Por Víctor De Gennaro
¿Se puede hacer un paro Nacional sin que lo convoque la CGT?
Desde aquel 17 de octubre de 1945 donde los trabajadores definimos la crisis política nacional irrumpiendo como protagonistas centrales, tomando en nuestras manos nuestro destino, mientras la CGT convocaba a la madrugada del mismo 17 un Paro para el 18 de octubre, quedo demostrado que Sí.
Por lo menos, aunque retrasados, los dirigentes fueron en sintonía con el accionar de las masas que, como diría magistralmente Scalabrini Ortiz, eran el subsuelo de la Patria sublevada.
A partir de allí, precedidos por más de cien años de historia en las mochilas, los trabajadores argentinos hemos reclamado y hecho valer los paros nacionales para incidir y decidir en las coyunturas políticas del país, ejerciendo el derecho a realizarlos sin intermediaciones.
Esto es un patrimonio de nuestra clase.
En otros países también hay paros nacionales, pero con distintas características.
En Uruguay, el Paro Nacional se decide con mucho tiempo de anticipación y hay un trabajo de asambleas, debates, hasta confluir en la realización del mismo. Hay tanto trabajo y consenso que lograron la hazaña de realizar el paro y toma de empresas por parte de los trabajadores en repudio al golpe institucional de Bordaberry.
En otros países como Brasil, los trabajadores han logrado expresar políticamente como ninguno en Latinoamérica su vocación de poder, eligiendo un trabajador, el compañero Lula, como presidente de su país. Sin embargo, en las últimas décadas, sólo se destaca el gran Paro Nacional por el juicio político a Collor de Mello.
En nuestro país, aún con la crisis de conducción de las dirigencias sindicales, su división o descrédito, desde 1984 a la fecha se llevan realizados más de 30, Sí… treinta (30) paros nacionales.
Impresionante, nuestra clase no renuncia a utilizar los paros nacionales para definir su visión acerca de la crisis que hemos atravesado una y otra vez, ejerciendo protagonismo político y apropiándose del sentido de la convocatoria.
He tenido la responsabilidad y el privilegio de ser convocante de distintos paros nacionales, y si hay algo que me gusta reafirmar es que si bien los dirigentes podemos ser el vehículo de la convocatoria, los paros los realizamos las y los trabajadores.
No hay posibilidad de frenar, apretar o condicionar a millones que ejercen su derecho a protagonizar las definiciones políticas.
Es una definición nacional, todos el mismo día y a la misma hora. Sólo comparable a la Elección Nacional que en un solo día expresa el sentimiento y el estado de definición política de nuestro pueblo.
No subestimen a la clase, nuestra historia y cultura, que anidad en la conciencia de nuestro pueblo.
Por eso Sí, se puede hacer un Paro Nacional aunque la CGT oficialista por vocación no convoque o hasta ilegalice su convocatoria.
El 2 de agosto de 1994 se paralizaba el país en un convocatoria realizada desde la Plaza de Mayo por quienes nos unificamos en una Marcha Federal histórica contra la política de Menem. La CGT repudiaba la medida y se subordinaba obsecuentemente al Gobierno privatizador encarnado por Cavallo.
No fue la única vez, los trabajadores se apropiaron de la posibilidad de hacer una demostración de su potencia el 29 de mayo del 2002, convocado por nuestra CTA, CCC, APyME, FFAA, FUA y con el repudio e ilegalidad declarada por la cúpula de la CGT. Y se paralizó el país.
También es cierto que aprendí que pueden ser legítimas las razones para la convocatoria de un Paro Nacional y finalmente no llegar a concretarse.
Viví en los primeros días del Gobierno de De La Rúa la convocatoria a un Paro Nacional por el asesinato de Ojeda y Escobar en el Puente General Belgrano que une Resistencia con Corrientes, y aunque era justo el reclamo, pararon masivamente en esa provincia y se extendió en los estatales y docentes de todo el país. Pero todavía no era el tiempo político donde los trabajadores definirían su posición a través de esa medida contundente.
Para hacer una medida de esta característica, que entrelaza lo invisible de las definiciones de nuestra clase, hay que tener muchas cosas en cuenta y tiene que estar muy acordado el sentimiento que excede las visiones partidarias e individuales de los trabajadores. Por eso es tan contundente su definición en la vida política del país.
El consenso no es obra de la decisión de un grupo de dirigentes, sino de la conciencia implícita y colectiva de la clase.
Durante el mandato de Néstor Kirchner y el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner no hubo paros nacionales, aunque vivieron muchas situaciones conflictivas y enfrentaron crisis políticas nacionales o latinoamericanas.
A partir del 20 de noviembre del 2012 en que se efectivizó el primer Paro Nacional, llegaron a sumar cinco las oportunidades en que la voz de los trabajadores expresaron sus reclamos.
Y cuando eso sucede, comienzan las dificultades para aquellos que no escuchan el rotundo mensaje de nuestra clase y el pueblo que acompaña.
Paralizar las actividades productivas, y convertir un día laborable en un “domingo”, no se garantiza por decreto, ni por la falta de transporte, escuelas, hospitales o fábricas. Es cosa de hombres y mujeres trabajadores que ejercemos nuestro derecho a ser seres políticos en la definición de las soluciones de nuestra Patria.
Hoy, ante semejante derrumbe social, económico y político del Gobierno de Macri, los trabajadores queremos hacer oír nuestra voz, y es probable que los dirigentes de la CGT puedan también transformar el Paro y Movilización de algunas centrales o corrientes del movimiento obrero o de la economía popular, en un Paro Nacional, sumándose a la convocatoria. Todavía están a tiempo de hacerlo.
Pero si eso no ocurre, la necesidad y expectativa es que los dirigentes a la cabeza de la Marcha del día 30 de abril, desde la Plaza de Mayo le pongan fecha al Paro Nacional sin delegar más, para que la clase y el pueblo expresemos a lo largo del país masivamente que MACRI YA FUE.
Empezaríamos un nuevo tiempo para construir una alternativa diferente al de la timba financiera y el saqueo para recuperar la centralidad del trabajo y la educación como motores del desarrollo y la justicia social.
Con o sin la CGT ¡Paro Nacional YA!
*Presidente del Congreso Nacional de Unidad Popular