Tiene 77 años, es abogada especializada en derecho laboral y hace unos 50 años que milita socialmente. Fue parte de la tendencia de izquierda en el peronismo revolucionario en los ‘70 y debió exiliarse con el golpe de Estado de 1976. Afuera conoció al feminismo y volvió al país con la democracia. No faltó a uno solo de los Encuentros Nacionales de Mujeres (ahora plurinacionales y con la diversidad) desde 1986. En 2005 fue una de las fundadoras de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y participó de la redacción del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que se presentó 8 veces en el Congreso de la Nación hasta que fue tratado por primera vez en 2018. Se trata de Nina Brugo, definitivamente una de las “históricas”, quien también es compañera fundadora y miembro de la Mesa Nacional de Unidad Popular, y estos días está participando activamente de las acciones para lograr que el derecho al aborto sea ley en Argentina.
A sabiendas de que el Senado “siempre fue un lugar no proclive a los derechos y sobre todo a los más progresistas”, ella se muestra con grandes expectativas hacia la votación del próximo 29 de diciembre. Además, anuncia que, de aprobarse la legalización, se producirá “un salto cualitativo para todas las disposiciones que hacen a los derechos reproductivos de las mujeres”.
Nina tampoco pierde de vista que la lucha histórica del feminismo, amplificada en los últimos años en la ‘marea verde’, ha generado ya importantes cambios culturales que trascendieron las fronteras del país hacia todo el mundo. Y sueña con un pensamiento feminista que aporte a “la construcción fundamental de un mundo mejor”.
– Después de tantos años de lucha, por segunda vez el proyecto de IVE llega al Senado con media sanción de diputados. ¿Qué expectativas tenes?
Vengo siguiendo muy de cerca el debate, el dictamen de diputados, que estuve ese día y noche ahí. Lo que aprobó diputados modificó dos artículos en función de conversaciones con algunos senadores, que apoyan de alguna manera esta ley pero que para poder asegurar los votos querían estas modificaciones. Una es sobre el tema de niñas y adolescentes. En nuestro proyecto, que también lo tomó el Ejecutivo, entre los 13 y 16 años considerábamos que podía requerir la interrupción sin acompañamiento de representante legal. Y de 16 a 18 años es considerada mayor. La modificación que solicitaron desde el Senado es que la persona entre 13 y 16 años también debe estar acompañada por representante legal, de acuerdo al artículo 26 del Código Civil y Comercial.
La otra modificación es que agregaron un artículo más sobre la objeción de conciencia. No habla de objeción institucional, pero de hecho puede pasar, si todos son objetores. A mi modo de ver eso es una falacia. Esto va a traer mucho reclamo, inclusive desde las obras sociales, porque habrá instituciones completas que tengan a todo su personal como objetores de conciencia aunque no puedan hacerlo institucionalmente. Las obras sociales van a pelear porque no puede ser que las mujeres no puedan ser atendidas en sus prestadores.
Decir que en este momento que el Senado está dudoso, en general es optimista. Aunque supuestamente les dieron libertad de conciencia en los partidos, la oposición plantea algo como “no le den la ley de Alberto”, como si no fuera una lucha de las mujeres, como una postura política y no una cuestión de conciencia. Como este voto es transversal, vamos a estar a la expectativa hasta el 29 cuando se haga la votación. Va a estar movilizado el movimiento de mujeres y todo tipo de organizaciones que están acompañando. Estaremos ahí a la expectativa, pero siempre el senado fue un lugar no proclive a los derechos y sobre todo a los más progresistas.
– Suponiendo que el 29 se haga ley el aborto en la Argentina, ¿qué pasará después? ¿Cuáles deberían ser los siguientes pasos para que se logre implementar en todo el país?
Por un lado, la tiene que promulgar el Poder Ejecutivo y después deberán trabajar en la reglamentación, que es necesaria para esta ley. Los artículos no pueden ser modificados por la reglamentación, pero sí aclarados y precisados. Algunas cosas que queden poco claras se pueden solucionar para evitar que vayan a una situación de judicialización. Eso no quita que va a haber quienes presenten recursos judiciales, sobre todo si es desfavorable para los sectores antiderechos.
No va a estar exento de dificultades: no olvidemos que desde el año 1921 el Código Penal establecía el aborto por causales y siempre fue objeto de judicializaciones. Algunas terminaron con el famoso caso FAL en marzo de 2012 y sin embargo continuamos con cuestiones judiciales, como haber llevado a embarazos avanzados a niñas de 12 años a las que se les practicó una cesárea diciendo que se habían interrumpido el embarazo. Pero una cesárea no es lo mismo que la interrupción, por eso decimos “niñas, no madres”.
– ¿Las provincias deberán adherir?
No, esa es una de las cosas en las me considero un poquitito la impulsora. Cuando se trató en 2018 yo estaba en la comisión de cabildeo de la Campaña, entonces manteníamos reuniones con diputados y diputadas para ver los pormenores del proyecto de ley. Cuando ya se presentaba para ir al recinto, una de las cosas que le dije a una de las diputadas más importantes es que había que poner que esta ley fuera de orden público. Eso le da más fuerza que a cualquier ley, que tiene que ser aceptada o no por las provincias. Pusimos el artículo que quedó así: las disposiciones de la presente ley son de orden público y de aplicación obligatoria en toda la República Argentina. Yo me considero un poco la que intervino más sobre eso, dado que en 2018 estaba en la comisión redactora. Yo les dije que mejor ponerlo, que más vale que sobre y no que falte.
– ¿Qué políticas públicas podría permitir llevar adelante la legalización del aborto?
Eso va a surgir un poco de la reglamentación también. El cumplimiento de la ley de educación sexual, por ejemplo, que no se está cumpliendo. También va a obligar a que informen y cumplan con todo lo que tiene que ver con los programas de derechos sexuales y reproductivos, va a incidir porque tenemos provincias que todavía no adhirieron a los protocolos. Va a ser obligatorio y no van a tener que dar vueltas para ver si adhieren o no. Podemos hablar de un salto cualitativo para todas las disposiciones que hacen a los derechos reproductivos de las mujeres.
– ¿Qué enseñanzas políticas viene dejando la larga lucha por el derecho al aborto en nuestro país?
Se conformó en nuestro país lo que llamamos la marea verde, que es todo un cambio de tipo cultural que incide en los niveles de conciencia del conjunto. Se acabó el tema tabú que es la interrupción del embarazo. Lo fundamental de esta ley es la cuestión de derechos humanos y la capacidad de decidir de las personas. Eso trascendió los marcos de la Argentina y se expandió a América Latina y creo que hasta hemos influido en otras leyes, en todo lo que tiene que ver con la lucha contra la violencia hacia la mujer. Se ha conformado culturalmente la unión y todo un pensamiento de profundización feminista que no es sólo continental, sino mundial. En este pensamiento no veo ajeno a todo lo que es la diversidad y a los varones, que pueden aportar en un pensamiento feminista que puede y debería (esa es mi ilusión aunque yo no lo llegue a ver) incidir para una transformación cultural para un mundo mejor, como fue lo del Foro Social Mundial que se hizo en Porto Alegre en 2001. Para que avancemos sobre cuestiones tan serias y graves que afectan a nuestro país como es el pago de una deuda fraudulenta, ilegítima y odiosa.
Tenemos que profundizar, todos podemos participar e ir buscando desde lo pequeño a lo más grande para cambios que hacen a la construcción fundamental de un mundo mejor. No casualmente yo respeto el no hacer obediencia debida partidaria sino ser transversales para ir uniéndonos para conseguir una sociedad mejor. Por eso yo personalmente me encuentro en Unidad Popular, porque he sido acompañada en mi libertad de opinión sobre todas estas temáticas. Es más, han tomado esta temática como propia y como esencia dentro de los principios generales de nuestro partido.