Hace algunos días irrumpió en la escena publica “En Marcha”, un espacio en el cual confluimos mujeres y hombres provenientes de diversas experiencias político, sociales, culturales y sindicales del campo popular, protagonistas de diversas luchas de nuestro pueblo al calor de las cuales hemos ido forjando importantes niveles de unidad que permitieron construir los consensos necesarios para ponerle limites al gobierno de Cambiemos.
En el futuro, En Marcha nos presenta varios desafíos, por un lado debemos ser capaces de articular la innegable capacidad de movilización del espacio, que lo hace protagonista de las luchas reivindicativas, con la intervención de nuestros representantes parlamentarixs y referentes politicxs, retroalimentando y potenciándose mutuamente intentando cerrar así la brecha que parece separar las representaciones políticas de las sociales.
Por otro lado, En Marcha debe ser capaz de combinar el porvenir promisorio de muchxs de nuestros jóvenes referentes, demostrado en el acto de Ferro -que lxs tuvo como protagonistas-, con la rica historia de los espacios políticos que lo integramos y el prestigio de sus dirigentes, logrando así transformarse en una propuesta solida e innovadora, que recupere lo mejor de la historia de las luchas populares y a la vez pueda ser disruptiva, incorporando nuevas formas y nuevas demandas de la sociedad.
Pero, tal vez, el desafió más grande que tenga el nuevo espacio, sea el de consolidar “esta unidad en la diversidad” logrando una síntesis que pueda contener el amplio espectro que inicialmente lo integra, incorporando otras fuerzas y referentes nacionales, provinciales y locales, como así también iniciar el dialogo con otros espacios que permitan construir una opción que pueda plantearse como alternativa realmente transformadora y pensarse más allá del próximo turno electoral.
El desafío es grande, y el camino es largo, pero estamos convencidxs de que debe transitarse, que tal cual lo indica la consigna con la cual se presento En Marcha, “el tiempo es ahora”, la Argentina necesita ya un reagrupamiento amplio de las fuerzas populares que estén dispuestas a no delegar más la facultad de gobernar(nos).
La posibilidad de concretar esta perspectiva, depende casi excluyentemente de la confianza que tengamos, quienes dimos este primer paso, en nuestras propias fuerzas, que no son otras que las del pueblo trabajador, ya que allí radica nuestro poder y justamente ahí es donde existe una posibilidad real de construir una verdadera mayoría que nos permita no solo ser gobierno, sino transformar la matriz productiva, social y cultural del País. No hay atajos, no hay nombres propios que suplanten lxs sujetos colectivos a la hora de las transformaciones sociales, hay que ponerse En Marcha.
*Facundo «Apache» Villalba*, Dirigente de Unidad Popular (UP) Mar del Plata