El martes 21 de marzo se llevó a cabo un panel de discusión en el Paseo Colón 850 para discutir los desafíos en el debate de las nuevas urbanidades desde la perspectiva de los derechos humanos en la Semana de los Derechos Humanos. Durante el evento, se habló sobre los desafíos que presenta la pandemia y la crisis climática en la creación de nuevos modelos urbanos que estén basados en la democratización del Consejo junto con las dimensiones urbanas y se destacó la importancia del acceso a los servicios urbanos en igualdad de condiciones.
La pandemia y la crisis climática nos interpelan a pensar en nuevos modelos urbanos que estén basados en la democratización del Consejo junto con las dimensiones urbanas. Esto implica poder acceder a los servicios urbanos en igualdad de condiciones, acceder a la vivienda, acceder al agua, el saneamiento, la conectividad y otros servicios básicos.
Eva Koutsovitis, presidenta de UP CABA, habló sobre la situación en la Ciudad de Buenos Aires, donde residen 3.120.000 habitantes según el último censo. A pesar de que la población se ha mantenido estable desde la década del 40, el presupuesto de la ciudad es de 2 billones de pesos, convirtiéndola en el distrito más rico del país con el mayor presupuesto per cápita. Sin embargo, el 15% de sus habitantes no accede ni al agua, ni a la cloaca, ni a los tendidos eléctricos seguros, es decir, 400 mil porteñas y porteños.
El acceso al agua no sólo implica acceder de alguna manera, sino acceder plenamente y en igualdad de condiciones. Estimamos que en nuestro país uno de cada diez habitantes no accede formalmente al agua y al saneamiento. Quienes habitan en villas, asentamientos y barrios populares, poder garantizar el acceso pleno y en igualdad de derechos implican 10 mil millones de dólares. Solo una pequeña fracción de todo lo que se fugó durante la gestión anterior.
En la Ciudad de Buenos Aires, la desigualdad territorial se estructura entre el norte y el sur, con una desigualdad estructural en el acceso al agua y todo lo que eso implica. Uno de cada tres habitantes en el sur de la ciudad habita en una villa o asentamiento sin acceso a los servicios más básicos. Como resultado, la mortalidad infantil se ha duplicado y se ha reducido en diez años la esperanza de vida en promedio para aquellos que nacen en la Comuna cuatro o en la Comuna ocho.
El acceso al agua potable tiene consecuencias inmediatas, como la proliferación de enfermedades transmitidas por vectores, como es el caso del dengue. En el año 2019, justo antes de que iniciara la pandemia, se registraron una gran cantidad de casos de dengue en áreas donde no se accede al agua potable, lo que demuestra la necesidad de garantizar el acceso pleno y en igualdad de condiciones a los servicios urbanos básicos.
En la Ciudad de Buenos Aires, se han reconstruido las estadísticas oficiales de mortalidad infantil entre 2010 y 2020. Se tomaron tres comunas.