Claudio Lozano, candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por Camino Popular participó del programa que se emite por CN23, “Criaturas Salvajes”, en el que hizo un diagnóstico de las situaciones que más preocupan a los vecinos porteños, y expuso algunos de los lineamientos de su programa de gestión en caso de ser electo.
-¿Cómo viene la campaña?
-La verdad es que viene bien. El Frente Popular empezó hace dos años, somos cinco fuerzas políticas que tenemos que ver con movimientos sociales de la ciudad de Buenos aires, que en realidad son la verdadera oposición al Macrismo. Me refiero a movimientos universitarios, territoriales, villeros, culturales, y otros que han dado peleas en diferentes circunstancias en general, sin tener efecto en un sistema político que está sumamente subordinado al sistema de negocios. Macri no tiene la mayoría en la Legislatura en general, y para hacer las cosas necesita el voto del Frente para la Victoria o del UNEN. Por lo tanto, la propuesta política de Camino Popular es independiente del sistema de negocios, es decir, abrirle la puerta a que los ciudadanos puedan tener que ver con la decisión y con lo que se haga en la ciudad de Buenos Aires. Y en ese sentido, la verdad es que en 2013 fuimos una de las 6 fuerzas que superamos las PASO y tenemos expectativas de plantar una bandera fuerte en esta elección.
-¿Cómo se hace para ganarle a un espacio como el PRO que ganó en casi todas las villas de la ciudad, y que incluso tiene posibilidades de ganar en primera vuelta?
–Mirá, yo creo que las razones por las cuales una fuerza gana son múltiples, no tienen que ver con el hecho de que las cosas estén bárbaras. Yo creo que en la ciudad de Buenos Aires hubo un fracaso estrepitoso de la experiencia progresista de Ibarra – Telerman, que terminó muy mal. A Macri le tocó una etapa de franco crecimiento de la actividad económica y de los recursos disponibles en la ciudad e Buenos Aires, por lo tanto, la tuvo más fácil que gobiernos anteriores. Para poner un número, la ciudad recaudaba 9 mil millones de pesos, en 2007 recauda 85 mil millones. Además, multiplicó por 3 la deuda. La verdad es que la plata le salía por las orejas y la realidad es que en ese marco hizo bastante poco.
-¿Para qué se está usando la deuda?
–La deuda se ha usado básicamente para pagarle sobreprecios a los contratistas y proveedores o para eximir de impuestos a las grandes empresas en la ciudad de Buenos Aires. No se ha utilizado para inversión.
-Como pasó con Iron Mountain, para eximirlos de impuestos, por ejemplo…
-Por ejemplo. Alguien podría preguntar por que en el distrito tecnológico está Iron Mountain, cual fue el aporte a la tecnología que hizo esta empresa. Francamente es difícil de explicar, sin embargo, está en un distrito tecnológico subsidiado por el Gobierno de la Ciudad porque le exime impuestos. Pero lo cierto es que si uno mira el presupuesto de la ciudad, los porcentajes de la inversión respecto al total del gasto o al total de los recursos, son más o menos los mismos que teníamos al final de la gestión Ibarra – Telerman, por lo tanto, en realidad, los recursos de la ciudad dieron para sostener la inversión. ¿Para qué se usó la deuda? Distinto hubiera sido si yo digo “la deuda se usó para transporte, para infraestructura sanitaria, educativa, para vivienda”, no, nada que ver.
-Pero el PRO lo reivindica. El crecimiento de la matrícula en colegios públicos. La caída en los colegios privados, que bajó la mortalidad infantil –en contra de lo que dice el Frente para la Victoria-, que no creció. Que hicieron el metrobús. No hicieron los 10 kilómetros de subterráneos…
-Lo único cierto de lo que vos decís es que hicieron el metrobús. La mortalidad infantil subió. Sobre todo en el sur de la ciudad de Buenos Aires. La tuberculosis también subió en esa parte de la ciudad. La matrícula no subió en la educación pública, y seguimos teniendo 6 mil vacantes que faltan en lo que es 45 días y primaria. Eso está faltando en la ciudad de Buenos Aires, amén del hacinamiento en la educación media, donde tenemos entre 1000 y 1500 estudiantes en instituciones preparadas para 300 ó 350. La verdad es que el hecho de que uno tenga expulsión de jóvenes de la educción media en gran medida tiene que ver con que no hay condiciones –incluso de infraestructura- para contenerlos. Así que en ese sentido, mienten bastante. Es cierto lo del metrobús. Eso es real. Uno podría discutir primero si es un metrobús. No lo es. Son carriles exclusivos caros, con estaciones caras. Pero no otra cosa.
-Y la necesidad de un plan integral de transporte…
-Fuera de discusión, en general el PRO ha tenido tanto con el tema de las ciclovías como con el del metrobús, cuestiones de índole puntual. No hay una estrategia integral, que implicaría discutir la cuestión metropolitana del transporte, y eso, efectivamente, está afuera de la discusión. Nosotros creemos que el Gobierno de la Ciudad necesitaría un ministerio de Asuntos Metropolitanos para tener iniciativa concreta en relación a la Nación y a la Provincia, que implicaría el Conurbano bonaerense. Implica Nación, Provincia y Ciudad. Esa es la verdadera realidad de la ciudad de Buenos Aires. Es muy difícil resolver los temas fundamentales de la ciudad sin que la cuestión metropolitana tenga mayor entidad. Me parece que además de eso con el tema del transporte lo que sigue pendiente es una articulación entre subte, colectivo y metrobús. Y para hacer eso, se necesita discutir el subte, que sigue siendo un negocio del Grupo Roggio, que no resolvió ni el Gobierno nacional ni el de la ciudad de Buenos Aires. Este grupo sigue derivando excedentes de lo que acumula en el subte gracias a que nosotros le ponemos 3700 millones de pesos anuales en subsidios. Y lo hace a sus empresas vinculadas en lugar de que nosotros podamos disponer de eso para hacerlo que corresponde.
-El subte subió más o menos el 300%, que sale de nuestro bolsillo…
-Hay menos pasajeros en subte de los que había. Cualquier discusión seria sobre el transporte implicaría que haya más pasajeros abajo, no arriba.
-Lo que dice el PRO es que le tiraron el subte por la cabeza y que la decisión, entonces, fue subir la tarifa. ¿Había alguna otra manera de hacerse cargo del subte sin subir la tarifa?
-Sí. Primero, la tarifa debe tener una relación con la estructura de costos. Si yo, que soy el Grupo Roggio le pago asesoramiento a Benito Roggio Transportes -que soy yo mismo- para gestionar el subte, y le derivo plata, o le doy créditos a determinadas empresas del grupo a tasa subsidiada con los recursos que tiene el subte, yo estoy robando.
-¿Vos decís que les dan subsidios a las empresas con créditos subsidiados por el Estado?
–Sí. El Estado le da subsidios al grupo. El grupo tiene una ecuación económica. ¿Y que hace con esa ecuación? En la estructura de sus gastos, aparece Benito Roggio Transportes, que es el propio grupo, que dice que lo asesora a Metrovías. Y le paga honorarios por el asesoramiento. Y después el propio Metrovías le da créditos a empresas del Grupo Roggio a tasas por debajo de la inflación. Es un mecanismo de transferencia de fondos, entre ellos los públicos que vienen vía subsidios hacia las empresas controladas del grupo. La verdad es que la otra forma de discutir el tema es rescindir ese contrato, y que el Estado de la ciudad se haga cargo del subte. Es más: la deuda que tomó la Ciudad, que como digo, no se utilizó para invertir. Si nosotros hubiéramos usado 1600 millones de dólares, que es lo que subió la deuda de la Ciudad de Buenos Aires en transporte, hubiéramos hecho dos líneas completas de subte. No se hizo nada.
-El tema vivienda ociosa, que es el gran problema, que ustedes ya en la campaña anterior la habían hecho sobre un gran plan de viviendas…
-Nosotros decimos varias cosas: uno, el mercado no funciona. Hay 170 mil hogares en situación de emergencia habitacional, y hay 350 mil viviendas ociosas. Por lo tanto, hay que regular.
-¿Qué quiere decir “vivienda ociosa”?
–Quiere decir que está vacía. Que ni se vende ni se alquila. ¿Por qué ocurre esto? No es por casualidad. En realidad, el mercado inmobiliario se ha transformado en un instrumento de ahorro de los que tienen plata. Y vos tenés viviendas ociosas de muy buen precio en los barrios de Caballito, Belgrano, Puerto Madero, que está ociosa porque reutiliza para mantener el valor del capital que tienen como excedente determinados sectores empresariales o con capacidad económica. Ahí hay que meter la cuña del Estado para que esto funcione de otra manera, porque el mercado no está funcionando para resolver la necesidad habitacional. Hoy, el problema que tenemos es que prácticamente el 33% de los hogares en la ciudad alquila. Pero no es sólo eso, sino que consumís cerca del 35 ó 40% del ingreso en el alquiler. Aparte, este muchacho Macri sacó ahora –en la campaña se le ocurrió- “Alquilar se puede” cuando está diciendo que le va a dar créditos por vía del Banco de la Ciudad a 2 mil personas, o a lo máximo 6 mi, cuando hay 350 mil personas que alquilan. 350 hogares. Supongamos que cada año se renuevan 100 mil. No es nada. O sea, no está resolviendo nada. Y la verdad que ¿cómo se resuelve este tema? Hay que producir más viviendas para vender, para alquilar. Un ejemplo: nosotros tenemos que ponerle a todos los emprendedores inmobiliarios un compromiso. Cada vez que uno construye una torre, que hace un mega emprendimiento, un Shopping o lo que fuere, un porcentaje de los metros cuadrados que construye, los tiene que hacer en términos de vivienda necesaria para la comunidad. Esto se aplica en todas las ciudades del mundo. Si se hubiera hecho esto en los últimos 10 años, hubiéramos producido 35 mil viviendas. Ni que hablar si a eso se le agrega que el Estado invierta. Además, deberíamos ponerle algún impuesto a los que tienen viviendas ociosas si no las venden ni las alquilan. La verdad es que la lógica es que paguen algún impuesto adicional. Eso pasa en todos lados. Estos mecanismos permitirían regular la cosa de otra manera. Con independencia de que el Estado debería establecer algún tipo de seguro para garantizar que se pueda alquilar, estableciendo garantías, registrar las operaciones inmobiliarias para evitar abusos. Todo este tipo de cosas que se pueden hacer para resolver el problema de un tercio de los hogares de la ciudad de Buenos Aires. El otro gran tema, que además de tener que ver con la cuestión social, tiene que ver con la de la seguridad, es el tema de urbanización de las villas porteñas. Hay 270 mil personas viviendo en condiciones precarias, y la verdad es que eso se puede resolver fácil poniendo garantías de inversión anual, volver al gasto social que la Ciudad tenía como porcentaje del presupuesto, y que bajó en la gestión de Macri, implica poner 6500 millones de pesos anuales en la cuestión social que esta gestión limpió.