Las compañeras de los territorios no solo conocen mejor que nadie sus barrios, sino que además se organizaron y se formaron como promotoras de espacio público y promotoras ambientales, para ser protagonistas del proceso de urbanización en las distintas villas de la Ciudad. Desarrollan tareas que el Estado no hace: inspección de las obras de urbanización, limpieza del espacio público, atención de comedores comunitarios, etcétera.
Ellas trabajo ya tienen, lo que demandan es que se les reconozca y remunere esa actividad que realizan todos los días. Sin embargo, Juan Ignacio Maquieyra, Presidente del Instituto de Vivienda, se negó a recibir a las compañeras que reclaman el derecho a la paridad y al trabajo digno.
María Eva Koutsovitis, precandidata por Unidad Popular en el Frente de Todos, es Ingeniera Hidráulica graduada en la Facultad de Ingeniería de la UBA, coordina la Cátedra de Ingeniería Comunitaria y es Referente del Frente Salvador Herrera -CTA Capital. A su turno saludó la presencia masiva de compañeras que: “no estamos acá de casualidad, las mujeres venimos organizadas, haciendo un recorrido importante. Las mujeres nos formamos como promotoras de Espacio Público, las mujeres nos formamos como veedoras de obras, las mujeres nos formamos como promotoras ambientales, fuimos hasta la universidad para poder hacerlo, nos organizamos en nuestros barrios y vinimos acá a decirle al Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires que no es posible la urbanización sin el protagonismo de nosotras las mujeres y que no es posible la integración social si no hay trabajo genuino”.
“Las trabajadoras de la Villa 21-24 realizaron recientemente un relevamiento que donde visibilizaron que más del 70% de las manzanas se encontraban con índices sanitarios críticos. En la Villa 20, advirtieron que las superficies verdes por habitante son mil veces menor que la que recomienda la Organización Mundial de la Salud”.
“Esta Ciudad se organiza a partir de la desigualdad, y las mujeres tenemos más de un 10% de desocupación, los hogares que llevamos adelante las mujeres son los hogares más pobres y más indigentes. No queremos este modelo de Ciudad, queremos un modelo alternativo, con el paradigma del buen vivir, queremos que ese buen vivir sea para todas nosotras, para nuestras hijas, para nuestros hijos y para nuestras comunidades”, concluyó Koutsovitis.
Dagna Aiva, referente en la Villa 21-24 y miembro de la Junta Vecinal de su barrio, remarcó que esto no es de ahora: “esto es histórico, cuando los trabajadores conseguimos un montón de derechos, los gobiernos se encargaron de bajarnos el pulgar”.
“Lo están haciendo de nuevo, lo hicieron todo el tiempo y de a poco, invisible a nuestros oídos, a nuestros ojos. Por eso, lo importante es tener memoria. Cuando un trabajador consigue sus derechos, tiene vacaciones, aguinaldo y con ese aguinaldo puede ir de vacaciones, al Estado no le gusta, porque un pobre tiene que seguir trabajando en las obras. Nosotras históricamente hemos peleado en las calles, desde nuestros territorios, con la firme convicción de que nosotras podemos y debemos construir un mundo nuevo”, alentó Aiva.
Por su parte, la secretaria de Género de la CTAA Capital, Clarisa Gambera, explicó sobre la importancia que tiene la tarea de las compañeras: “El trabajo que hace cada una de ustedes en los barrios es una responsabilidad que el Estado abandonó y también es trabajo que el Estado no puede hacer, porque conocer el territorio, el vínculo de las diferentes territoriales no lo puede reemplazar un trabajador o trabajadora del Estado”.
“Las tareas comunitarias, que intentan disfrazar de solidaria, es trabajo no pago. Se parece a lo que nos pasa a las mujeres con el trabajo invisible que hacemos en nuestras casas. El trabajo doméstico y el trabajo comunitario se parecen. En general nos mandan a casa, nos mandan a guardar, nos mandan a lavar los platos, nos mandan atrás y este debate nosotras, desde los feminismos populares, lo venimos dando hacia los gobiernos para que reconozcan que eso que hacemos es trabajo; hacia nuestras organizaciones para que reconozcan que somos las protagonistas del trabajo y de las luchas y que tenemos que estar acá protagonizando también nosotras”, añadió Gambera.
Y remarcó: “Esta Ciudad quiere concentrar en pocas manos y para los ricos las tierras, la vivienda y el trabajo y nos deja a nosotras las trabajadoras en el borde, y nos somete a la precariedad del trabajo no reconocido. Es un trabajo que por ahora no tiene jubilación, por eso también aprovecho para plantearles y convocarnos a nosotras las mujeres a protagonizar la marcha por la moratoria el próximo martes 2 de julio, porque también tenemos derecho a jubilarnos, porque si tenemos derecho a que reconozcan nuestra tarea como trabajo, tenemos derecho a que nos jubilemos como trabajadoras”.
El saludo de la conducción nacional de la Central estuvo representado por Silvia León, secretaria de Género de CTAA Nacional: “es un orgullo enorme que las compañeras de la Salvador Herrera vengan realizando esta tarea tremenda que reemplaza lo que debería hacer el Estado. Cada cosa se la vamos a sacar con lucha, como bien sabemos las mujeres, como sabemos las trabajadoras: pelear, organizar y fortalecernos”.
Y convocó a movilizar, porque con lucha “no solamente le vamos a sacar el reconocimiento a ese trabajo que hacemos gratuitamente, sino que también los vamos a sacar a las patadas en octubre, por explotadores, por usurpar los recursos de nuestro Pueblo, por entregar nuestro país al FMI”, dijo León a la vez que ratificó: “seguimos construyendo la fuerza que necesitamos para que gobernemos los trabajadores y por eso también estamos construyendo la fuerza con mujeres de distintas organizaciones, para exigir los derechos que a las mujeres trabajadores nos corresponden”.
El último saludo fue el de la histórica referente feminista, Nina Brugo, compañera de Unidad Popular, quien también es abogada laboralista y tiene una amplia trayectoria en defensa de las trabajadoras: “Si algo he aprendido en los Encuentros de Mujeres es cuál es nuestro lugar y nuestros derechos. Lo he aprendido con ustedes porque junto con ustedes los vamos logrando, porque pareciera que los trabajos de las mujeres no son remunerados”.
“Nosotras tenemos que afrontarlo al varón para que vaya a trabajar, él trae la plata pero no nos paga nada. Así hemos tenido que atender a los enfermos, a los niños y a los ancianos. ¿Qué quiere decir? ¿Que también en las cooperativas nos va a pasar lo mismo? No puede ser. En los lugares de decisión, ellos, y nosotras ¿qué? ¿Cómo puede ser compañeras que permitamos todo eso? ¿Cómo puede ser que no luchemos por nuestros lugares? Que nos reconozcan en los cargos, en las decisiones, que nos reconozcan también el trabajo remunerado, no puede ser, pero de nosotras depende. Nunca, pero nunca, las mujeres lograron ninguna ley sin que haya sido por la lucha. No se las regaló ningún gobierno compañeras”, remarcó Nina.