuidos en una profusa cantidad de palabras, ideas, y de medios de comunicación hegemónicos que siguen hablando como si no hubiera pasado, que quieren trasladar la foto de 2013 a 2015. Y que se acabe. Y que saquen el mismo resultado. Así nosotros no existimos. Así no tenemos la posibilidad de construir una alternativa de futuro. Así no hay otra cosa que elegir entre lo que es el PJ o el antiperonismo, y no hay organización popular, social que fue capaz de hacer lo más importante en las últimas décadas de resistencia que sea capaz de empezar a construir una alternativa diferente.
Tenemos que empezar a hablar en futuro
Entonces, somos nosotros los que tenemos que dejar de hablar de eso y empezar a hablar de futuro. Y en la Argentina, compañeras y compañeros, hay mucho futuro… si nos animamos a creer que se puede. La militancia… la mayoría de nuestros cuadros todavía duda que se puede. Cuando dicen así “¡que lindo sería!” acá hay muchos militantes que dicen eso, pero con que, como… hay que ir a discutirlo. Y hay que ir buscar a los millones. Y para ir a buscar a los millones, primero hay que convencerse uno pero segundo, no atacar a los nuestros. Sí discutir. Debatir. Elevar el debate. No destruir al otro. Ésa es la ideología de ellos, no la nuestra. Y lo digo sin temor a que se confunda con que puedo tener algún miedo de debatir. Me tocó estar en ATE, yo no tengo ningún cargo ahí, me dejaron hablar por la ley del Estado. Sirvió aunque sea para sacar una ley de diputado donde tenemos el 27 de junio Día del trabajador estatal. Por lo menos, para la fiesta. Y me invitaron a hablar… ¡y el debate que hubo en el congreso de ATE nacional, hace un par de meses, fue impresionante! El 10% discutía el pasado. El 90% de los delegados, casi todo el resto… ¡era un debate tremendo! Ahora, no había acuerdo… se daba… un debate impresionante. Y había algunos que tenían preocupación, y digo yo, “¡pero si es espectacular, esto está vivo!” Compañeras y compañeros: hay que debatir y no asustarse. Si uno quiere hacer una organización revolucionaria y confía en hacerla, no se tiene que asustar con el debate, porque una organización revolucionaria no se hace con ovejas, se hace con compañeras y compañeros que sean capaces de bancarse la construcción cotidiana de sus ideas en la práctica y en la acción. No necesitamos ovejas. Sí cuadros que sean capaces de organizar. Porque esa es la diferencia. La diferencia es la organización y la solidaridad. Así hay que cuidarse. ¿Por qué nos tenemos que cuidar entre nosotros? Porque hay que salir a buscar a los millones. La gente nos va a ver con la posibilidad de ser, si estamos. Si ganamos. SI GANAMOS. Yo tengo una experiencia electoral reciente. No tengo mucha, aunque alguna vez fui del Partido Justicialista. Es más, fui congresal nacional votado.
Ir, buscar y decidir por nosotros/ Enseñanzas de la derrota y del triunfo
Antes había algunos que decidían por nosotros. Ahora queremos decidir entre todos. Y eso es bueno. Pero esa construcción exige. Estamos en ese momento. hay que ir a buscarlos a los otros. E ir a buscarlos significa convencernos y construir. Estamos en ese período de esa construcción. Ahora, ¿es posible o no? Yo decía recién que estamos aprendiendo lo electoral, pero siempre aprendí algo en le movimiento popular, y es lo que me vueltas en la cabeza y que quiero discutir o charlar con ustedes, que es haber aprendido que en el movimiento popular, lo que más nos forma es la derrota. Lo que más nos forma. No aprendí lo que aprendí si no hubiera estado en la época del genocidio. No aprendí lo que aprendí si no hubiera pasado por la caída del muro en el 89 y la traición del Peronismo. La derrota es donde uno se forma. Te obliga. Te exige. Aprendés. Y yo fui muy tonto el 24 de marzo del 76. De lo único que me arrepiento del 24 de marzo del 76 no es de los sueños, de la pasión, de las perspectivas, de creer en una nueva sociedad, de apostar todo, sino de haber sido tan gil. De haber subestimado al enemigo al punto que lo subestimé. Y aprendí con dolor que si subestimaba al enemigo, era porque estaba subestimando a los míos. El enemigo no nos subestimó a nuestro pueblo. Ni a nuestra clase. Si yo no hubiera subestimado a los míos, seguro que hubiera pensado que iban a hacer lo que hicieron. No pensé, porque por más que uno piense, no puede ser tan hijo de puta como ellos. Hay que ser capaz de no subestimarlos, pero sobre todo, no subestimar a los nuestros. A nosotros no nos voltearon por lo que dicen. Nos voltearon por lo que estábamos haciendo y lo que podíamos hacer. Por la organización que habíamos logrado: 3600 organizaciones populares que conducían empresas. Imagínate, hasta SEGBA era autogestionada. ¡SEGBA! Y era por los burócratas, ¿te imaginás si hubiera sido por una cosa más? ¡Imagináte, una empresa, y la energía! En la Petroquímica San Lorenzo, se manejaba… 3600 experiencias conducíamos. Es por eso que hicieron el golpe. No podían permitir que asumiéramos la perspectiva de un desarrollo diferente. Era esa fortaleza. Nosotros la subestimamos. Los subestimamos a ellos porque subestimamos a los nuestros. Y sí. Nunca más dejé de apostar. Y apostamos, ¿eh? Están por cumplirse 30 años de recuperar ATE. Y tuve que aprenderlo. Había compañeros en la dictadura que se cruzaban de vereda, de mi sector de trabajo, para no saludarme porque era el secretario general de Minería. Y uno tenía que seguir siendo dirigente, porque a uno lo eligen para las buenas pero también para las malas. Y yo diría fundamentalmente para las malas. Y si hubiera dicho “no, no sirven”, me hubiera perdido la posibilidad que tuve de gozar que gracias a esos compañeros pudimos ganar y recuperar el gremio. Porque entendimos que les pasaba. Porque comprendimos y apostamos a que saben más de lo que a veces dicen. Como el pueblo de Lonco – Pué, 3800 votantes de un pueblo que siempre votaron al MPN, que lo subestimaron y que los dejaron ir a una consulta popular vinculante a ver si aceptaban una mina a cielo abierto. Y dijeron “total, con heladeras, con lavarropas, con plata y con bolsones van a seguir votando exactamente igual”. Y los 3800 votantes dispersos en Lonco –Pué, el 82% dijo no a la minería a cielo abierto porque el pueblo podrá ser sobreviviente pero no hijo de puta como para entregar a las generaciones futuras. Hay que confiar en ese pueblo. Hay que confiar en esa clase trabajadora que se expresó esta semana. Y que se va a seguir expresando y que no vuelve atrás. Ahora, no sólo hay que confiar en la capacidad de decir lo que no queremos sino hay que construir eso que queremos. Y ese es el privilegio que tenemos. Lo podemos hacer. Lo podemos plantear. También aprendí que para que sea masivo, hay que ganar. Así como aprendí que en la derrota se aprende, la organización popular crece en el triunfo. El que gana, crece. El que no gana, bueno, sobrevive bastante bien por lo que veo… los cimbronazos sirven, pero le que gana construye poder popular. Para que sea masivo, hay que ganar. La mayor cantidad de paros, movilizaciones y huelgas en la historia de los trabajadores y del pueblo argentino se hizo del 46 al 49. Miren que época, 50. La época donde más ganábamos, más quilombo hacíamos. Es más, ganábamos porque seguía el quilombo. Y hasta una Constitución, la del 49, la mejor Constitución en la Argentina, que fue capaz de ser parida en el marco de esa movilización popular, porque a mayor legalidad, mayor masividad. Y nosotros necesitamos a las masas. Necesitamos al pueblo. Necesitamos que decidan. Por eso, no nos dejan la democracia y libertad sindical. Por eso no quieren que elijamos delegados, por eso el 80% y más de las empresas privadas no eligen delegados: porque no quieren la democracia. No somos nosotros los que le tenemos que tener miedo a la democracia. Son ellos los que todos los días nos la cercenan. Hay que avanzar hacia esa masividad, y eso es también lo electoral. Y nosotros que en algún momento en los 90 no voy a decir que votábamos en blanco… pero bueno, no decíamos a quien… pero era donde está el poder. Y era un debate, y estaba bien que fuera. ¿Cómo lo reconstruimos? Nosotros lo reconstruimos desde la identidad de clase. El único lugar donde, por lo menos a mí, en el peor momento de mi militancia me permitió parar. Por eso, de ahí no vuelvo. De ahí no me saca nadie. Yo aprendí que uno puede poner un fajo de billetes arriba de la mesa, y puede esperar sentado años y no se va a duplicar nunca. Porque la riqueza no la genera el capital. La genera el bocho, el hombro, el esfuerzo, la capacidad, la creación de los trabajadores. Y eso es así, y por eso esta fuerza nace con esa certeza. Desde ahí, a buscar a los nuevos. Desde esa identidad hay que ir a buscarlos. Pero hay que ganar. Nosotros tenemos que ganar.
Experiencia de De Gennaro como diputado/Como se vota la vida y la muerte
¿Qué es ganar en 2015? ¿Qué significa ganar? A mí me faltaba un poquito de experiencia y me vino muy bien ser diputado de la Nación. La verdad. Me vino muy bien. El problema no es tener errores políticos. El problema es no reconocerlos, porque eso es lo peor. Pero sí, yo subestimé al Parlamento. En el Parlamento hay más poder del que yo pensaba. Hay mucho más poder. Es más, puse un papelógrafo donde puse leyes que tienen negocio y muerte, y leyes que tienen solidaridad y vida. Y de repente, se me simplificó el voto. No era un problema partidario. Es muy fácil lo que uno tiene que votar y proponer. Es negocio que trae muerte o solidaridad que trae vida. Y aunque a ustedes les parezca mentira, todas las leyes se pueden separar en eso. En eso tan sencillo. Ahí se discute la vida y la muerte de nuestros compatriotas. Hasta yo mismo me sorprendí. Cuando teníamos que presentar frente a la CRT una propuesta alternativa y planteamos que había que hacer una ley de Prevención y Reparación de Accidentes y Enfermedades Laborales. Algo que los trabajadores sabemos. Teníamos que tener información. Pero yo mismo me sorprendí de que ni siquiera nosotros nos animábamos a discutirlo. Los números más chicos de accidentes y enfermedades laborales de mortalidad que tenemos, que sólo justifican que 16 empresas facturen más de 29 mil millones de pesos por año, son 20 compañeras y compañeros por día que pierden la vida por ir a laburar. Ni siquiera nosotros lo discutimos. Claro, es distinto pensar que cualquier día nos puede tocar a uno de nosotros. 20, ¿eh? 7500 por año. Los números menores, lo dijimos delante de todos los funcionarios y nadie puede decir que no, porque saben que son los números más chicos. Hay muchos que dicen más, como si fuera diferente que fueran 7500 a 10 mil. Es una vergüenza, una inmoralidad, ¡por ir a trabajar! Imaginemos todo lo otro. La tasa de mortalidad infantil, nos roban 4900 pibes, y de acuerdo a las estadísticas de ellos, que son vidas que se pueden salvar. Porque en realidad, se mueren más de 8 mil, ¿no?, en nuestro país de mortalidad infantil. Y que decir de los jóvenes. Ni que decir de los que hoy se los lleva el paco, el gatillo fácil, la precariedad laboral, que es precariedad de vida. ¡Vaya si es negocio que trae muerte! Y ahí adentro se discute. Los jubilados. También aprendí otras cosas que no pensaba, porque yo lo veía a Claudio discutir antes de ir, ídolo ahí adentro, y lo escuchás fundamentando… así como subestimé porque hay mucho más poder que el que creía, no se si no voy a hablar de la Legislatura de la Capital, pero en el Congreso hay menos debate que el que creía. No, es increíble como se subordinan, ¿eh? Y te ponen una cara de boludo… ¡no, es increíble, nos pasó la última vez. Pero voy decir algo que les toca a los trabajadores no registrados, cuando nos vinieron con el verso que hay que bajar el aporte patronal, que era la mejor forma por los pequeños y medianos para resolver el problema de los no registrados. En realidad, es trabajo ilegal, clandestino. Son 4 millones y medio. 8 millones y medio de precarios, entre los cuales están estos ilegales y clandestinos, que debería decirse así, no “no registrados”. Es así de simple. En el fundamento, usé uno de los libritos de la investigación de los talleres, y expliqué como era el uso de la guita y quien se llevaba la teca en esa cadena de valor. Y como era salvarle a la pequeña y mediana empresa los aportes patronales, pero que en realidad no significaba una mejora para los trabajadores. Y le presentamos y le dijimos concretamente como se podía hacer. Pero para ayudar a la pequeña y mediana empresa en serio y a los trabajadores. Y a los jubilados. A cambiar en serio. Y lo propusimos, no, como presentamos con Claudio un proyecto en minoría, un dictamen en minoría, habló Recalde, y después hablé yo. Me tocó a mí fundamentar. Vos sabes que después que hablamos los dos empezaron a hablar todos: el Frente para la Victoria, por supuesto, hablaba de ellos. Todos los otros, el GEN, el Socialismo, los de Massa, los radicales, la Coalición Cívica, todos hablaban. Impresionante lo que estaban hablando. Yo me sentía feliz, digo, lo miraba a claudio y decía “acá vamos a hacer estragos”. Llegó la hora de votar. ¡Votaron todos juntos por la ley del Frente para la Victoria! ¡Todos! a la hora de cagar a los laburantes, a la hora de subsidiar a la biodiesel, a la hora de pagar al Club de París, a la hora de terminar pagándole a los fondos buitres, son exactamente los mismos. La única alternativa que tenemos es construir nuestra propia fuerza, desenmascararlos pero construyendo una alternativa mejor. Las instituciones son fundamentales. Y hay que pelearla. Porque nos sirve para ganar. La legalidad sirve para la masividad. Hay que disputar la legalidad. Y hay que disputarla organizadamente y con convicciones para ir a buscar esa masividad. Necesitamos una central de masas. Necesitamos legalidad. Necesitamos que se elijan delegados. Necesitamos legalidad. Tenemos que ir a construir esa legalidad y disputar las instituciones. Ahora, ninguno de nosotros puede creer que va mágicamente a ganar o nos van a regalar el gobierno de la Argentina. Para ganar en ATE, hace 30 años, tuvimos que organizarnos durante la dictadura, hacer que los compañeros nos votaran, pero encima, compañeras y compañeros, teníamos que mandar a un fiscal a cada lado, alguien que estuviera enfierrado al costado, y un abogado para hacer que se vote. ¡Para ganar ATE nos bendijo el Vaticano! Y nos reconocieron en la embajada de Estados Unidos. ¡Para ganar ATE! Para ganar la Argentina, hay que organizar en serio a nuestro pueblo capaz de creer que se puede transformarlo. Y eso sí lo tenemos que hacer. ¿Se imaginan? No nos lo van a regalar.
¿Qué es ganar en 2015?
¿Qué es ganar hoy, en 2015? Para nosotros, pero sobre todo para nuestro pueblo. Mostrar que se puede. En nuestra militancia, creen que no se puede, por eso hay tanto trasvestidos. Por eso los premian a los que se van, a los que dicen que no hay alternativa, a los que no se animan a creer que vale la pena tener honestidad y conducta. Y ojo, que yo soy de los que creen que la honestidad no es una virtud. La honestidad, según me enseñaron mis viejos, es un piso para construir. Es una cosa diferente. Desde esa perspectiva hay que ir a buscar el triunfo en 2015. Y compañeras y compañeros, en 2015, el triunfo es ser capaces de parar una fuerza política que no arregle con los del pacto de la gobernabilidad, que crea en la construcción organizativa de nuestro pueblo y de la clase trabajadora y se anime a plantear que se puede gobernar en la Argentina para ser definitivamente felices. Ése es el desafío que tenemos. Y eso, sin lugar a dudas, no es de un candidato, es miles y miles y miles de cuadros caminando por todo el país. Por eso se confunden cuando me dicen “vas a ser el candidato”. ¡No, van a ser los candidatos y los militantes para transformar esa realidad organizada. Vamos a ser los privilegiados que vamos a poder creer. Y eso sí. para ir a convencer hay que creer. Si uno no está feliz, mejor que no vaya. Si uno tiene la cara de culo de los militantes a veces, mejor que no vaya a defender la vida. Militantes de cara de culo no son revolucionarios. No, esos son amargados. Bastante problemas tenemos con la depresión que nos meten en nuestro pueblo. Y no es joda. Cuando estábamos en la década del 90, vino un gran capo de salud de Italia, y el tipo nos dice “no, los grandes laboratorios del mundo están invirtiendo importante, y la enfermedad de la primera década de 2000 es la depresión”. Yo lo miré y dije “tá”… ¡la depresión! No, no es la primera. Hoy está en el 2º y 3º lugar de la venta de medicamentos de los grandes laboratorios. ¿Eh? ¡Hasta la enfermedad! Te deprimen. Por eso hay que apagar la televisión. Te deprimen. Por eso no hay que escucharlos tanto a ellos, te deprimen. Por eso hay que ir a ver a la gente. Hay que compartir su lucha, su organización que te levanta el espíritu y te hace creer que se puede gozar el camino para ser feliz en la Argentina. Hay un grupo que se ha sumado, que no quiere dejar el partido, no el nuestro. Su partido. No están muy de acuerdo con los jefes pero bueno… no es reservado, es público que los compañeros del Socialismo Histórico de Capitán Sarmiento. Dicen “nosotros no queremos, porque tenemos un prestigio de más de 20 años en la comunidad con esto. Nosotros no ganamos un concejal. No ganamos la intendencia, pero ganamos los consejeros escolares. Son todos nuestros, por eso andá a ver los colegios de Capitán Sarmiento. Andá a ver como funcionan. Andá a ver el comedor. Andá a ver como funcionan las maestras. Andá a ver como es todo por concurso.” Ahora, los tipos han demostrado que se puede. Es impresionante. Los tipos no ganan porque son de un partido. Ganan porque son buena gente y resuelven los problemas de la gente. A esos hay que ir a buscar. No importa como se llamen. A esos hay que encontrarlos. Porque no hay que inventarlos a nuestros cuadros. Hay que encontrarlos. Ya existen en la Argentina miles y miles y miles como nosotros. Si dependiera de nosotros la revolución, estamos jodidos. Por suerte hay miles y miles y miles que no conocemos. A mi los que yo llamo “los hijos de 2001” me vuelven a ratificar que todavía hay mucha militancia que no conocemos. Fui a La Rioja. Se llaman Frente Riojano de Organizaciones Populares. Entré a una fábrica, que era un galpón el doble del lugar en el que estamos ahora, estaban todas las mesas con todos los materiales, los tornos, pero claro, está todo recuperado. Y acá al lado tenías una radio, la primera radio FM de la capital de La Rioja. Y acá al lado, que parecía un conventillo, me dijeron que ahí se construía el Teatro Independiente de La Rioja. Y ahí estaba la biblioteca. Ésa era la construcción. En 4 ciudades. Experiencias autogestivas, con personería, experiencia en el campo… todos tipos entre 25 y 40 años. Y muchas chicas también, porque la nueva cosa es que hay muchas, y cada vez, más. Después de los 90, cada vez más, muchas veces más que los que venimos del otro palo. Y la verdad es que es impresionante. Hoy están acá construyéndonos también con nosotros esta perspectiva. Y como ellos, debe haber un montón que tenemos que encontrar. Por eso, para mí es una alegría que estén los compañeros de Patria Grande. Que se animen a creer que se puede gobernar la Argentina. ¡Claro que va a ser un quilombo! Y nos tienen desconfianza. Es cierto. Y nos olfatean y dicen “a ver si se van a arreglar con los otros y nos dejan parados”. La mejor manera de apretarnos a nosotros es que ellos no arreglen con nadie y que vengan y nos aprieten que nosotros no arreglamos con nadie. Porque en el campo popular, la única manera de apretar es hacer lo que uno quiere para que los demás lo puedan hacer. Uno tiene que confiar y entregarse. Y hay que ir a buscarlos. Los hijos de 2001 vienen con fuerza y otras ideas, y hay que abrirse, ¿eh? Hay que entender que no hay transformación sin jóvenes. Son los jóvenes –no solamente la mayoría- los que tienen la vitalidad y nos conectan con el futuro. Eso es lo que hay que ir a ganar. Esa es la perspectiva que tenemos. Hay que ir a buscarlos y hay que abrirles la puerta. No hay que ir a enseñarles. Hay que aprender y compartir. Y creo que ese es el desafío que tenemos. Ganar es parar una esperanza organizada de que se puede gobernar la Argentina. Y ese es el desafío. Todo el día tengo los 400 mil en la cabeza a ver si pasamos las PASO. Yo quiero llorar de emoción. Y eso es l oque tenemos que hacer: construir el triunfo. Parar una fuerza nueva. Abrir una instancia y no cambiar. Desde el 83 hasta ahora, cada dos años aparece algo nuevo, crece 15% y cae. Crece, 15% y cae. Y así. Podemos nombrar 20 ¿Cuándo vamos a ser capaces de construir de más? ¿Cuándo vamos a dar esa vueltita? La podemos hacer aquellos que no solamente creemos que es imprescindible sino aquellos que abramos la puerta para que no sea solamente un partido de ideas y de cargos, coordinador de cargos sino que sea un partido de masas. Y para hacer un partido de masas, hay que conseguir esa legalidad y abrirla. En el Parlamento no nos dejan, pero nosotros hacemos audiencias públicas. Nosotros abrimos ese Parlamento para que la gente diga, y nos maravilla ver la capacidad de propuestas que tenemos. Yo no tengo miedo a la propuesta: ¿Qué vas a proponer para gobernar el país? ¡Y es tan fácil! La primera cosa que se me ocurre, sueño con eso, compañeras y compañeros, nuestro partido, y espero que nuestro frente acepte esta idea, ojalá que si, que si alguno de nosotros llega a intendente, gobernador o presidente, tiene 6 meses para resolver el hombre en la zona que le toca gobernar y sino tiene que renunciar inmediatamente porque es una inmoralidad que haya hambre en un país donde sobra comida, donde sobra la distribución. Se resuelve con trabajo, se resuelve discutiendo las 5 rentas fundamentales, el modelo productivo, la minería, la riqueza ictícola, la soja, si está todo aclarado. El sector financiero. ¿Hay que inventar y preocuparse? No, lo que hay que construir es poder. A nosotros no nos faltan ideas. Nos falta poder, y poder es construir y organizar millones, y para eso, hay que dar la pelea en todos los campos. La dimos la semana pasada en las calles, movilizados y parando, y la vamos a dar en octubre del año que viene cuando gocemos que hemos parado una nueva fuerza política con capacidad de no traicionar y gobernar definitivamente la Argentina. Fuerza compañeras, fuerza compañeros, porque ustedes no tienen que delegar esa fuerza.